Capítulo 39: Soy tu mayor fan.

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Capítulo 39: Soy tu mayor fan.

Jane

—Hoy es un buen día para estar vivo —anunció la molesta voz de Elliot descorriendo las cortinas, provocando que luz diera de lleno en mi cara.

—Cállate —protesté cubriendo con la blanca almohada mi cabeza. Un dos por uno, no luz y tampoco frases motivadoras de Elliot tan temprano. Comprobé con horror que eran las siete de la mañana, ¡las siete!

¿Para qué había terminado el instituto si ahora me seguía despertando a esas horas?

Hablando del instituto, ya me había graduado. Siempre solía ver en las películas la típica graduación donde lanzan sus birretes al aire con grandes sonrisas en sus caras. La mía fue tranquila, la alumna más aplicada dio un discurso sobre sus espléndidos años en el Lexton, agradeciendo a sus profesores y compañeros que la habían ayudado a lo largo del camino y que nunca olvidaría. Luego,  contó graciosas anécdotas de los mejores años de su vida, tal y como ella mencionó. El discurso fue bastante largo aunque conmovió a parte de los padres y algunas compañeras que iban con un pañuelo en la mano.

Yo disfruté todo lo que pude, nunca me habían gustado las celebraciones del instituto. Recordamos momentos que habíamos vivido durante esa etapa y nos despedimos de amistades que habíamos forjado a lo largo del tiempo, pero que seguramente no recordaríamos cuando fuésemos mayores. Ese era un breve resumen de la época del instituto: momentos buenos y otros malos, con personas que seguirán estando en tu vida o que terminarás olvidando. Mi estancia había sido buena, allí había conocido a mis dos mejores amigas y, en realidad, era donde Elliot y yo nos habíamos conocido. En el instituto en general.

Fue bonito, no como High School Musical, pero bastante agradable. Cuando fui a recoger mi diploma de graduada no podía estar más orgullosa de mí misma y al mismo tiempo alegre de haber terminado. Mi familia al completo había acudido a verme, junto con la familia de Elliot. Sí, fue una gran sorpresa verlos allí, ellos me dijeron que no se lo querían perder, ya que era un momento importante para mí y ellos querían estar presentes. Elliot estuvo conmigo después del evento y no paraba de repetir que su novia se había graduado, provocando que yo no pudiera parar de sonreír de felicidad.

Fue un cúmulo de emociones y sentimientos que pusieron fin a un capítulo de mi vida, pero que empezaron uno nuevo. Recordaría ese momento cuando estuviese en la universidad estresada pensando que el instituto estaba tirado, en comparación. Eso sí entraba en la universidad que quería.

—Jane, estamos en una ciudad nueva, ¿planeas quedarte durmiendo todo el día? —oí que Elliot me recriminaba. Su voz cada vez se hacía más cercana, por lo que seguro que planeaba sacarme a la fuerza.

—Sí, ¿has visto que cómoda es esta cama? No me voy a mover de aquí hasta que necesite con desesperacion ir a por comida o al baño, hay que establecer prioridades —le expliqué mi punto, aunque a él pareció no servirle.

—¿Planeas quedarte toda la mañana durmiendo? —inquirió Elliot cruzando sus brazos.

—Que pesado que eres —protesté arropándome más con la sabana. Yo no podía lidiar con el carácter maternal de Elliot tan temprano.

—No me dejas más remedio —No sabía la magnitud de sus palabras, hasta que por el rabillo del ojo vi que se lanzó a la cama. Con un rápido movimiento, tiró de mi sábana, intentando apartarla de mi poder, pero yo contrarresté su movimiento tirando hacia mí.

Todos tenemos un punto débil, y en mi caso eran las cosquillas. Si querías algo de mí, bastaba con hacérmelas y yo aceptaría sin dudarlo. Desventaja en mi contra que Elliot descubrió y se aprovechó de ella.

Más allá de la música © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora