doce

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Blas se levantó de su mini siesta solo en el piso. Seguía estando en la casa de Matias por lo que pensó que por ahí el hecho de haberse dormido sobre la chica había sido un sueño.

— ¿Qué onda el otro bello durmiente? — Sale de la casa hacia el patio Tomi.

— Bien, bien, eh — Miró para todos lados preguntandose donde estaba el resto.

— Estamos adentro terminando de cambiarnos para la noche, tu chica se estaba bañando, no te quería abandonar pero le insistimos en que nosotros te levantábamos… nos olvidamos — Rió y levantó los hombros en señal de que ya no podía hacer nada.

— Ah, okey, que buena onda que son ustedes —

— Bueno che, nos distrajimos comiendo el bizcochuelo. Apurate dale, que vos tambien te tenes que bañar, Mati dijo que te prestaba ropa — Le dió la mano para ayudarse y lo empujó adentro de la casa, ganándose una mala mirada de parte de el empujado.

🎭

Rocío se estaba terminando de bañar con una sonrisa en la cara.

Recordaba como hace un par de días en la ducha de su casa tenía pensamientos sobre Blas pero no muy placenteros, es más, se había propuesto que le dejase de importar el chico y actuar más normal alrededor de él. Ahora mismo no podía dejar de pensar en los dos encuentros que tuvieron en la cocina, como parecía que él la miraba de una manera especial, como si nunca quisiera dejar de verla y ella seguramente tenía la misma cara.

Al menos una de las dos cosas que se había prometido esa mañana después de la fiesta la cumplió, actuar normal con el, bueno, ponele que lo cumplió porque las pequeñas actitudes que tenía el chico con ella la hacían sentir mariposas en la panza, el nuevo apodo no ayudaba a que estas se vayan y la forma en la que siempre encontraba una manera de estar a su lado tampoco.

Sabri se había ido a buscar ropa, puesto que la que la chica llevaba puesta estaba sucia con harina, le había dicho que se la dejaba en el cuarto de invitados de la casa. Simplemente se tapó con una toalla su cuerpo e intentando que su cuerpo no mojara todo el piso, abrió la puerta intentando ser sigilosa.

Un fuerte ruido del otro lado la hizo asustar, salió completamente del baño para encontrarse la imagen del ruloso en cuclillas, agarrandose la nariz.

Atinó a tomar sus hombros y agacharse a su altura — Blas, perdón, te juro que no te vi ¿Estás bien? A ver, mirame — Las palabras con el tono de preocupación no paraban de salir de su boca.

Ella puso cuidadosamente las manos en la mandíbula del golpeado, teniendo miedo de hacerle aún más daño y lo miró detalladamente. La nariz no le sangraba pero si estaba roja.

— Perdón, de verdad, te acompaño a ponerte hielo si querés — No paraba de disculparse, pero el chico estaba muy ocupado mirándola como para responderle, no todos los días ves a una chica con solo una toalla en su cuerpo y ella no era cualquier chica.

— Blas, hola — Pasó su mano por su cara intentando que salga de su trance.

— ¿Qué? No, no te preocupes. Estoy bien, me baño y seguro se me pasa. Estaba re distraido igual, vos no tenes la culpa — Volvieron a su altura normal y la diferencia volvió a aparecer.

— Bueno, eh, me tengo que cambiar — La chica se perdió en un pasillo.

Blas entró al baño y mientras preparaba sus cosas, murmuró para sí mismo — Muy disimulado por suerte, que pelotudo —

🎭

— Media hora tardaste Ro — La rubia la estaba esperando en el cuarto.

— No hubiera tardado tanto si no le hubiera pegado un portazo en la cara a Blas — Parecía estar muriéndose de la vergüenza.

— Mentira — Se le escapó una risa.

— No seas mala — Alargando la última palabra, le tiró la remera que se iba a poner.

— Pero esto de que seas distraída ya pasa un nivel, herís a la gente, amiga — La jodió, sabiendo que aún más vergüenza le iba a dar a la persona que le pegó ser Blas.

— Bueno, basta. Me voy a cambiar rápido ¿Que me trajiste? — Intentó escapar del recuerdo de recién.

— Un short y una remera, como yo, los chicos están de jean y remera también, así que vamos a ir a un lugar tranquilo —  Le pasó la ropa.

— Antes de que me olvide, que tiernos que estaban en el patio. Te juro que me desmayaba, aparte estabas como hipnotizada, estaba para sacarles una foto y todo pero sabía que me ibas a romper la cabeza si lo hacía — La miró frunciendo el ceño.

La castaña fingió una risa — Ja, claramente —

Se terminó de cambiar y ambas retocaron un poco su maquillaje.

Cuando bajaron todo el grupo estaba disperso por la casa, terminando de hacer algunas actividades antes de salir. Cada una busco a la persona que les interesaba y antes de separarse se dieron una mirada cómplice.

A Blas lo encontró en la cocina, sosteniendo un par de hielos apoyados en su nariz. La culpa no tardó en volver a aparecer.

— Blas, te juro que te pido perdón, tengo que tener más cuidado — Se sentó en la isla, cosa que para este momento ya era costumbre.

— Rochi, ya te dije que no pasaba nada. Yo tenía que prestar atención — Se fue acercando a la chica.

— Ya sé, Blasito, pero igual me siento mal — Lo miró con una sonrisa por el nombre que recién se le había ocurrido.

El chico se posicionó como hace un rato, entre sus piernas, y la miró sonriente —  ¿Blasito? —

Ella agarró los hielos que él sostenía y empezó a hacerlo ella — ¿No te gusta? Vos tenes un apodo para mi y yo te decía Blas. Todo el mundo te dice rulos y quería otra cosa, pero tenes un nombre medio complicado para apodos. No es el definitivo todavía, creo, tengo que seguir pensando — Ambos rieron.

Se miraban, pero no era una mirada de deseo como las veces anteriores, esta estaba plasmada de cariño. Ambos estaban apreciando la compañía del otro. Se miraban y acariciaban, la chica usó su otra mano para acariciar sus rulos y parte de su cuello como lo había hecho por la tarde, y el chico empezó a acariciar sus piernas dibujando formas en ellas.

Había algo tan fuerte entre ellos dos que cualquier sentimiento que estén atravesando iba a sentirse en el ambiente.

La conexión que tenían era como si no pudieran tener ojos para nadie más ahora que se habían visto el uno al otro.

Había algo de sorpresa y de esperanza que se expresaba en la mirada de ambos, tanto cuando estaban juntos como cuando hablan del otro.

daylight : blas polidoriWhere stories live. Discover now