Capítulo 26: Recuerdos

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Caminaba por la calle, pestañeando incómodamente bajo los fuertes rayos del sol que caían sobre mí. Realmente creía que el verano era un asco, más que nada si salía de mi casa. Quería comprarme una malteada e ir a buscar a Luke para decirle que todo había salido de maravilla. Al final, la noche anterior me había dormido en los brazos de mi madre, exactamente como cuando era niño.

Encontré un Café y me adentré por la puerta del vidrio. No, no  era un Starbucks, era simplemente un café, uno muy bueno. Colocándome en la fila para ser atendido, suspiré con calma y miré a mi alrededor. Estaba mucho más tranquilo, sentía que había quitado un enorme peso de encima, no solo por haberme disculpado con mis padres, sino también por haber hablado como se debe con mi madre y decirle tantas cosas que tenía atascadas en un rincón de mi garganta.

Sentí que alguien tocaba mi hombro y me giré. A mi lado estaba la persona que menos creí que fuera a tocarme el hombro amablemente en un Café.

—Michael—dijo.

—Brandon.

—¿Y Luke?

Fruncí el ceño hacia él. No tenía idea desde cuándo a él le importaba Luke.

—No creo que él quiera que sepas sobre él—respondí—, después de todo te has encargado de hacerle la vida en el instituto una pesadilla.

Me molestaba Brandon. Siempre lo hizo, pero esa vez aún más porque él había hecho sufrir a Luke, aunque él hubiera pretendido que no era así. Estaba claro que por un tiempo yo había estado peleando por el primer puesto en esa categoría, sin embargo cuando Luke se unió a Calum y a mí, ambos, Brandon y yo, habíamos reducido los encontronazos. Cada vez que recordaba cómo yo había tratado a Luke en la secundaria me hacía querer darme la cabeza contra la pared, y que Brandon estuviera a mi lado solo hacía que recordara el pasado que prefería eliminar.

—No seas idiota—espetó él, aunque no se veía realmente enojado o amenazante. Parecía que en esos pocos meses alguien hubiera insertado materia gris en su cerebro—. ¿Están saliendo?

Abrí los ojos con sorpresa. No le tenía miedo si él quería insultarme o tal vez golpearme (si bien nunca lo vi ejerciendo violencia física de la fuerte hacia nadie), tampoco me esperaba que comenzara un club de fans de Luke y Michael; pero su pregunta casi salió emocionada, entusiasmada.

—No—me limité a decir, rezaba por que me atendieran en seguida porque ya no quería hablar con él.

—Oh, ¿se siguen resistiendo?

Volví a fruncir el ceño.

—¿Qué quieres, Brandon?

—Solo estoy manteniendo una conversación.

—¿Por qué siquiera estás intentando hacerlo?-cuestioné con desconcierto.

La fila avanzó un poco así que di un pequeño paso hacia adelante.

—No lo sé, hace mucho que te veo.

—Me viste el otro día—volví a mirarlo con el ceño fruncido—. Y ni siquiera somos amigos.

Brandon terminó bufando y encogiéndose de hombros.

—Da igual—dijo—. Que te vaya bien o como sea.

Finalmente se dio la vuelta, caminando hacia una mesa donde se encontraba un chico que levemente conocía del instituto. Sonreí al darme cuenta que estaba solo de nuevo y podía ordenar en paz.

☆☆☆☆

Cuando llegué a la casa de Luke ya había terminado el frappé de frutilla y había tirado el vaso en  un tacho de basura de la vereda. Golpeé con los nudillos la puerta, recordando todas las veces en las que había hecho eso, no tardaron en abrirla. Cuando vi que fue Luke quien la había abierto le sonreí, él me imitó, marcando su característico hoyuelo en su mejilla.

Never Underestimate A Blonde «Muke»Where stories live. Discover now