𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 // 𝑪𝒉𝒊𝒏𝒂 𝒙 𝑵𝒐𝒓𝒄𝒐𝒓𝒆𝒂

[🥠]- Boda.

Un norcoreano estaba mirándose con detenimiento en el espejo, mientras era observado por Japón.

— ¿Que tanto te preguntas? ¿No deberías estar feliz? — Preguntó, curiosa.

— Nada... Solo es que... Agh, olvídalo. — Miró a la japonesa, pero con una expresión fría.

— ¿Qué? ¿Que te pasó? — Se levantó de su asiento, dispuesta a ir a recoger el ramo de rosas blancas con margaritas.

— Es que... ¿Y si después de esto se arrepiente? O mucho peor... ¿Y si se arrepiente justo en este momento? ¿O quizás todo cambie después de esto? Digo, no hemos sido una pareja muy sana en opinión de ambos pero... El me tolera, hasta cierto punto, ¿Que tal si eso cambia? — Preguntó, con un toque de miedo en su expresión, pero mantenía una postura firme.

— Corea del Norte... Nada cambiará, un matrimonio es lo mismo que un noviazgo, solo que con un anillo en dedos, es lo único, en mi experiencia. — Mientras le decía aquello a norcorea, señaló su anillo en sus dedos.

— Si pero... Tal vez... Existe una posibilidad de que... — Fue interrumpido.

— En serio, no existe una probabilidad, ni la más mínima de que eso pase, China es un hombre centrado y responsable, de alguna forma disciplinado también, el te ama, aunque eso no parezca, así que deja de dudar y pon una cara más feliz, que este día va a ser genial. — Le dio el ramo de flores y margaritas a Corea.

— Está bien... — Suspiró, para luego mirarse de nuevo en el espejo, y caminar hasta el auto que lo llevaría a la montaña donde se realizaría aquel matrimonio.

Dato: Si, va a ser en una "montaña" su matrimonio, ya que no querían estar en una iglesia, a Corea le da cierta incertidumbre las iglesias.

China estaba esperando en el altar, no era tarde, ya que el estaba hace un rato, el llegó demasiado temprano debido a que hubo un problema y se resolvió más rápido de lo esperado.

Hong Kong tenía un vestido blanco, al estilo victoriano, mientras Pekín solo usaba un pantalón blanco con una camisa blanca, pero con toques dorado igual, Pionyang solo traía su enterizo blanco, estaba tranquilamente en su coche, entretenido viendo el cielo.

— Espero que Pionyang no llore por ahora...— Habló Pekín, mirando a Hong Kong.

— Eso espero... Parezco una muñeca de colección. — No es que no le gustara el vestido, simplemente se había cansado de el ya que su tela le provocaba cierta picason en sus piernas.

— Correción hermana, no una muñeca, las muñecas son más lindas. — Habló, burlón.

— Cállate, que tú pareces una rana recién nacida. — Le respondió, mientras rodaba los ojos.

Mientras tanto, los hermanos rusos estaban acomodándose en sus respectivos asientos, Corea del Sur al sentirse algo incómodo se fue a sentar junto a sus sobrinos.

— Hola tío Sur... ¿Que hace aquí? ¿Y dónde está la tía Japón? — Preguntó la de flor en su bandera.

— Hola Hong, y simplemente vine a pasar un rato con mis sobrinos, Japón está con su padre, Norte. — Habló, mientras veía a Pionyang soltar su chupete.

El auto donde estaban Corea y Japón se abrió, dejando ver a un terciario dentro de el. Japón salió, y se hizo a un lado para dejar pasar a Rusia, quién era el que estaba en el auto, haciendo compañía de nuevo a Corea.

— Se que papá no está, así que yo puedo sustituir su lugar, siempre y cuando estés de acuerdo. — Habló, en un tono amable y tranquilo.

— Está bien... — Bajó detrás de Rusia, mientras agarraba su brazo, pero para que mentir, la mano de norcorea apenas si tocaba el brazo de su hermano, puede que tengan un fuerte lazo pero, a Norcorea le da miedo el contacto físico.

Vaticano estaba siendo espectador de todo, mientras repasaba en su mente lo que debía de decir, y rogaba por no caerse del banquito que lo ayudaba verse alto y estar a la altura del objeto que sostenía la biblia.

China veía la escena, totalmente sorprendido y a la vez aliviado, no se veía rastro en el rostro de norcorea que estuviera arrepentido de aquella desición.

Los minutos pasaron, donde Vaticano hablaba tranquilamente pero con un tono firme mientras ambos prometidos lo miraban, escuchando sus palabras. Mientras, los niños oían al padre, pero les parecía algo aburrido, ya que juraban que llevaba más de dos horas hablando y no paraba; suspiraron de alivio al ver cómo ya sus padres iban por las típicas escenas de películas de bodas, su parte favorita ya que era literalmente la penúltima.

— Corea del Norte, ¿aceptas a China como tu esposo? — Preguntó, cuando finalizó su pregunta miro al coreano, esperando su respuesta.

— Si, acepto. — No miró a China a la cara, debido a que podría verse como un tomate vivo aunque no esté viendo su reflejo en el espejo.

— China, ¿aceptas a Corea del Norte como tu esposo? — Está vez su mirada se dirigió al de ojo dorado.

—... Si, acepto. — Su silencio fue breve, por unos segundos a no más tardar, ya que estaba nervioso y no podía hablar sin tartamudear.

— Bueno, entonces los declaró marido y esposo, puede besar al novio.— Habló, con una leve sonrisa mientras bajaba de su banquito, agradeciendo a Dios que no haya caído de ahí durante las palabras que estaba cursando en la ceremonia.

Volviendo con los recién casados, primero se miraron fijamente, China agarró la mano de norcorea y la besó primero, después acercándose a los labios del norteño para dar un pico, siendo correspondido por el contrario.

Los presentes se levantaron de sus asientos y aplaudieron, sus hijos igual, pero alguien empezó a llorar, y fue Pionyang; es que hace un momento estaba dormido, ya que Sur lo había dormido, y se levantó llorando por el repentino ruido de aplausos.

Tengo que admitir que no es gran cosa, pero intento escribir algo, me siento algo presionado ya que debo estar constantemente escribiendo en varios de mis libros, que para sus suerte dos los actualizo cuando tengo ideas confirmadas, pero los demás me dejan con esa presión, así que lo siento si no es gran cosa, se que puedo parecer exagerado pero la presión es tanta que no puedo pensar a veces con claridad, o simplemente me arrepiento y lo termino borrando.

Mi única salvación es...

Momentos indebidos.

JAJAJAJA, no se crean, pero de igual, es una opción siempre y cuando estén de acuerdo, sin más que decir, adiós y felices fiestas.

Pregunta.

¿En qué fecha creen que Norcorea y China se casaron?

-[🥠]