Capítulo 1: videncia (1)

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Narra Yuji Itadori

- ¿Por qué nos hiciste esto, Yuji?

Me miró con desprecio. Le veía desde la lejanía, pero igual podía sentir el desprecio que me tenía.

- ¿Quién eres? - cuestioné.

- No debiste haberte ido, Yuji. No debiste habernos abandonado...

La mujer comienza a llorar. La veo que, de un momento a otro, se arrodilla y su cuerpo se comienza a deshacer en cenizas. Me pareció algo sorprendente, porque por muy extraño que fuera, sentía que yo ya la conocía.

Fui corriendo en su dirección para intentar ayudarle... O, al menos, tocarle. Sin embargo, justo cuando estoy a su altura, solo resta una estructura indescriptible.

- Nunca nos olvides, Yu -susurró.

El viento sopló y las cenizas de la mujer fueron a bailar con él. Algo en mi interior me decía que esta no era la primera vez que estaba aquí, en medio de una casa abandonada porque ardió en llamas.

Empecé a toser y se me dificultaba respirar; me vi a mí mismo caminando entre el fuego, intentando escapar desesperadamente... parecía que mis pies estaban apresados al suelo y la voluntad para avanzar y salvarme me había abandonado.

Sentía calor. Mucho calor.

Sentía cómo mi sangre comenzaba a hervir dentro de mis venas.

Y sentía que iba a morir.

Sin embargo, en el último minuto alguien apareció frente a mí y me sacó de allí llevándome cargado. No supe distinguir su rostro y mucho menos decir algo, pues antes de tocar otra vez el suelo, todo se pintaba de negro.

Todo dejaba de tener sentido...

Desperté.

Respiraba de forma acelerada y mi corazón palpitaba muy rápido. Todo había sido obra del mundo onírico, pero se sintió real. No era la primera vez que tenía ese sueño; para ser preciso, era la cuarta vez en el mes.

Las dos primeras veces creí que era algo sin importancia, pero llegado a este punto... ¿tendrá algún significado? No soy alguien que atribuye significados a cosas al azar, no pienso que todo necesariamente quiera transmitir un mensaje; no obstante, estando en el mundo de Jujutsu, creo que todo es posible.

Creo que incluso lo irrelevante tiene algo de pertenencia a algo mayor y eso es poco decir. Me levanto del escritorio en el que estaba, recojo mis cosas y cierro la libreta en la que se suponía que estaba tomando apuntes de la energía maldita y un dominio avanzado; Gojo sensei se había tomado la molestia de enseñarme al respecto, pero tengo la sospecha de que reconoce que a mí me viene lo práctico.

No es que no pueda con la teoría, es que me considero un ente pragmático y así me ha ido bien. Creo que incluso Kugisaki sabe esto, pero de ella no me fiaría para que argumentara a mi favor si Gojo sensei preguntara por qué no cumplí del todo con lo que me solicitó.

Bueno, tampoco es para tanto. Entendí lo básico y lo complementaré con lo que ya sé. Así pues, justo cuando tomé una pequeña bolsa roja en donde llevaba los materiales de estudio para días de teoría, escuché que me llamaron.

- Itadori, ¿terminaste con tu asignación?

Levanté la mirada al frente del salón y en la puerta se encontraba Fushiguro; se mantenía tan estoico como de costumbre.

- Pues... -susurré.

Suspiró, como sabiendo exactamente lo que le diría.

- Seguramente viniste con toda tu buena intención para aprender -mencionó mientras rascaba su cabeza-. Pero en medio del estudio te dio pereza ver tanta lectura nada entretenida.

Asiento.

- Y ahora pretendes decir a Gojo sensei que hiciste lo que te pidió, pero realmente harás parte de lo que sabes y parte de lo que aprenderás en combate, ¿no es cierto?

Asentí nuevamente, aunque sonriendo por lo bien que me había leído. A veces pienso que Fushiguro no solo es un hechicero de sombras, sino que también es adivino. Sería bueno preguntarle en algún momento.

- Itadori... -dice mientras mueve su cabeza en señal de resignación-. Sé que no es de mi incumbencia lo que decidas o no hacer, pero recuerda que ya no estamos luchando con las mismas cosas de hace unos meses atrás. Bien sabes que una maldición es una entidad con la capacidad de evolucionar si se lo propone, con lo que se hace más fuerte. Es nuestro deber estar preparados para enfrentar lo que sea.

- Lo sé, lo sé -suspiro-. Prometo que me esforzaré el doble para ser mejor.

Le veo levantar su pulgar en señal de aceptación.

Ambos salimos del salón en que me debía quedar la tarde estudiando porque se supone que estoy cursando estudios superiores sobre la energía maldita (no por decisión propia) y sus múltiples aplicaciones. En mi caso, todavía no sé con exactitud cómo esta energía me moldea, sin embargo, sí que me permite hacer cosas fascinantes como el "destello oscuro". Sería increíble poseer una técnica maldita como muchos en Jujutsu, pero tampoco me quejo de mis habilidades actuales; creo que lo que mejor las define es la versatilidad.

- Oi, Fushiguro -le llamo mientras caminamos en dirección al patio de la institución-. ¿Crees que los sueños cuenten realidades?

No voltea en mi dirección, pero sé que está pensando; al hacerlo, suele meterse las manos en sus bolsillos. No sé por qué le menciono sobre los sueños, me parece que él es alguien muy racional como para darle crédito a algo que bien puede ser un reflejo de la imaginación.

- Depende -responde sin inmutarse demasiado.

Sí, definitivamente aún tengo muchas cosas que aprender de él.

- ¿De qué? -repliqué sin querer despertar sospechas.

- Si es un sueño al azar y que no parece tener importancia, entonces no hay nada que sacar allí -veo que frunce el ceño un poco-. En cambio, si el sueño presenta algún objeto, símbolo, sentimiento o recuerdo en particular se le debería prestar más atención, pues se puede tratar de un tipo de videncia proveniente del mundo onírico.

- ¿Videncia? -repito un poco confundido-. ¿Dices que la adivinación y ese tipo de cosas también cobran sentido en Jujutsu?

Detiene su caminar.

- Itadori -su mirada fría se dirige a la mía-. La videncia es otra de las respuestas posibles a la energía maldita. Se dice que incluso existieron hechiceros capaces de ver en el futuro sucesos que redefinirían nuestro presente... Aunque ahora son muy pocos quienes verdaderamente pueden ser llamados "videntes".

- Entiendo -digo para no inmiscuirme más de lo que debería, aunque debo aceptar que estoy maravillado.

Siendo así, un sueño recurrente se podría considerar como una señal, más no tengo idea de qué.

- ¿Hay alguna razón por la que los sueños te parece un tema relevante?

Carajo, sabía que no debía mencionarle esto a él...

- Etoo... Yo no diría que existe una razón, solo que me parece curioso.

- Itadori... -regaña.

Sonrío.

- Bien, bien, puede que sí, pero es algo muy tonto. Quisiera hablar con Gojo sensei al respecto y si es algo concreto, te diré.

Suspira.

- Tsk, como quieras.

Y sigue caminando como si nada. Yo, por mi parte, no sabría decir si realmente estoy en problemas con el profesor Gojo por no cumplir del todo con su asignación o si sería mejor distraerle con esto de la videncia y los sueños.

Sonrío nuevamente.

Sería interesante probar la segunda opción.


Infinito || GoYuuWhere stories live. Discover now