Xiao Zhan siempre intentó ignorar sus instintos, escapar del destino. Sin embargo no podrá escapar por siempre de él.
¿Podrá rendirse finalmente ante el alfa o será Wang Yibo quien se rinda a pesar de reclamarlo desde sus primeros años de vida?
YiZh...
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Era la fiesta de cumpleaños de Fanxing y había decidido celebrarlo en aquel lugar en el que tanto le gustaba ir a bailar. Estaba animado bailando con sus amigos, su hermano Zhan había desistido al inicio de hacerlo pero al ser cumpleaños de Fanfan, no había podido evitar complacerlo pues quería recuperar la relación cercana con su hermanito, además Fanxing había sido muy insistente al respecto.
Desde hace tiempo Xiao Zhan mantenía ese extraño humor desde que había obtenido su venganza, sin emnargo intentó mostrarse lo más normal posible. Las marcas en su rostro y muñecas ya se habían desvanecido hacia poco pero por alguna razón continuaba sintiéndose un tanto agotado.
Cuando Fanxing y sus amigos se cansaron de bailar fueron por una bebida, Xiao Zhan también había querido ir a la barra pero Fanfan le prometió llevarle una, el cumpleañero había insistido en que este buscara una mesa para ambos.
Xiao Zhan caminaba hacia una mesa desocupada cuando de pronto sintió escalofríos lo cual lo hizo detenerse y tocar su nuca. Hacia años que no sentía eso, levantó la vista al sentirse observado. Apretó las piernas inconscientememte comenzando a sentirse extrañamente acalorado.
¿Qué era aquella extraña sensación?
A la distancia unos profundos ojos marrones lo miraban con intensidad oculto desde las sombras. Xiao Zhan miró a todos lados comenzando a buscar aquella presencia que le estaba causando tanto a su omega y, como hipnotizado, asustado y ansioso caminó en su búsqueda.
De pronto a medida que avanzaba un aroma llegó a él lo que lo hizo jadear, buscó más detenidamente a aquello que le estaba haciendo sentirse de esa manera, de pronto como adivinando la dirección del aroma y la mirada que ya quemaba su nuca, se giró encontrándose con el dueño de aquellos profundos ojos.
Tragó duro, aquella mirada casi lo hizo arrodillarse y someterse pero en cuanto dio un paso hacia él, su omega ronroneó con emoción al olfatear el aroma, era familiar y a la vez no, era un aroma muy dominante y delicioso que le hizo a su cuerpo querer treparse sobre el hombre y tallarse como un gatito necesitado por su aroma.
Una vez que llegó a tan solo un par de pasos del alfa que lo llamaba con su aroma se detuvo. Nunca en su jodida vista había visto y olido a un alfa tan dominante. No pidió permiso para sentarse pero aun así lo hizo cuando el otro miró hacia el asiento vacío del pequeño sillón por una fracción de segundo antes de volver la vista a él.
- Ho-hola... - Dijo un poco tímido aunque su omega soltaba sus feromonas descaramente. El otro finalmente habló con voz ronca y masculina.
- Parece que has estado divirtiéndote mucho, ¿cierto?
Xiao Zhan sonrió asintiendo, no pudo evitar que sus mejillas se colorearan ligeramente.
- Un poco. - Se sintió sorprendido cuando sintió la mano del alfa sobre su mentón. Casi jadeó, estaba comportándose como un omega facilón. ¿Qué mierda le pasaba?
