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La mansión Malfoy estaba adornada con luces brillantes y elegantes decoraciones ya que Draco organizó una fiesta para sus amigos y allegados. La música llenaba los salones, y las risas resonaban mientras los invitados disfrutaban de la opulencia del evento. Ara, elegantemente vestida, estaba junto a Draco, observando a Scorpius jugar con los hijos de sus amigos en una esquina de la sala.

- Hermione debería llegar en cualquier momento - comentó Draco, mirando hacia la entrada con una sonrisa.

Ara asintió con cortesía, aunque no pudo evitar sentir cierta tensión ante la llegada de la novia de Draco.

Narcissa, elegantemente vestida, ingresó al salón principal.

-Draco, cariño, la mansión luce espectacular. Has hecho un trabajo maravilloso- felicito Cissy

- Gracias, madre. Quería que todo estuviera perfecto para esta ocasión- dijo Draco

-¡Ara, querida!-

-¡Señora Malfoy!-

-Estás radiante, querida. Draco siempre ha sabido elegir a personas excepcionales para tener a su alrededor-

-Oh, gracias, señora... quiero decir, Narcissa. Estoy aquí para apoyar a la familia Malfoy en todo lo que pueda-

-¿Ves, Draco? Tienes a alguien verdaderamente especial aquí- dijo Narcissa guiñándole el ojo a Draco

-Sí, madre, Ara ha sido increíblemente valiosa para nosotros- dijo Draco confundido por la mirada de su madre

-¿Y no crees que es hora de expresarle adecuadamente tu aprecio, Draco?-

Antes que el rubio pudiera responder, la puerta se abrió, revelando a Hermione Granger, con un vestido elegante y una mirada segura.

- Llegaste-dijo el rubio abrazándola -Permíteme presentarte a mi madre y a Ara. - Draco hizo las presentaciones.

Hermione miró a Ara con una ceja alzada, evaluándola con un aire de superioridad antes de dirigir su atención a Narcissa.

- Un placer conocerla, señora Malfoy. Draco me ha hablado mucho de usted- Narcissa sonrió forzadamente, apreciando el cumplido.

- El placer es mío, Hermione. Felicitaciones por tu ascenso en el ministerio-

Ara, notando la actitud de Hermione, decidió mantener la calma y saludó con cortesía.

- Encantada, señorita Granger, disfruten de la fiesta me retiro a ver si Scorpius necesita algo-

La fiesta continuó con música, risas y charlas, pero la tensión persistía. Ara observaba a Scorpius jugar mientras Hermione se movía por la sala, interactuando con los invitados y dejando comentarios sutiles de desdén.

Después de un rato, Ara se acercó a Scorpius para unirse a sus juegos. Scorpius, emocionado, le mostró sus juguetes. Sin embargo, Ara notó un pequeño moretón en el brazo de Scorpius y lo examinó con preocupación.

- ¿Qué pasó aquí, Scorpius?

El niño desvió la mirada, aparentemente incómodo.

- Nada, solo me tropecé.

Ara no estaba convencida, pero decidió abordar el tema más tarde. La noche continuó, y Ara notó que Hermione seguía observando la escena, con una expresión de desaprobación.Más tarde, cuando la fiesta llegaba a su fin, Draco se acercó a Ara.

- Espero que hayas tenido una buena noche- Ara asintió, pero no pudo evitar preguntar

-Draco, ¿qué sabes de ese moretón en el brazo de Scorpius?- Draco frunció el ceño, preocupado.

- No estoy seguro, pero le preguntare, aunque debió ser por algún juego

La noche concluyó con Ara decidida a descubrir la verdad detrás del moretón de Scorpius y enfrentar la actitud arrogante de Hermione. Mientras tanto, en la mansión Malfoy, la mezcla de lealtades y tensiones dejaba entrever que el camino hacia la armonía familiar no sería fácil.

AL DIA SIGUIENTE...

Draco se encontraba preparando el desayuno para Hermione, alisto todo para subirlo a su habitación donde ya hacia su novia dormida

Cuando Draco, vestido impecablemente, recibió una carta urgente de su trabajo. La expresión en su rostro cambió de serenidad a preocupación mientras leía la misiva.

-Hermione, cariño, parece que hay un problema en el trabajo que necesito resolver de inmediato. ¿Podrías cuidar a Scorpius por un momento? Ara, su niñera salio pero debería llegar en breve.

Hermione, que estaba leyendo un libro en la sala de estar, alzó la vista con evidente desagrado.

-¿En serio, Draco? ¿Para qué se porte mal como lo hace siempre? ¿No puedes ocuparte de tus asuntos laborales más tarde?

Draco frunció el ceño, sintiendo la presión de la urgencia en la carta.

- Lo siento, cariño, pero es algo que debo atender. Solo será un momento.

- Claro, sí, vete a solucionar tus problemas. No te preocupes, cuidaré del niño -respondió Hermione con sarcasmo.

-¡Scrop! —Draco agarró a su hijo entre sus brazos— Mira quien está aquí —sonrío Draco— Saluda a Hermione, hijo —Hermione le sonrío falsamente. Y Scorpius tragó en seco.

LA NIÑERA | Draco MalfoyKde žijí příběhy. Začni objevovat