18. Familia Granger

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CAPÍTULO 18: FAMILIA GRANGER

POV HERMIONE

Cuatro días han pasado sin que viera a Draco, Narcissa o Lucius, y cinco días sin ver a Dumbledore o Snape. Sin embargo, lechuzas de todos ellos llegan a mí todos los días con cartas y paquetes con regalos y dulces. El matrimonio Malfoy suele enviarme pequeños paquetes con dulces, tartas individuales y accesorios que creen que podre necesitar en Hogwarts, Draco se limita a enviarme cartas con alguna flor en ocasiones porque sabe que sus padres envían a sus lechuzas adultas con las cargas más pesadas y no quiere sobrecargar a Eros en un viaje tan largo. Por otro lado, Severus aunque es más cerrado a la hora de demostrar emociones me manda cartas a diario y responde las mías a la brevedad, con pequeños toques lingüísticos que me demuestran que lo hace con cariño y paciencia.

Aparte de eso he tenido tres intercambios de cartas con Albus Dumbledore, donde yo le pregunté las dudas principales que me surgieron sobre el colegio y el tipo de educación, y que él me respondió de forma detallada con mucho gusto. La última pregunta que le hice fue donde quedaba la plataforma 9 ¾ y como se ingresaba allí. Ya había estado en la estación King Cross en muchas oportunidades y no recordaba haber visto nada con esa extraña numeración. No había absolutamente nada visible entre los números enteros de los pilares de una plataforma u otra, ni para los ojos de una bruja. Dumbledore me respondió con un acertijo y me dijo que no me preocupara por eso hasta que el día llegara porque los Malfoy sabían muy bien lo que Draco y yo debíamos hacer para entrar en esa dimensión mágica.

Un aleteo me despierta de mi pequeña siesta y veo a Eros volando hasta mí y lanzando un pergamino enrollado en mi vientre. Psique está descansando en su jaula abierta comiendo su comida por lo que apenas se siente amenazada por la presencia de Eros. Creo que se está acostumbrando a ver lechuzas y búhos todos los días.

Eros se apoya en mi hombro y me da lo que parecen besitos con su pico en mi frente. Luego de un par de caricias. Busco un pequeño recipiente en mi mesa de luz y lo abro para él. Mis padres tuvieron que salir a comprar más comida para las aves en una tienda muggle porque el kit inicial está por terminarse con tantas visitas recibidas.

−Esto es diferente, espero que te guste.

Le abro el recipiente con la cantidad justa para ser considerado un snack y Eros salta a la mesa de luz con un gran estruendo y empieza a comer a esos pobres gusanos vivos. Aunque me da asco verlos moverse me he obligado a acostumbrarse a ellos porque en eso consiste ser una dueña responsable de cualquier ave.

La nota es corta, pero concisa.

Buenos días. Iré a tu casa a las cinco, Hermione. Sé que te prometí que sería más temprano, pero luego te explico el porqué de la demora. Ojalá te sientas mejor que la última vez que nos vimos. Sabes que... puedes confiar en mí siempre.

−Lo sé –susurro para nadie en particular.

No dejes ir a Eros. Tal vez necesite enviarles alguna carta a mis padres más tarde.

−Bueno, Eros. Parece que Draco te necesita acá. Puedes usar la segunda jaula si quieres dormir hasta que él llegue –comento mirando a la lechuza comer, que voltea su cabeza oscura hacia mí, sin mover su cuerpo. Le sonrío y acaricio su cabecita, disfrutando de la vista cuando noto que cierra los ojos relajándose. Solo por si acaso, cierro las ventanas y la puerta que da al balcón, para que la mascota de Draco entienda que debe quedarse y no volver con su dueño ahora.

...

−Hermione ¿puedo pasar? –pregunta Annie.

−Sí, solo estoy haciendo resúmenes –respondo desde dentro de la habitación.

Luz Verde [Dramione]Where stories live. Discover now