𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 // 𝑪𝒉𝒊𝒏𝒂 𝒙 𝑵𝒐𝒓𝒄𝒐𝒓𝒆𝒂

[🥠]- Cumpleaños.

Sisas, ¡hoy es noche de LLORARRRRRRRR!

El adulto se encontraba agarrando la mano de aquel recién mayor de edad, dando un paseo tranquilamente por un parque que tenía unas plantas realmente hermosas, junto con una luciérnagas que alumbraban el camino.

— ¿Sabes? Siempre quise un cumpleaños así... — Susurró, con algo de vergüenza.

— Así... ¿Cómo? — Preguntó totalmente confuso.

— Totalmente tranquilo, junto contigo... — Sus mejillas se fueron acalorando, obteniendo como consecuencia un color rosa.

— Intenté estar en tus cumpleaños pasado, créeme, pero no sé daba la oportunidad, de ser así hasta te hubiera llevado hasta Singapur. —

— Hum... Por mi, hasta en una cabaña podemos estar, lo único que quiero es tranquilidad... — Susurró.

— Quisiera devolver el tiempo, para poder modificar mi error que te llevo a privarte de la libertad... Si no fuera por mi estupidez... — Fue interrumpido por un dedo en sus labios.

— Tenías que hacerlo, no tenías opción, no querías perderme... Si bien, llegué a pensar que era para tu beneficio pero después descubrí que era para el mío... Me ayudaste a sanar, no de una manera adecuada, pero lo hiciste... No te culpes, no es tu culpa. — Habló tranquilo.

— Te privé de tus derechos, de tus valores, de tu salud psicológica, de tu salud en general, de tus horarios, de tus necesidades, de tus cosas importantes, hasta de tu trabajo, te privé a recibir siquiera un rato de sol por día, te fuiste a vivir a un infierno donde te golpeaban y maltrataban, te obligaron a ser algo que no eres, todo por mi error, es mi culpa... — Sus ojos rogaban por el perdón del más bajo, quién solo lo miró con un brillo en sus ojos, apesar de que su mundo se fue abajo por unos años...

¿Cómo ese joven todavía tenía aquel brillo?

— Te perdono, ahora deja de culparte, no es tu culpa... — Siguió caminando como su nada, dejando ver su espalda, donde aquellas alas estaban cortadas demacradamente junto a sus cortes en los brazos.

— ¿V-v-vamos a morir? — Balbuceaba mientras veía al Chino inmóvil, a excepción de su rostro, qué solo mostró una ligera sonrisa.

— No... Iremos a descansar, nos lo merecemos... — Miraba los retratos en las paredes, donde en su mayoría estaban juntos con una sonrisa.

— No quiero morir... Soy muy joven... — Hablaba, agonizando mientras quedaba inmóvil.

— Solo iremos a otro mundo, donde tendremos paz... ¿No te parece genial? — Su vista se nublaba, mientras que sentía sus últimos respiros.

— ¿N-nos encontraremos allí? — Preguntó, cuando China estaba apunto de responderle, su cuerpo y sus oídos dejaron de funcionar.

A Norcorea le estallaron los tímpanos y el hígado, mientras que a China el rostro completo junto al corazón.