Capítulo 3: Fiesta (parte II)

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No sé por qué no me alejé, solo no lo hice.

—Tienes los ojos muy verdes—agregó Luke. Entonces abrió aún más los ojos, lo cuales estaban rojos y le daban un toque terrorífico en contraste que el celeste de su iris— ¡Son diferentes! Mira, este es más verde que el otro.

Revolví los ojos y quité su mano de mi hombro. Cuando estaba a punto de darme la vuelta para alejarme él, el idiota tiró de mi brazo, señalando hacia un punto a los lejos, dando pequeños saltitos bastante afeminados. 

—Mira, Mikey, ese es Brandon-se acercó hasta mi oído y susurró:— Él cree que soy gay.

Su aliento en mi oído lo humedeció y lo miré con cara de asco. Maldito idiota. No tenía ganas de soportarlo, mucho menos borracho. Intenté alejarme, pero él volvió a tirarme del brazo.

—Mikey, tenemos que hablar con él—dijo y comenzó a caminar hacia él— ¡Brandon!

Inmediatamente le tomé yo del brazo y lo llevé entre la gente, alejándonos de Brandon. Lo había visto tomar más de cinco vasos de cerveza y eso no podía significar nada bueno. No presté atención cuando escuché a Luke quejarse de que le estaba lastimando el brazo, se lo merecía por ir a molestarme. Busqué a Calum entre la gente y no lo encontré, iba a patearle el culo cuando lo viera.

—-¡¿Estás loco?!—exclamé, haciendo ademanes con mis manos— ¡No puedes ir a llamar a Brandon, estúpido rubio marica!

—Le gusto—respondió Luke. Me detuve a medio paso y lo miré. Entonces él comenzó a reírse.

Resoplando, seguí caminando entre las personas para sacarnos de ahí. Entre tanta gente, el olor a sudor, alcohol y marihuana me estaba mareando. Una chica se paró delante de mí y dijo algo que ni siquiera me esforcé por escuchar. Le hice una gesto con la mano, como si de espantar una mosca se tratara, y continué en mi camino a la salida.

—No seas grosero, Mikey.

—Mira, si no dejas de decirme Mikey voy a golpearte y no te gustará.

—Me gusta rudo—comentó el chico y provocó que volviera a detenerme a medio paso y lo mirara. 

Esa vez Luke me miró con una sonrisa que flaqueó un poco. Comenzó a reír más fuerte que la vez anterior  y realmente pensé en dejarlo que fuera a buscar a Brandon. En cambio apreté mi mano alrededor de su brazo y caminé aún más rápido.

Llegamos hasta una puerta y rogué que me llevara al patio. Antes de abrirla eché un vistazo a mi alrededor en busca de Brandon, no lo encontré, pero tampoco me calmó. Afortunadamente la puerta daba al patio. Salí junto con Luke y apenas cerré la puerta, solté su brazo.

—Todo está raro—la voz de Luke salió pastosa, como si se le hubieran hinchado las mejillas por dentro—. Da vueltas. No me gusta, no me gusta. ¿Por qué da vueltas?

—Mierda, rubio, ¿nunca te has emborrachado?

El rubio negó con la cabeza antes de responder.

—Mi mamá no me deja.

Alcé una ceja hacia él. Este se encogió de hombros y llevó una mano a su boca. Soltó un eructo y comenzó a reírse. Por mi parte yo no podía dejar de pensar en qué hacer con el chico.

Luke volvió a poner una mano en mi hombro.

—Aléjate, rubio—espeté mientras apartaba su mano.

—Me llamo Luke.

—¡Ya lo sé!

Luke comenzó a pasearse diciendo algo sobre su estómago. Resoplé.

—Quiero irme a dormir—balbuceó entre la sarta de estupideces que decía. 

—¿Estás con un amigo?—asintió—¿Quién es?

—Calum.

Su comentario me ofendió y fruncí el ceño, acercándome un poco a él para bajar la voz.

—No, Calum es mi amigo. ¿Con quién viniste?

—Con Calum.

Resolví que ya no había nada que hacer con él y me aparté. Qué suerte la mía, tenía que lidiar con el idiota en su primera borrachera. Una noche memorable, pensé. Luke siguió diciendo que quería irse a dormir así que muy a mi pesar decidí ayudarlo, más que nada porque yo también me quería ir a mi casa.

—¿Dónde está tu casa?—pregunté.

—Detrás del portón.

Luke volvió a reírse y luego cambió la expresión. Enseguida me di cuenta de lo que iba a hacer por lo que me acerqué, lo di vuelta y lo empujé hacia un arbusto. En seguida comenzó con una arcada detrás de otra. Así que además de todo tenía que oírlo vomitar. 

El ruido que hacía me daba arcadas a mí y apreté los ojos para distraerme. Sin embargo no ayudó mucho y a los pocos segundos yo estaba vomitando en el arbusto contiguo.

—Eres un copión—dijo Luke cuando me incorporé, sonreía burlonamente.

—Vete a la mierda—él siguió mirándome con sus escalofriantes ojos enrojecidos— ¿Dónde demonios está tu casa?

—¡No se!—respondió, y comenzó a reír. El muchacho estaba colmando mi limitada y frágil paciencia—. No sé.

Me detuve un segundo  pensar. No quería hacerlo, pero yo también quería ir a mi casa, además se me había revuelto el estómago y me sentía mal. Iba a lamentarlo, yo lo sabía. Busqué incoherentemente a Calum por el jardín y me volví hacia Luke.

—Vamos—espeté, empujándolo.

El chico empezó a caminar en la dirección en la que lo empujé sin oponer resistencia.

—¿A dónde vamos?

—A mi casa—volví a empujarlo un poco para que se apurara.

—¡Ah! A ti también te gusta rudo.

Me miró alzando y bajando las cejas más de una vez. Fui misericordioso y no le golpeé en el rostro solo porque estaba bajo los efectos del alcohol.

—Cállate, Luke.

Luke estuvo todo el camino diciendo incoherencias, mientras caminaba a unos pasos de mí. De vez en cuando tuve que empujarlo para que caminara normal, pensé que tal vez había tomado alguna clase de alucinógeno suave porque por momentos decía cosas como "Mira, Mikey, hay un pitufo en tu hombro" y luego caminaba como lo que él decía ser un pingüino.

Ya en mi casa me debatí qué hacer con el chico, mientras el se reía de mi pelo diciendo que me había vomitado un unicornio. Lo llevé a mi cuarto porque no le había dicho nada a mis padres de que iba con alguien. Luego de mandarle un mensaje a Calum diciendo que me había ido de la fiesta con Luke, me lavé los dientes y le di pasta dental al rubio (aunque lo que en realidad hizo fue tirarse un poco dentro de la boca y llenársela de agua mientras bromeaba inflando los cachetes). En mi cuarto pensé en dejarle mi cama a Luke, pero luego recordé que era un idiota, así que tiré mantas en el piso y el se acostó sobre ellas. Se quedó dormido casi instantáneamente.

Así que me fui a acostar en mi cama, todavía incrédulo por la situación ya que unas horas antes yo hubiera apostado todo mi cabello a que nunca dormiría en la misma habitación que Luke.



Never Underestimate A Blonde «Muke»Where stories live. Discover now