54

270 38 74
                                    

Dedicado a Ale_tulipanes25 por un previo cumpleaños💝

—¡No!— gritaron ambos al mismo tiempo. El pequeño, sin entender la razón de su exclamación, solo los miraba con el ceño fruncido. Ara, visiblemente nerviosa, intentaba controlar la situación mientras sus manos temblaban ligeramente.

—¿Qué tal si nos vamos todos a arreglar y salimos en la noche para así celebrar la victoria de Draco? —sugirió Blaise, tratando de aliviar la tensión con una sonrisa tranquilizadora.

—Me parece buena idea —dijo Pansy, asintiendo con entusiasmo.

—Entonces, no se diga más —añadió Goyle, poniendo una mano en el hombro de Draco en un gesto de camaradería. Todos comenzaron a salir del tribunal, atrayendo la atención de los reporteros que se habían congregado afuera.

Los flashes de las cámaras iluminaban el rostro de Ara y Draco mientras los periodistas lanzaban preguntas apresuradamente: "¿Están juntos?", "¿Son novios?", "¿Qué pasó con el juicio?", "¿Cómo están las cosas con la Ministra Granger?" A pesar del bullicio, ambos mantenían una expresión neutral mientras avanzaban hacia la salida.

Al llegar a la mansión Zabini-Parkinson, se reunieron en el vestíbulo y acordaron que saldrían a las 8 en punto. Draco, sintiéndose aliviado de estar en un ambiente más tranquilo, se dirigió a su habitación con Scorpius. Al entrar, se dejó caer pesadamente en el sofá, cerrando los ojos por un momento. Scorpius, con una mezcla de curiosidad y preocupación, lo observaba desde el centro de la habitación.

—¿Qué sucede? —preguntó Draco, abriendo los ojos y mirando directamente a su hijo.

—Oh, nada... —respondió Scorpius, encogiéndose de hombros. Se sentó frente a su padre y lo miró con una expresión vacilante— Señor de Travers—dijo, levantando una ceja en un intento de bromear. Draco lo miró con los ojos entrecerrados, tratando de entender la referencia.

—No me he casado en ningún momento para ser el Señor de Travers—dijo Draco, cruzando los brazos y adoptando una postura más relajada pero firme.

—A mí me parece que sí—rió Scorpius, levantándose para caminar hacia la cama. Se dejó caer sobre ella, rebotando ligeramente en el colchón.

Draco suspiró profundamente, intentando encontrar las palabras adecuadas para lo que quería preguntar. Se levantó del sofá y se acercó a la cama, sentándose junto a su hijo.

—Scorp... —lo llamó suavemente. Scorpius levantó la cabeza, mirándolo con curiosidad. Draco se tomó un momento antes de continuar— ¿Qué piensas de Ara?

—¿Eh? —dijo Scorpius, claramente confundido por la pregunta inesperada.

—Ehmm... —Draco buscaba las palabras correctas, intentando ser claro pero delicado— ¿Te agrada? —dijo finalmente, tratando de ocultar la ansiedad en su voz.

—Sí, mucho —respondió Scorpius con una sonrisa brillante— Es muy buena, juega conmigo y me deja ayudarle a cocinar—dijo con entusiasmo creciente— ¿Por qué? —preguntó, volviéndose serio de repente, su mirada fija en la de su padre.

—Eso es excelente —dijo Draco, sonriendo y asintiendo— Curiosidad, nada más —aseguró, aunque en su interior sabía que no era solo eso. Se sintió aliviado al saber que su hijo tenía una buena opinión de Ara, pero ¿Por qué le importaba y le daba tantas vueltas al asunto?

—Bueno, hay que apurarnos Scorp, hay que ir por Ara —dijo Draco, poniéndose de pie y comenzando a desatarse la corbata, preparándose para bañarse junto a su hijo.

LA NIÑERA | Draco MalfoyWhere stories live. Discover now