09. No Sé

107 17 2
                                    

Regresar al hospital siempre me daba miedo. Siempre entro al consultorio con las manos sudorosas mientras en mi mente se imaginó lo peor. Las paredes blancas, pulcras y decoradas con carteles informativos acerca de la importancia de hacer ejercicio con regularidad. El suelo gris claro estaba recientemente encerado, podía ver mi rostro asustado reflejado en él. Había unas cuantas plantas falsas alrededor para que el lugar luciera menos intimidante.

El doctor me hacía preguntas acerca de mi estilo de vida en los últimos seis meses mientras tecleaba sin cesar en la computadora posada en medio del gran escritorio. El doctor sacó la nueva radiografía que le habían tomado a mi cuello y la inspeccionó frente a la pantalla de luz. Él no decía nada, solo la analizaba con sumo cuidado para no equivocarse a la hora de dar el diagnóstico. Mi manager, Mei Mei, me había acompañado esta vez a pesar de tener una agenda apretada. Notó que estaba nerviosa, así que me dio un par de palmaditas en la espalda para que me tranquilizara.

—¿Cree que puede pelear pronto, doc?—. Mei Mei le pregunto mi mayor inquietud.

—Su cuello ha sanado por completo, si ella quisiera, podría pelear esta noche—. Contestó el doctor con una sonrisa.

Un suspiro de alivio escapó de mis labios ante la maravillosa noticia que había esperado por tanto tiempo. 3 años para ser exactos. Estuve fuera del octágono durante 3 años por recomendación médica para que mi cuello sanará en su totalidad y no hubiera lesiones a futuro. Oculte mi rostro a punto de llorar de alegría entre mis manos. Estaba a punto de renacer, ya quería regresar al gimnasio con mi equipo para entrenar como en los viejos tiempos. Empezar de nuevo, conquistar el campo de batalla y recuperar el título que me arrebataron.

Mei Mei y yo salimos del consultorio para encontrarnos con mi amiga y compañera de entrenamiento, Nobara, quien nos esperaba junto al hermano menor de Mei Mei, Ui Ui. Le dije las buenas noticias y ella me abrazó contenta. Solíamos hacer todo juntas antes de que me lesionara, ahora podríamos volver a nuestra rutina como si nada hubiese pasado.

—Todos se pondrán muy felices cuando se enteren de que regresaras al gimnasio—. Dijo Nobara emocionada.

—Ya era hora—. Suspire pesadamente en broma. —Mei Mei, ¿te encargo reunir al equipo?—. Le pedí amablemente.

Mei Mei era la encargada de que mi agenda se cumpliera sin retrasos. Era la que organiza mis peleas, reúne atletas para entrenamientos especiales, contrata a médicos, etc. Siempre estaba ocupada, pero nunca me perdía de vista. Ha estado atenta a mis necesidades a pesar de que el Team Black me da todo lo que necesito. Le decía que no se preocupara tanto, pero siempre me contestaba con un "nunca se sabe".

—Ya estoy en ello, cariño. Además, desde tus apariciones con Ryomen, hay varios patrocinadores interesados en ti—. Mei Mei me recordó el beso inesperado que Sukuna me dio desde de su aplastante victoria contra Naoya hace un par de semanas. —Tu vida regresará a ser la misma de antes de lo que te imaginas—.

—¿Cuándo piensas volver?—. Me pregunto Nobara emocionada.

—Aún no lo sé, debo hablar con el manager de Sukuna para acordar la fecha de liberación y encontrar un suplente—. Respondí.

—Cuando tengas la fecha, avísame—. Me pidió Mei Mei sin despegar la vista de su teléfono.

—Cuando regreses, ¿me podrías traer algo firmado por el Rey del Ring?—. Pregunto Ui Ui emocionado.

—Veré que puedo hacer—. Conteste con sinceridad.

Mei Mei y Ui Ui pasaron a retirarse después de eso. Una vez que los perdimos de vista, Nobara me tomó de las manos para acercarse a mi rostro con curiosidad. Me alejé de su rostro ante la inesperada proximidad. Al ser sus ojos emocionados, podía imaginarme lo que quería.

Jinx (Sukuna Ryomen x T/N)Onde histórias criam vida. Descubra agora