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El sentimiento de temor no había desaparecido a lo largo de la semana, tuve que pedirle ayuda a Melody para estudiar, porque estando sola mi cabeza viajaba desde las ecuaciones a porqué Cole estaba jugando conmigo.

Esa semana de exámenes me estaba desgastando más de lo que imaginaba. Terminé mi examen de ese día y pedí permiso para retirarme al baño, estaba a punto de orinarme y no podía seguir fingiendo que no pasaba nada. En el camino me crucé con el rubio que llevaba su mochila al hombro.

—¿Terminaste tus exámenes que ya te vas a casa? —le dije de pasada, él sonrió y siguió de largo.

Me quedé plantada en el pasillo.

Me dolió que me ignorara de esa forma, estaba yendo todo bien entre nosotros y ahora no me dirigía la palabra. Me recordé que era Cole Walter de quién estaba hablando y seguí comino al baño. 

No volví a pensar en él.

Hasta esa noche.

Llegó a casa golpeando frenéticamente la puerta. Corrí a abrir y lo vi apoyado sobre el marco de la puerta de una forma muy extraña. 

—Hola, Cat, Catty, Cat-love... —lo detuve antes de que se le terminara la lista de apodos ridículos.

—¿Que rayos te pasa?

Pup —me tocó la punta de la nariz y quité su mano de un movimiento.

—¿Estás drogado? —susurré.

—Es una posibilidad —cerré la puerta detrás de mí por si mamá aparecía.

—¿Que mierda pasa contigo, Cole?

—Dylan me dijo que tenías de eso para vender.

Le tapé la boca antes de que pudiera seguir diciendo algo que me comprometiera.

—Eres la última persona a la que le vendería.

—Entonces si vendes —dijo quitando mi mano de su boca y levantando una ceja divertido.

Lo tomé por el brazo para llevarlo lejos de mi casa hasta el viejo granero, caminaba como si estuviera en la luna y se reía de cualquier cosa.

—Voy a matarte —dije cuando estuvimos dentro del lugar.

—¿Por qué?

—Porque vienes a mi casa diciendo que puedo venderte marihuana y mi madre podría habernos escuchado. Ya tengo suficientes problemas y tú no estás colaborando en nada.

—Cat, ¿por qué no te relajas un poco? Hay que vivir la vida.

—No creo que entiendas bien el concepto de vivir la vida.

—Si estás tan paranoica entonces me voy —dio media vuelta y tropezó con una rueda que había en el suelo. Hizo el intento de levantarse, pero claramente no podía—. ¿Me ayudas?

Lo miré con desaprobación, no era posible que me estuviera pasando esto a esta altura de la noche. Con mucho esfuerzo lo saqué de entre las cosas que había allí tiradas y salimos al campo, lejos de la huerta, detrás de varios árboles, tenía unas pocas plantaciones de marihuana que usaba para uso personal y venta -cuando necesitaba dinero, claro-. Cole se tiró en el césped mirando el cielo oscuro y repetí su acción.

—¿Desde cuándo fumas? —le pregunté mirando su perfil cortado por la oscuridad. 

—Desde hoy —dijo sonriendo como tonto—. ¿Por qué no fumas conmigo?

—Porque alguien tiene que cuidarte en este estado —él hizo un puchero y me insistió en que prendiera uno.

—Si fumo no voy a convidarte. Ya estás demasiado drogado.

¿Sólo Amigos? | Cole Walter |Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt