Más allá de la música ©

Capítulo 12: ¿Cómo sería ser su novia?

Capítulo 12: ¿Cómo sería ser su novia?

Jane

-Sí, se ha quedado a solas con ese chico, a saber que ha pasado -contestó burlándose Carol-. A lo mejor ha lesionado al pobre chaval y por eso tardan tanto.

-No me extrañaría -Am era muy amable y divertida, pero si te metes con ella o con alguna persona cercana tienes que tener cuidado.

-Aún no me has contado lo de Elliot -dijo emocionada.

Le relaté lo que había ocurrido hace un rato, incluido el comentario de Am.

-Me habría gustado estar para ver su cara. Y la tuya. Am es un genio -comentó riéndose. Siguió riéndose y cada vez se reía más y más alto, hasta que pude ver cómo se secaba una lágrima.

-No es gracioso -protesté.

-Hay que admitir que sí lo es, por cierto, ¿dónde está? -preguntó curiosa.

Le busqué por todo el patio y le encontré... hablando con una chica. Corrijo, riéndose con una chica.

-Está ahí -señalé aparentando tranquilidad. Era una tontería y yo una tonta por entristecerme por eso. Cuando se dio cuenta de que le estábamos mirando se giró en nuestra dirección. Hizo el amago de acercarse, pero la chica le agarró del brazo.

Él podía hacer lo que quisiera, por lo que no entendía qué hacía esa chica agarrándole así. Elliot la apartó disimuladamente y se acercó a nosotras. Una sonrisa de satisfacción se instaló en mi cara.

-¿Feliz de verme? -inquirió al llegar a nuestro lado.

-La misma pregunta te hago yo -contesté.

-Claro que sí. Tú eres Carol, ¿verdad? -preguntó dándole dos besos.

-Y tú el famoso Elliot.

-¿Famoso? -preguntó divertido.

-Por supuesto. Está todo el día hablando de ti -apuntó señalándome.

-Eso es mentira -dije defendiéndome-, sois vosotras las que me preguntáis -me quejé. Iba a pensar que estaba obsesionada con él.

-Ya me caes bien Carol. Se nota cuanto te quieren, Jane -se burló chocándole los cinco a mi amiga.

-Sí, vosotros aliaros contra mí -me crucé de brazos, aunque sonriendo.

-Creo que nos tenemos que ir ya, Jane. Un placer conocerte Carol -se despidió cogiéndome de la mano.

-Igualmente.

-Te pones muy mona cuando te enfadas -me susurró cuando estábamos por la zona de las canchas.

-Deja de burlarte de mí.

-Sólo cuando admitas que te alegrabas de verme.

-Está bien, sí. Pero sólo porque te habías alejado de la chica.

-¿Y eso te molestaba? -preguntó divertido.

-Claro que no, pero, ¿has visto cómo te agarraba?

-También he visto cómo la mirabas mal.

-Detalles sin importancia -finalicé. Se rió y murmuró algo para sí mismo.

En la cancha ya se encontraban gran mayoría de los jugadores y sí, nos había vuelto a tocar jugar contra el Saint Pointe. A veces, que nuestro director dirigiera el instituto no era tan bueno. Me senté en las gradas mientras observaba cómo algunos de otros colegios lanzaban a canasta.