dos

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La música resonaba en la casa de Matu, creando un ambiente animado que envolvía a la gente del lugar. Rocío y Sabrina ingresaron al bullicioso, sumergiéndose en la mezcla de risas, conversaciones y alcohol. La energía festiva se notaba, y Rocío trató de concentrarse en disfrutar el momento a pesar de sus nervios, pero el ambiente seguro la ayudaría.

Blas se acercó con una sonrisa y abrazó a las amigas con entusiasmo — Chicas, qué bueno que vinieron — Saludó Blas, contagiando alegría.

Sabrina respondió con una sonrisa amigable mientras que se iba a saludar al resto de los chicos. Blas se volvía hacia Rocío, pasando un brazo por sus hombros — Y vos, Rochi ¿Cómo te sentís? — Preguntó, observándola con ojos curiosos.

— Bien, bien — Respondió Rocío, intentando ocultar la ansiedad que aún la acompañaba y los notables nervios que tenía en base a la acción del chico a su lado.

Los amigos de Blas se volvieron hacia Rocío y Blas saludándola con gestos amigables. Rocío notó que, a pesar de la multitud, eran un grupo unido y parecían divertirse genuinamente.

— Hola, soy Matu, el dueño de la casa — Saludó Matu con una sonrisa amplia y amigable. Parecía ya estar entonado.

— Matu, esto está buenísimo, superaste completamente la anterior — Respondió Sabrina, contagiada por el ambiente festivo.

Blas continuó presentando a cada uno de sus amigos: Joaco, Facu, Nico, Rama y Tomi. Rocío intentaba recordar todos los nombres mientras trataba de relajarse y disfrutar del momento.

Joaco parecía el más tranquilo y confiable de todos. Facu siempre tenía una sonrisa que no se la sacaba nadie. Nico y Matu parecian los más amigables pero al mismo tiempo jodones. Rama y Tomi parecían ser los más sensatos aunque el primero se acoplaba también a los dos últimos nombres.

La noche avanzó entre risas, bailes y anécdotas compartidas. Rocío se sorprendió al descubrir que se estaba divirtiendo genuinamente. Los chicos del grupo eran amables y acogedores, haciéndola sentir parte de su círculo.

Normalmente estaba en el medio de Sabrina y Blas, rozando levemente con este último pero nada más allá de eso.

Después de un rato, fueron todos a la improvisada pista de baile en el living.

Bailaron juntos, compartieron risas, y Rocío empezó a sentirse más cómoda en la fiesta, poco a poco se había ido soltando. Empezó a bailar con algunos de los chicos mientras reían al ver los pasos que ingeniaban estos.

Sin embargo, en un momento, Blas desapareció entre la multitud sin dar explicaciones. Rocío buscó con la mirada, pero no lo encontró. Decidió no preocuparse demasiado y siguió disfrutando de la fiesta con el resto del grupo, quienes no la hicieron parar de sonreír en toda la noche.

🎭

Pasado unos minutos, mientras charlaba con Matu y Sabrina, Rocío notó un murmullo entre algunos invitados.

Siguió la dirección de las miradas y su corazón se hundió al ver a Blas besándose apasionadamente con otra chica en un rincón.

Sabrina, al notar la expresión de Rocío, siguió su mirada.

Al ver esa escena, la tomó del brazo y la alejó discretamente — Ro, tranqui. No te preocupes por eso es un boludo —

Las lágrimas amenazaron con salir, y Rocío se dejó llevar por la decepción — ¿Por qué, Sabri? Soy una tarada ¿De verdad pensaba que me iba a dar bola? Que tipa pelotuda —

— No digas eso, amiga. Es un boludo si no se fija en vos. Pero no dejes que esto arruine tu noche, Ro — Sabrina la abrazó con fuerza — La estabas pasando bomba con los chicos, acordate de eso.

daylight : blas polidoriWhere stories live. Discover now