[🥠]- Rosa.

85 19 4
                                    


Un chino se encontraba sentado en el sofá, mientras veía el televisor que reproducía las noticias del país.

Un Norcoreano entraba a la casa furioso, había estado en el jardín arreglando las flores pero resulta que su rosa favorita, la que más le daba cuidados y había gastado una cantidad de dinero absurda para su cuidado y mantenimiento se secó.

Maldita sea esa rosa, le di todo mi cariño y ahora se secó.— Decía molesto, mientras se quitaba los guantes amarillos y dejaba la regadera de un lado.

¿Ahora por qué estás molesto? — Preguntó, algo desinteresado.

Esa bendita rosa se secó, tanto cuidado que le puse y me va a salir con eso. — Habló, dirigió su mirada al sillón donde se encontraba China, no tardó en caminar hacia el.

¿Cuál? ¿La rosa azul? — Preguntó aún más curioso, mirando el paso del coreano.

Si, la que me regalaste. — Se sentó, mientras suspiraba pesadamente y su cara era de molestia.

De seguro se secó por tu carácter, dicen que las flores y rosas se marchitan dependiendo de tu carácter. —

— E mejorado mi carácter. — Lo miró, con una ceja arqueada.

Mi brazo no dice lo mismo. — Alzó su brazo y retiro la manga de su traje tradicional, revelando mordidas provenientes de unos dientes un tanto afilados.

No me dejabas cocinar. —

— Quería darte los buenos días. —

— Un abrazo no era la manera. —

— ¿Acaso te desconcentraba tanto mientras te abrazaba? No sabía que te ponías nervioso. —

— Nervioso por quemar mi comida, ¿Sabes que me había levantado con ganas de cocinar? —

— Eso no lo creo, estabas rojo. —

— El fogaje que producía el sartén me daba calor.— Contradijo.

— Eso es una excusa barata. —

— Como las que me das a mi cuando sales y regresas tarde en la noche, todo para pasarte con tu maldita amante. — Bromeó, buscaba molestar al gigante asiatico.

Y dale con ese tema, si tuviera una amante no te habría pedido matrimonio. —

Noto las miradas que le das a Japón. —

— Me mirabas de la misma manera cuando me encontraba contigo en reuniones antes de pedirte una segunda oportunidad. —

— Solamente con el detalle que tú finges odiarla mirándola así en mi prescencia y cuando no estoy, seguro la miras amablemente, yo te odiaba realmente. —

— ¿Crees que me rebajaría a tanto para estar con esa gata? — Preguntó, visiblemente molesto.

Probablemente, yo me rebaje mucho para estar contigo. —

— Eso es porque me amabas y me amas, admítelo. —

— Lo admito, pero a veces siento necesidad de clavarte un cuchillo en la garganta para que dejes de tirarme indirectas fuera de lugar. —

— No soy hormonal. —

— ¿Que no? Tenemos tres hijos, cuatro con el que está en camino. —

— Necesitaba de tu atención. —

— Olvidé que eras un perro desesperado por la atención de su dueño. —

Te equivocas, eres más mimoso que yo cuando terminas tu trabajo. —

— Con una diferencia, yo solo lo soy en esas ocasiones, tú lo eres siempre. —

— Porque solamente quiero relajarme, y lo hago cuando me acaricias. —

— Tiene sentido, eres mitad animal. —

— ¿Algún problema? Asalta asilos. —

— Asalta asilos no soy, soy asalta tumbas porque admiramos algo, sobrepasas la edad de los abuelos... — Habló burlón.

No hables mucho, que tú eres un niño a comparación de mi. —

— Por eso eres un asalta cunas. —

— Tendría sentido, te crie. —

— Ya cállate con ese tema, no quiero hablar de eso. —

— Tu empezaste. —














































No se me ocurrió nada más, ya que ando enfermo🤙.
Sin más que decir, adiós.

-[🥠]

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 // 𝑪𝒉𝒊𝒏𝒂 𝒙 𝑵𝒐𝒓𝒄𝒐𝒓𝒆𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora