Capítulo 7: Confesiones

6K 617 444
                                    

Caminé por el pasillo del instituto agradeciendo que fueran los últimos días. Ya estaba cansado de estudiar, o, bueno, fingir que lo hacía. Tenía la mochila colgando en el hombro y también me molestaba. Todo me molestaba. 

Desvié a unas chicas que se besuqueaban asquerosamente pegadas a los casilleros y me dirigí al mío. Casi en ese mismo instante Luke apareció a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja.

—Mikey...

Odiaba cuando me llamaba así. Lo odiaba.

—¿Qué quieres?—solté.

Abrí el casillero para tomar mis cosas.

¿Por qué estaba sonriendo de esa forma? No quería verlo sonreír al lado mío. Quería que se fuera, estaba cansado de que siempre fuera amable conmigo, eso solo conseguía que yo sacara mi mierda.

—Besarte el trasero—respondió.

Mi mano se detuvo en el camino a tomar un libro. Lo miré a los ojos, que estaban expectantes, observándome con algo de picardía.

—¿Qué?

Luke apretó los ojos y comenzó a reírse apoyándose en el casillero de al lado.

—¡Te has sonrojado!—exclamó entre risas.

Maldije internamente por ser tan blanco y tomé el libro. Otro punto para odiarlo.

—Eres un idiota, Luke.

—Al menos me has mirado a la cara.

—¿Qué demonios quieres?—espeté cerrando el casillero.

—¿Qué pasa contigo? Estás muy malo conmigo.

Me pareció tierna la expresión que utilizó, pero antes muerto que aceptarlo.

—Siempre soy muy malo contigo.

Luke levantó una mano y se rascó la punta de esa nariz respingada de niño bonito que tenía. Luego se encogió de hombros.

—Tienes razón— coincidió—, pero ahora eres un completo imbécil. 

Suspiré, mirándolo con el semblante serio. Si estaba mucho rato más junto a él iba a mandar todo a la mierda y a hacer algo de lo que probablemente me arrepentiría a los segundos de haberlo hecho. Di un paso al costado y comencé a caminar para alejarme de él. Sin embargo, la mano de Luke en mi antebrazo me detuvo. En seguida tiré de mi brazo para evitar todo contacto posible con el chico. 

—¡No me toques!—grité.

—¡Contrólate! Eres un histérico de mierda. 

—¡Entonces déjame en paz, fuiste tú quien vino a hablar conmigo.

Antes de darme cuenta Luke estaba pegado a los casilleros. Por un momento pensé que lo había golpeado sin notarlo, pero entonces vi que Brandon estaba parado a nuestro lado, mirando a Luke con una sonrisa cínica y la mano estirada. Luke se separó del casillero y lo miró como si fuera una foto de Bart Simpson mostrando el trasero exponiéndose en el Louvre. 

Siempre me sorprendía la capacidad que tenía el rubio de soportar todas las quejas, insultos o agresiones. O era un idiota o tenía mucha seguridad de si mismo. O tal vez ambas.

—¡¿Qué mierda haces, idiota?!—grité a Brandon.

Algunas personas, incluido Luke, alzaron las cejas en expresión de sorpresa.

—¿La rubia está peleando con su novia?—preguntó él, fingiendo que yo no estaba en el lugar.

Antes de que alguno pudiera decir algo más, tomé el brazo de Luke y lo tiré fuera de los casilleros.

Never Underestimate A Blonde «Muke»Where stories live. Discover now