CAPITULO 3

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Capítulo 3

LA USURPADORA

La tormenta se había calmado, abro los ojos al sentir un rayo de luz sobre mi rostro. Me siento en la cama y lo primero que veo es a las doncellas al pie de la cama.

-Buenos días alteza- dicen todas en una sola voz haciendo una pequeña reverencia.

Responder el saludo de las doncellas es algo que Cants me enseñó a no hacer, ellas saludan por respeto, pero yo no tengo la necesidad ni la obligación de responder pues son solo doncellas, y aunque al principio respondía sus saludos, desde que Cants lo prohibió no he vuelto a hacerlo. Asiento con la cabeza no muy a gusto, pues ni siquiera al despertar tengo algo de privacidad. Me siento al borde de la cama y dos de ellas se acercan a mis pies para ponerme unas pantuflas de algodón (las más caras de todo el reino).

-Tres de ustedes preparen el baño, dos escojan las joyas y vestido de hoy, las demás esperen afuera- ordene, acomodándome la bata.

-Como ordene alteza.

"Alteza" una palabra a la que aún no me acostumbro del todo.

Salieron de la habitación y las cinco restantes se dispusieron a hacer lo que les pe...ordene.

El sol estaba en todo su esplendor, como todos los días en Sunland. Abrí las puertas que daban al enorme balcón en forma de media luna para apreciar la mañana, al fin y al cabo, todos en el palacio ya sabían que yo estaba aquí y que dentro de unos días seré la nueva reina. Al abrir las puertas varias aves que estaban reposando sobre el barandal salieron volando hacia el cielo, libres, libre como yo ya nunca seré. Las observe alejarse y una voz que provenía de detrás de mi me hizo volver en mi misma.

—Jamás volaras como ellas si te quedas solo viéndolas—me gire de inmediato para ver de dónde provenía la voz, y al no ver a nadie en la puerta baje la mirada hasta el suelo y allí estaba el portador de la voz... Cheng Cheng.

—Vaya, desde que decidiste hablar ya no te callas. ¿Sabes que sí alguien te escucha hacerlo yo no voy a poder hacer nada para defenderte? - dije inclinándome sobre el.

-Claro, pero yo no seré al que crean loca por hablar con un gato.

-Sabía que tarde o temprano sacarías las garras. ¿Qué es lo que buscas? ¿Te vas a dignar en decirme quién eres en realidad?

-Ya te lo dije, solo quiero que colaboremos, acepta mi ayuda y ayúdame a recuperar mi forma original-  me recuerda manteniéndome la mirada.

-Tu propuesta puede sonar tentadora, pero no voy a aceptar hasta que no sepa que clase de criatura eres.

-¿Por qué te importa tanto lo que soy? No te vasta haber vivido conmigo ocho años. - contesto irritado.

-La verdad... No. - su mirada me aterra, y su voz me irrita, debería ser al contrario lo sé, pero su mirada es tan...oscura, no sabría como describirla.

-Alguien allí-dije incorporándome.

-Llamo alteza- contesto una de las doncellas.

-Cheng Cheng no se ha bañado en los últimos días, llévenlo a dar un baño y asegúrense que no le quede ni un solo pelo sucio, tómense su tiempo- la cara de Cheng Cheng paso de severa a una de horror en un instante, se cuanto odia el agua, y ya que no quiere hablar yo tampoco quiero verlo. Tarde o temprano tendrá que hablar y hablar con la verdad, aunque tenga que hacer que lo bañen todos los días.

La doncella lo tomo entre sus brazos y lo llevo con ella, no sin antes regalarme una ultima mirada aniquilante.

Tome mi baño, y las doncellas me ayudaron a vestirme como de costumbre, hoy llevaba un vestido color azul cielo, supongo que transmite serenidad y calma, aunque desde que sé que Cheng Cheng no es un gato he estado de todas formas posibles menos calmada. Me maquillaron de forma natural como de costumbre, y ubicaron en mis manos, cuello y orejas distintas joyas hechas de plata, mismas que combinaban con el vestido. Finalmente peinaron mi melena en un moño alto dejando libres un par mechones que colgaban al costado de mi cabeza, para encima poner una tiara de plata con diamantes incrustados, brillaba, literalmente, toda yo era un manojo de pedrería y diamantes.

Sunland ¿Una princesa de la realeza?Where stories live. Discover now