014. Campeón

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—¡Más rápido!—. Geto me ordenó desde un costado del ring.

—¡Tú puedes!—. Nobara me animo a seguir.

Patee la almohadilla que estaba a la altura del pecho de Nobara cada vez con más fuerza y rapidez. Mis piernas querían rendirse, pero las iba a dejar. Nobara sujetaba la almohadilla lo más fuerte que podía para evitar que la empujara con cada impacto.

A pesar de la distancia, Nobara siempre era la primera que se enteraba de las noticias de mi vida. Fue la primera que se enteró del diagnóstico de mi cuello, que me convertí en entrenadora y que el rey del ring me había contratado. Ella era la que me ayudaba cuando más lo necesitaba. Cuando sucedió lo de Naoya, ella viajó hasta Kioto para darme un abrazo. Siempre intentaba invitarla a comer o beber algo después de los entrenamientos para agradecerle por su apoyo incondicional.

Era bueno haber regresado a mi antigua vida. Despertarme a las 7 de la mañana para salir a correr, ir al gimnasio para ejercitarme, subirme al ring para entrenar con las demás chicas y dar clases de jiujitsu a los niños por la tarde. Lo único que había cambiado es que tenía un lindo novio que me apoyaba en todo.

—Traje el almuerzo—. Choso anunció su presencia junto al ring mientras sostenía una bolsa de plástico con dos ensaladas. Me separé de Nobara para saludar a mi novio.

—Tomemos un descanso—. Nobara sugirió con una sonrisa. Me bajé del ring y le di un gran abrazo sudoroso a mi novio.

—Hueles a qué trabajas duro—. Bromeo antes de plantarme un beso en la cabeza.

—Estás en lo correcto. La pelea contra Maki Zenin es en menos de una semana. Debo de estar en mi mejor forma para arrebatarle lo que me pertenece—. Le dije emocionada.

La oficina de Mei Mei era muy diferente a la de Nanami. Mientras que la de Nanami lucía como la oficina de abogado que bebe old fashions y fuma puros de los buenos, la oficina de MeiMei era muy minimalista y funcional. Las paredes hueso contrastaban con el escritorio negro y los electrónicos plateados. Choso y yo estábamos sentados en el sofá blanco que estaba puesto frente a una pequeña televisión de plasma. Conversábamos de nuestros días mientras comíamos. La ensalada verde con pollo que Choso me había traído me recordaba a las comidas que le solía hacer de vez en cuando a Sukuna cuando vivía con él. Lo que extrañaba de ser entrenadora era poder comer lo que sea sin tener la presión de subir de peso.

—¡La cartelera del UFC 300 viene con todo, ya que será una noche de doble campeonato!—. El conductor de un programa de noticias deportivas anunció entusiasmado ante un panel de expertos.

—¡Así es! Primero veremos pelear a La Serpiente de Medusa contra La Fiera. ¿La serpiente podrá recuperar su título después de su lesión?—. Preguntó abiertamente uno de los conductores hacia la mesa para comenzar el debate.

—¿Estás nerviosa?—. Choso me preguntó, dejando su plato vacío sobre la mesa de cristal.

—Mucho, pero solo subiré al octágono, haré lo que tenga que hacer y bajaré como la campeona sin importar que—. Contesté emocionada.

—Esa es mi chica—. Dijo orgulloso, depositando un beso cálido sobre mi mejilla.

En el tiempo que hemos estado juntos, mi relación con mi lindo novio ha sido la más hermosa y sana que he tenido en mi vida. Siempre se preocupa por mí, me cocina y me apoya en todas mis decisiones. Teníamos menos de 3 meses viviendo juntos y seguía manteniendo la misma opinión que tenía de él. Era un placer amanecer junto a él cada mañana, hacer las tareas domésticas juntos y hacer el amor en la ducha de vez en cuando. Amaba hacer todo junto a él.

Jinx (Sukuna Ryomen x T/N)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt