ocho

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— Nico, hacete unos mates — Gritó Matu desde el living de su casa.

Luego de ese día de clases se fueron a la casa de Matias, básicamente vivían ahí ya que era la más cercana al colegio y solían pasar la mayoría de las tardes juntos.

— Bueno che, podrían hacer algo ustedes también — Se quejó.

— Yo puse casa — Turnó de Matu.

— Yo hice los brownies — Esta vez fue Joaco.

— Yo los traje en auto — Rama fue el que hablo.

Blas se quedó en silencio. Todos los miraron expectantes.

— No sé, chicos. Yo lavo los platos, ni idea — Todos se rieron al ver el tono que uso.

— Ya estoy — Alargó la última palabra y se sentaron todos alrededor de la mesa.

Empezaron a comer y a hacer ronda de mates.

— Blas — El chicó no contestaba, tenía la mirada perdida.

— Blas, tarado —

— ¡Blas! — Él gritó y un golpe en la cabeza lo sacaron de su trance.

— ¿Qué pasa, loco? Están re alterados — Se tocó la cabeza donde anteriormente lo habían golpeado.

— Hace cinco minutos estoy sosteniendo este mate, amigo. Se me cansó la mano — Blas lo agarró rápidamente.

No tenía la mirada perdida por algo malo, solo que el recuerdo de la cercanía que tuvo con Rocío no salía de su mente. ¿Qué hubiera pasado si no entraban sus compañeros? ¿De verdad se hubieran besado? ¿El quería besar a Rocio? o mismo ¿Rocio quería besarlo? Probablemente si se seguía acercando la chica lo corría de un empujón.

— Yo creo que sé porque nuestro amiguito está tan ido — Sonrió Matu.

— A ver, iluminame —

— Rochi —

Todos los chicos hicieron bullicio y los que estaban a su alrededor lo empezaron a empujar, como aquella vez cuando invitó a la chica a su fiesta.

— No sean pesados, dicen cualquier cosa — Dijo con una pizca de nerviosismo.

— No te hagas el boludo, todos acá vimos lo cerca que estaban — Rama empezó a simular la escena como si fuese Blas, haciéndole ojitos.

No pudo evitar reírse — No me veo así, forro. Me mataste —

— No te hagas, contanos. Estabas re pesado con Rochi, diciendo que estaba todo mal y ahora casi se chapan. Me parece que tu percepción de la situación estaba un poco distorsionada — Tomi fue el que tomó las riendas de la conversación y lo impulsó a seguir hablando.

— Primero, ya te dije que yo le digo Rochi, buscate el tuyo pero bueno. Cuando se despertó me dijo que quería hablar conmigo, me empezó a decir que en la fiesta le pasó algo por la cabeza y se enojó con lo primero que vio. Me pidió disculpas, que sabía que había estado pésimo y que entendía si no la quería perdonar —

— Y vos le dijiste.. — Joaco hizo una seña con la mano para que continúe.

— Le dije que me había preocupado porque no entendía la razón del distanciamiento, pero que claramente la perdonaba y aunque sentía que la causa no era la verdadera no la iba a presionar — Terminó.

— Sos un tarado —

— ¿De verdad le dijiste eso? —

— Ay, estoy feliz de que me perdones pero seguro me estás mintiendo –

Clase de comentarios que sonaban.

— ¿Pero qué tiene de malo? —

— Que eso es obvio, si es verdad que se había enojado con vos no iba a ser por la misma nada y menos si le duró días, tarado — Tomi lo fulminó con la mirada.

— Bueno, chicos. Le dije lo que pensaba aparte terminó bien — Sonrió tímidamente.

— O sea que lo que pasó entre vos y ella, el casi beso, lo consideras como algo positivo — Devuelta todos los chicos lo empezaron a joder, volvió a sonrojarse.

— Qué sé yo, no pasó nada, chicos. Tampoco sé si Rochi hubiese querido — Pausó y todos los chicos lo miraron con sonrisas crecientes — O yo — Dijo rápido.

— ¿Cómo no va a querer? ¿Vos viste como te mira? — Nico insistió.

Blas abrió los ojos, expectante a lo que tenían para decir — ¿Decís que sí? —

— Vos sos tarado, yo te juro y creo que cualquier de acá también te diría que te hace más ojitos que esa Milena de la fiesta — Joaco terminó su punto.

Decidieron cambiar de conversación y seguir hablando pero Blas no se sacaba lo que dijeron sus amigos de la cabeza.

¿Lo miraba de esa forma y nunca se dio cuenta? No lo entendía. Y menos entendía el hecho de que le importara tanto, no entendía porque se sobre preocupó cuando sucedió lo de la fiesta ni porque en el casi beso su corazón parecía estar a punto de salir de su pecho de lo fuerte que estaba latiendo.

— No sé qué voy a hacer con el examen de historia — Matu vociferó.

— ¿Cuándo era? — Habló Blas, dándose cuenta de que no había estudiado nada todavía.

— Mañana, boludo — Le respondió Matias.

— Mentira — Dijo incrédulo.

— Si, nene. Venimos hablando de eso toda la semana —

— Ay, esa cabeza de enamorado — Facu lo jodió.

Hizo caso omiso a esa oración y rápidamente se paró — Me voy, tengo que estudiar, la voy a reprobar sino — Los chicos asintieron saludandolo, sabían que probablemente lo repruebe igual por lo mucho que le costaba la materia pero el intento no estaba de más.

Matías lo acompañó a la puerta — Y no seas boludo, hacenos caso —

— ¿Con qué? —

— Ya sabes — Y sin más le cerró la puerta en la cara.

En el camino a su casa la cabeza se le llenó de pensamientos varios. El que más estaba era la prueba, la cual lo preocupaba bastante, pero la escena con una chica aparecía de vez en cuando y la preocupación se disuelva.

daylight : blas polidoriWhere stories live. Discover now