Capítulo 19: Razones

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—No estoy seguro de que su teoría de darse un tiempo sea la misma que la mía.

La conocida pero algo amortiguada voz de Calum hizo que abriera los ojos. No pude ver nada porque inmediatamente los cerré ya que había llegado una dolorosa claridad. Fruncí el ceño intentando estirar los brazos para desperezarme, pero entonces me di cuenta de que mi brazo estaba agarrando la cintura de alguien más. Por un momentó me desconcerté, ¿con quién me había acostado? ¿en algún momento me había emborrachado? El estado de confusión duró solo un milisegundo, en seguida recordé todo y até los cabos necesarios como para perder la calma.

Abrí de nuevo los ojos, esta vez soportando el dolor que me causó la luz que entraba por la ventana, y me di un impulso para alejar mi mano del cuerpo de Luke. No sabía si era porque habíamos dormido dos en una misma cama, bajo una misma frazada o porque técnicamente aun era verano, pero estaba hirviendo de calor. Pestañeé para alejar la somnolencia  y fijar la vista. Recostado a mi lado estaba Luke sobándose un ojo con su pálido puño. Levanté la cabeza para encontrarme a Calum y a Ashton mirándonos desde los pies del colchón. Ambos sostenían una expresión animada, casi cómica.

—Eh... nosotros dormimos juntos.

En mi defensa, cuando recién despierto no me funcionan bien las neuronas.

—Lo sabemos—respondió Ashton con una pequeña risa.

Compartimos una corta mirada con Luke y luego comenzamos a levantarnos.

—¡Oh—exclamó Calum—, la gloria matutina!

Bajé dolorosamente rápido la mirada a mis pantalones. Así que por eso tenía calor. No sé de dónde tomé la fuerza para mirar de regreso a Luke pero de alguna forma lo hice. Me calmó un poco al menos no ser el único. Nos ruborizamos casi al mismo tiempo aunque creo que mi rubor era más ardiente (no necesariamente en doble sentido).

Luke, que no había dicho nada desde que se había levantado, abrió la boca y murmuró:

—Sorpresa.

Luego caminó fuera de la habitación con paso indeciso y la mirada en el suelo.

—No comiencen con la terapia—advertí a mis dos amigos cuando Luke hubo cerrado la puerta—. No estamos juntos de nuevo (de hecho nunca estuvimos juntos), esto fue un deliz y no quiero que comiencen con sus comentarios con demasiadas intenciones  subliminales. No estamos juntos, ¿de acuerdo? No estamos juntos.

Ashton asintió pero Calum se encogió de hombros. 

—Deja de repetirlo—dijo mi morocho amigo, girando los ojos en sus órbitas—, ya lo entendimos, parece que el que no lo entiende eres tú.

Ignoró el codazo mal disimulado que Ashton le dio, me sonrió con gracia y continuó hablando.

—Tu le pediste para dormir juntos, ¿verdad?—mi silencio le sirvió de respuesta. Sacudiendo levemente la cabeza hacia los lados se dirigió a Ashton—. Luego niega estar hasta las manos, pero que pedazo de idiota.

—Tengo mis razones—respondí.

—Como sea—interrumpió Ashton—, vamos a desayunar. No arregles tu problema en mi cuarto.

El ceniza pasó un brazo por los hombros de Calum y éste hizo lo mismo con el suyo pero por la cintura del otro para así poder ayudarlo a caminar. El coxis de Ashton parecía estar bastante bien mas aún le dolía y le molestaba bastante para caminar.

Cuando me quedé solo en el cuarto me limité a sentarme y mirar la pared. La espalda de Luke, a pesar de haber estado cubierta por una camiseta, se había sentido tibia y suave, aunque tal vez era mi recuerdo de cómo era su piel. Me encantaba la piel del rubio. No se me ocurría darle otro adjetivo que no fuera "tocable". La piel de Luke era tocable, me había resultado casi imposible detener mis manos de meterse bajo la camiseta del rubio para acariciar su abdomen la noche anterior. Y no era en un sentido candente, simplemente su textura al tacto me tranquilizaba.

Suspiré con los ojos cerrados, esperando poder absorver lo más que podía de la noche anterior. Porque sabía lo que iba a hacer y sabía que lo iba a necesitar.

Los ruidos que se escucharon desde el comedor de la casa de Ashton me informaron que era momento de ir con ellos y desayunar. Salí del cuarto no sin antes dar una respiración profunda para armarme de valor.

En el comedor estaban Calum, Ashton y Luke. El primero se encontraba parado en un espacio vacío, repitiendo cómo Ashton había terminado fracturándose el coxis. Los otros dos reían, Luke con los ojos brillando y aplaudiendo levemente, Ashton soltando sus miles risas y apoyado levemente incómodo en la silla. Ninguno notó que llegué  y me apoyé en la pared para observarlos.

—Y se despertó preguntando porqué le dolía el trasero—agregó Calum entre risas.

No era la primera vez que contaban la historia ni la última. Es que había gustado tanto que la recreaban una y otra vez. Ciertamente podía pasar a leyenda porque nunca dejaría de ser graciosa. Más que nada porque Calum siempre comenzaba a reírse tanto que no se lograba entender casi ninguna palabra de lo que decía. Justo como estaba pasando en ese momento.

—Tan... idiota—intentaba hablar entre más risas respiradas Calum. Terminó soltando un extraño sonido por la garganta y se envolvió la cintura con sus brazos para reír libremente.

—Esto es claramente bullying-comentó Luke—, pero sin bullying no hay amistad.

—La mesada estaba resbalosa—se defendió Ashton, tampoco era la primera ni sería la última vez.

Calum, que aún estaba riéndose, se levantó del suelo con dificultad y caminó hacia la mesa, respirando más tranquilamente.

—Tenemos alitas de pollo, Mike—me dijo cuando ya estaba tranquilo.

Luke y Ashton me miraron con algo de sorpresa.

—¡Alitas!—exclamé sentándome junto a Luke, frente a Calum y Ashton.

—Nina me mandó un mensaje para encontrarnos hoy en la noche—habló Calum.

—¿Otra chica, Hood?—respondió Ashton.

Calum se encogió de hombros sin decir nada ya que tenía un pedazo de pan en la boca. La mesa tenía comida extraña, había pan y mermelada pero también había alitas de pollo y Coca-cola, incluso había una, solo una, lata de cerveza. Eso era lo que sucedía cuando dejabas a tres idiotas, los cuales eran mis amigos, preparar el desayuno.

—Cuando tu pene no se levante voy a ser el primero en reírme—dijo Luke.

—Estoy segudo de que llodadás—las palabras le salieron  deformadas a Calum debido a que todavía tenía comida en la boca—podque va a sed cuando estés a punto de hacedme una mamada.

Nos reímos con ganas, incluso Luke. Luego comenzamos una conversación sobre nuestros penes, y si alguien se estaba preguntando de qué hablan los chicos cuando se juntan, esta es la respuesta: sus penes. Se puede derivar a chicas, algún deporte, películas y (en caso de mi grupo de amigos) música, pero la charla siempre termina en los penes.

Al rato el tema cambió y comenzamos a hablar de chicas. No participé mucho en esa parte porque últimamente me encontraba algo alejado de ese mundo. En cambió me encargué de mirar a Luke. Luke era tan especial. Tan inocente y maduro a la vez. Tan bonito por dentro y por fuera. Enumeré mentalmente todas las razones y superaban las cinco.

Así que cuando Calum y Ashton comenzaron a hablar animadamente sobre una chica en particular con la que ambos habían salido tomé aire y hablé.

—Luke—llamé en un murmuro. El rubio miró hacia mí con una sonrisa amable. Más de cinco razones, me dije antes de volver a decir algo—, tenemos que hablar.

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Hoolaaa♡
¿Adivinen quién tiene celular? AABBYYYYYY.
De hecho, si alguien está en un grupo de Whatsapp bien Muke af y quiera agregarme sería genial(:
A Ashton no le dieron, nenas. Y Calum fuckboy desde 1996.
Perdonen si este capítulo tiene typos!
No puedo dedicar desde acá pero lo dedico a la chica que dice algo como "MCMUFFIN" en su nombre. (:

Gracias por leer, comentar y votar. Y por todos eso leídos, les re amo.



Never Underestimate A Blonde «Muke»Where stories live. Discover now