Xiao Zhan siempre intentó ignorar sus instintos, escapar del destino. Sin embargo no podrá escapar por siempre de él.
¿Podrá rendirse finalmente ante el alfa o será Wang Yibo quien se rinda a pesar de reclamarlo desde sus primeros años de vida?
YiZh...
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Fanxing miraba alrededor del lugar, había perdido la cuenta de cuantas bebidas llevaba ya, por suerte no fue conduciendo así que se iría como había llegado, en taxi.
Un hombre no le apartaba la vista de encima al chico, aunque era un hombre atractivo quizá era demasiado grande para él, no sabía si debía o no corresponder las miradas, pero él también merecía divertirse, ¿no? Le sonrió al hombre quien se acercó con un par de bebidas en su mano.
- Hola.
- Hola. - Respondió el saludo hablando un poco fuerte debido a la música.
Era inusual ver a un hombre de esa edad y porte en un lugar como ese, donde abundaban jóvenes de menos de treinta años. El tipo llevaba traje, un maldito traje con corbata incluida, parecía desentonar con el lugar pero aún dejando eso de lado, ciertamente era un hombre muy atractivo, sus pocas canas solo le hicieron lucir sexy para el omeguita.
- ¿Por qué tan solo? Eres demasiado joven para estar aquí. - Preguntó el alfa.
- No lo soy...
- ¿No? Tienes una cara de bebé tan linda. - Le entregó la bebida.
- ¿Eso te gusta?
- ¿Qué cosa?
- ¿Los chicos jóvenes? - El hombre sonrió ante su pregunta así que se acercó y le habló al oído.
- Me gustan las cosas hermosas y nuevas. - Mencionó, luego se alejó y bebió de su vaso sin apartar la mirada del chico. - Eso incluye los chicos bien portados...
- ¿Ah si? - Se sintió deseado.
- Y tú, ¿eres bien portado?
- A-a veces... - Respondió el coqueteo del hombre antes de beber del vaso.
- Podría educarte cuando te portes mal. - Arqueó una ceja.
En otro momento Fanxing habría estado mucho más encantado pero en ese momento se sentía un poco presionado a conocer a alguien pronto, no quería sentir envidia y celos de Yuzuru al verlo con Javier, su extranjero.
- Eso quiero... - Respondió a lo que el hombre se acercó más. Olía tan masculino, como a madera y tabaco, y eso le hizo apretar las piernas al omega.
- ¿Cómo te llamas, pequeño?
- Fanfan.
- Mucho gusto, Fanfan...
El chico sonrió sintiéndose más desinhibido, este hombre era justo lo que necesitaba para olvidarse del alfa extranjero. En poco tiempo el hombre ya lo había convencido de ir a otro lugar así que Fanxing se levantó tambaleante mientras el hombre lo sostuvo de la cintura y lo ayudaba a caminar. Fanxing sintió demasiado calor dentro de sí y le alivió tanto estar tan cerca de un alfa que pudiera hacerse cargo de sus necesidades.
