Capítulo 11: si estás dispuesto

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Recomiendo leer este capítulo escuchando "Be kind" de Halsey.

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Narra Satoru Gojo

Si soy sincero, tenía que aceptar que estoy orgulloso de Yuji Itadori y todo lo que ha logrado con su determinación. Él es una de esas personas que no se dejan avasallar por las dificultades, pues lucha con todos los medios que tenga y sigue adelante. Quién diría que un joven que no creía en sus capacidades terminaría siendo un hombre tan valiente, tan dispuesto y lleno de vida.

Vida que, en mi caso, siento que se me está escapando de las manos sin poder evitarlo. Hay tanto por lo que me gustaría agradecer en momentos como los de hoy, que van sin prisa, pero lo tienen todo; y por supuesto que Yuji era todo... al menos, de lo que me gustaría tener.

"Las oportunidades en la vida no son eternas, Satoru".

Claro que sabía que las oportunidades no son eternas, pero lo que sentía por Yuji no era correcto. No solo porque soy su profesor, sino porque él es joven y la vida tiene muchas cosas buenas que ofrecerle todavía y en ello, sin embargo, estaría también el amor.

Sé lo que siento por Yuji, sé que me gusta y me siento como un idiota por eso. Me siento como un adolescente en la pubertad que recién descubre lo que es estar enamorado y no estoy para esos caminos a estas alturas de mi vida. Estamos a niveles distintos de vida y no quisiera llevarle problemas a su existencia solo por estar con alguien como yo.

Además, sería ridículo. Un estudiante y un profesor juntos sería una buena causa para que seamos separados y si eso ocurre, no podré seguir protegiéndolo como hasta ahora. Sería un blanco directo para los "peces gordos" e incluso para las maldiciones que buscaran aprovecharse de su condición de recipiente.

Por donde le mire, sé que simplemente esto que ha nacido en nuestros corazones no es posible. La irracionalidad no nos haría bien y él lleva todas las de perder, pues aún tiene mucho que recorrer. Yo, en cambio, poco es lo que tengo que derrochar.

Suspiro.

Miro las nubes correr en el cielo. Estoy bajo la sombra de un árbol al que suelo recurrir cuando necesito pensar con claridad un asunto. La brisa sopla con suavidad y las aves cantan armonías que anuncian diversas posibilidades en esta marea de circunstancias que es la vida... o eso es lo que me encanta creer.

Después de terminar los asuntos con Azumi y que Yuji estuviera satisfecho con el significado de sus sueños, ambos volvimos a Jujutsu. Por mi parte, tuve que informar el maldito lío que fue tratar con ese blanco; bajé demasiado la guardia confiado en que sería igual que el anterior, no obstante, ahora sé que entre los blancos también existen categorías. Culpa mía pasar cincuenta años en el dominio de una entidad maldita, lo acepto y merezco los dolores de cabeza que esa acción me trajo, mas nada que no pueda solucionar en un par de días.

Yuji, por otro lado, tuvo que tomar quince días de reposo obligatorios por las heridas que tenía su cuerpo (pese a haber sido atendido por Azumi) . Además, tenía que adaptarse a la maldición acoplada que ahora utiliza como brazo izquierdo; sería interesante que descubriera si esta tiene otras funciones integradas... tal vez trate eso con él en otra ocasión. Me aseguré (indirectamente) que tuviera muchas facilidades a su disposición, pero conociéndole, prefirió hacer las cosas a su modo. Le gusta trabajar por lo que obtiene, le gusta sentirse útil e integrado a una causa; y es que si hay algo que conozco muy bien de Yuji es que su naturaleza altruista no le dejará tranquilo hasta haber dado todo de él.

Y sí, indirectamente han transcurrido las cosas entre nosotros en estos días, pues lo que menos necesita es que vayan tras él para ser cuestionado por mi desempeño de hechicero o lo que es peor, que se enteren más de lo que deben sobre la nueva maldición que yace en su cuerpo. Eso sería, sin duda, otro dolor de cabeza para su vida.

Infinito || GoYuuWhere stories live. Discover now