001. El Rey Del Ring

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—¡Sukuna Ryomen, damas y caballeros, nos ha demostrado nuevamente porque él es el rey del ring!—. Exclamó el narrador, mientras que el rey en cuestión presumía el reluciente cinturón dorado que rodeaba su cintura después de otra gran pelea.

Su cuerpo brillante por el sudor, su sonrisa orgullosa y la sangre de su oponente recorriendo su piel tatuada lo hacía parecer una verdadera bestia después de cazar su alimento. Pasaron la repetición del golpe que le aseguro la victoria, un golpe perfecto en el momento indicado. La suerte no existe en el mundo de las Artes Marciales Mixtas, lo único que existe son las oportunidades únicas. También solía creer eso, hasta que lo vi en persona.

—Aquí es—. Pensé en voz alta en cuanto vi el gran letrero en letras blancas y rojas que leía "Team Black. MMA Gym".

Estaba ante el gimnasio de MMA más importante de Tokio. Solía escuchar rumores que solo aceptan a los peleadores con mayor potencial del país. Mi entrenador solía decirme que debería intentar entrar para estar rodeada de profesionales. Como mujer, nunca me interesó porque todos sus miembros son hombres. La única mujer que hay es la fisioterapeuta.

Subí al elevador hasta llegar al piso del gimnasio. En cuanto las puertas se abrieron, el olor a sudor y el sonido del metal de las pesas me dieron la bienvenida. En cuanto entré, varios chicos se me quedaron viendo. Me lo esperaba. Una mujer en un gimnasio invadido por hombres es algo que no se ve todos los días. Tampoco ayudaba que estaba usando una sudadera gigante con shorts cortos, parecía que no tenía pantalones puestos.

El espacio se dividía en áreas de entrenamiento especializadas en diferentes disciplinas. En un rincón, se encontraba un ring rodeado de cuerdas, donde los peleadores practicaban sus técnicas de combate. A lo largo del gimnasio, se podían observar sacos de boxeo suspendidos, pesas y equipos de resistencia.

El sonido de los golpes y patadas se mezclaba con las indicaciones de los entrenadores, creando una atmósfera enérgica y desafiante. Se notaba cuáles eran los peleadores con disciplina y que se esforzaban en perfeccionar sus habilidades, mostrando determinación y entrega en cada movimiento. El ambiente estaba impregnado de un espíritu de superación y hermandad, donde la pasión por las artes marciales se manifestaba en cada rincón.

—Bienvenida, señorita—. Me llamo un hombre alto y rubio que portaba un elegante traje.

—Usted debe ser el representante, Nanami Kento—. Salude cordialmente junto a una reverencia amistosa, la cual fue recíproca.

—Es un gusto conocerla finalmente en persona—. Saludo de vuelta. —Deja te presento a tu nuevo aprendiz—. Me dirigió entre el pesado equipo y curiosos peleadores que me miraban hasta el gran ring.

Sukuna estaba con otro luchador en medio de una pelea de práctica. Nanami y yo nos dispusimos a esperar a que terminaran para que me pudiera presentar formalmente. Sukuna se movía constantemente hacia su pobre oponente. La diferencia de habilidades se podía notar en lo que traían puesto. El Rey del Ring solo usaba una camisa negra de compresión y shorts grises, luciendo sus abdominales definidos y poderosas piernas, mientras que su oponente pelinegro usaba el uniforme del gimnasio y todo el equipo de protección disponible.

Era una experiencia diferente ver a un peleador como él en persona que por televisión. Los detalles como el sonido del aire cortándose con sus puños y la precisión con la que sus músculos se expanden y se atraen se pierden en televisión. En cuanto Sukuna le dio el derechazo definitivo que dejó a su oponente en el suelo, no pude evitar tragar en seco. Era una máquina para matar.

—¡Buen trabajo!—. Nanami aplaudió junto a otros peleadores que observaban atentos el encuentro. Habían estado tomando nota mentalmente cómo se logra un nocaut. Yo los imité para no parecer tan extraña.

Jinx (Sukuna Ryomen x T/N)Where stories live. Discover now