Capítulo 2

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Louis no estaba seguro de por qué quería una copia de todos los resultados del laboratorio. Y cuando dijo todo, lo dijo en serio. Lo habían pinchado, empujado y escaneado más en la última semana de lo que nunca lo habían hecho en su vida. ¿Y qué tenía que mostrar por ello? Todas las páginas que tenía en las manos estaban en inglés, claro, pero el tipo de inglés que sólo los científicos y los médicos podían descifrar.

Pero, la Dra. Walden, la especialista referida por el Dr. Black, lo había explicado en términos sencillos. Debido a los dos últimos supresores a los que había estado sometido, la posibilidad que tenía Louis de concebir un hijo era la misma que una bola de nieve en el infierno.

El tipo de infierno caliente, no el infierno de Dante, que era un infierno helado, que Louis encontró increíblemente irónico. No es que importara en este momento, excepto por la metáfora en su cabeza.

Independientemente, el omega arrugó el paquete y lo tiró a la basura con un gruñido.

Había opciones. Reproducción asistida. Tratamientos de fertilidad. IIU(1). FIV(2). Subrogación, especialmente considerando que eran una manada de dos omegas. Pero Louis apenas los había escuchado.

Esto era culpa suya. No se había defendido por sí mismo, no había considerado a los bebés que quería tener cuando comenzó esto, bueno, él no comenzó esto, su madre sí. Pero, hizo...

—Esto no es tu culpa —Liam acercó la tetera antes de que silbara y le preparó una taza de té a Louis.

Dejando caer su barbilla en el mostrador, Louis suspiró. —Entonces, ¿por qué se siente así?

—Porque estás olvidando que pediste que te quitaran los supresores...

—Pero no me detuve, Liam. Tomé esas pastillas, en la privacidad de mi casa o en el autobús o en una habitación de hotel, solo. No es como si Jones me estuviera apuntando con una pistola a la cabeza.

—No. La sostenía contra la mía. Y las de Zayn, Harry y Niall. En forma de rumores y estúpidos trucos publicitarios que podrían haber significado el final para nosotros como manada.

—Pudo o no.

—Vamos a jugar esto como lo haces con la Dra. Rossi —Liam dejó sus tazas sobre la mesa con suavidad y se sentó con la mano en la de Louis—. Di que paras. En medio de un tour. ¿Qué pasa?

Louis hizo un puchero en su taza. —Nada.

—¿Entonces, qué haces?

—... No lo sé.

—Lo has dicho tú mismo. No estás cien por ciento seguro de que pudieras haberlo dicho alguna vez. ¿Y si tu olor se activaba? Diablos, ¿y si entrabas en celo?

Estaría más que avergonzado. Mortificado. Se metería en un agujero y nunca saldría. —Me sentiría avergonzado. Dios, especialmente si terminaban ayudándome a superarlo por sorpresa. O le hubieran pagado a alguien —ese tipo de servicios no eran exactamente menospreciados, pero tampoco se discutían comúnmente.

—¿Y si hubieras quedado embarazado de nosotros?

Las mejillas de Louis ardieron al pensarlo. —¿En el espacio de cabeza en el que estaba? Nunca creería que quisieran reclamarme, y mucho menos vincularnos si no hubiera tenido a su cachorro primero. Pero, al menos habría tenido un cachorro.

—Antes de Declan. Quién sabe si hubiéramos tenido a Seis.

—No digas eso —Louis le espetó, los vellos de sus brazos se erizaron. Ese era su bebé. Independientemente de quién lo gestó, ese era su bebé.

Baby, You Light Up My World [ot5]Kde žijí příběhy. Začni objevovat