Jinx (Sukuna Ryomen x T/N)

013. Una Ultima Y Nos Vamos

Volvemos a las andadas. Lo único que podía ver en medio del túnel era la gigantesca espada de Sukuna, podía alzar mi mano y trazar sus tatuajes con las yemas de mis dedos. Respire profundamente para asimilar que esto realmente estaba sucediendo. Esta era mi última pelea como la entrenadora del Rey del Ring. Esta era la última vez que usaría la chaqueta del Team Black. La última vez que marcharía al ritmo de la canción favorita de Sukuna. Esta sería la última vez que podría apoyar a Sukuna de tan cerca. Salimos de la oscuridad y el público nos recibió en un mar de aplausos y júbilos. Gojo estaba a mi lado con una gran sonrisa brillante, Yuuji estaba del otro sosteniendo el banquillo de su hermano y Nanami estaba detrás de mí, sosteniendo las hojas de estrategia.

Después de que el árbitro se encargara de revisar a Sukuna, él abrazó a todos rápidamente antes de entrar al ring. Mis labios formaron una sonrisa de forma involuntaria ante su cálido tacto. Estaba tan orgullosa de él. Estaba segura de que él se luciría en esta pelea como en todas las demás. Ya quería verlo luchar en todo su esplendor. Espero haber sido lo suficientemente buena como compañera de entrenamiento para este enfrentamiento.

—¡Denle una calurosa bienvenida a Aoi, el demoledor de campeones, Todo!—. Anunció el presentador. "Me pregunto con qué canción entrará esta vez," pensé curiosa.

Era cierto que Todo era un famoso peleador por sus habilidades, fortaleza y cuerpo fornido, pero había una razón por la que es muy popular. Mientras que otros peleadores entran a la arena con canciones de rap con letras intimidantes, Todo entra con canciones de sus ídolos de k-pop favoritas. POP! de Nayeon comenzó a sonar por los parlantes. Él entró bailando la coreografía de dicha canción con su equipo siguiéndolo de cerca. Se podía debatir el hecho de que fuera el mejor peleador de la UFC, pero era el que da los mejores espectáculos.

—¿Qué mierda es esto?—. Sukuna preguntó mientras se estiraba cerca de nuestra esquina.

—¡Ay, me encanta esta canción!—. Yuuji me dijo emocionado mientras bailaba la famosa coreografía que venía en TikTok.

Todo no tardo en subirse al ring. A lo lejos, pude divisar a Yuki saludando con una sonrisa como si fuéramos amigas. Pobrecita, no sabe que Sukuna estaba a punto de hacer añicos a su peleador. Tal vez debía darle una señal. Le mostré mi pulgar hacia abajo mientras pronunciaba las palabras "va a caer" de forma exagerada. Eso fue suficiente para que se le borrara la sonrisa.

Todo y Sukuna se reunieron en el centro para comenzar la pelea. Una ultima y nos vamos. "Vamos Sukuna, muéstrame todo lo que te he enseñado," pensé mientras lo observaba con emoción. Esta sería la última pelea de Sukuna que podría verlo así de cerca. Me sentía de nuevo como una niña pequeña viendo su primera pelea de UFC en la televisión. Aún no podía creer que había llegado tan lejos en mi carrera. De una peleadora del montón hasta ser la campeona de mi división hasta entrenar directamente a uno de los mejores peleadores en el mundo. Estaba orgullosa de Sukuna, pero estaba más orgullosa de mí.

La campana sonó y la diversión comenzó. Las bestias fueron directamente de frente para intentar derribar al otro con sus golpes matadores. Para ser una masa gigante de musculosos, Todo era increíblemente más rápido de lo que era antes. Yuki debió centrar su entrenamiento en la velocidad, ya que ya es fuerte. Hubo un momento en donde Todo solo azotaba golpe tras golpe sin que Sukuna pudiera regresarlos, pero se podía escapar de él para intentar atacarlo desde otro ángulo. Mi peleador se defendía muy bien, pero se comía uno que otro golpe. Además de que no estaba trabajando en su ofensiva como lo habíamos practicado antes. Algo estaba pasando.

Llegó el tercer round y Sukuna seguía sin mejorar, de hecho, su cuerpo comenzaba a perder resistencia por todos los misiles que estaba recibiendo. Sus movimientos se volvían más lentos con cada minuto, su defensa se desvanecía poco a poco y su ofensiva no estaba funcionando. Buscaba cualquier camino que pudiera llevarlo a la victoria, pero todos estaban cubiertos por la gran muralla que era Aoi Todo. Si esto se iba a decisión de los jueces, las probabilidades de que Sukuna perdiera eran altas. "¡¿Qué mierda estás haciendo mal?!" Le pregunté a mi peleador como si pudiera escucharme telepáticamente.