07

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Las redes sociales estaban explotando cuando se confirmó que Taylor y Addison se habían mudado. Ambas decidieron ignorar todo eso y enfocarse en sus propias cosas como, por ejemplo, acomodar todas las cosas de la menor.

Sobra decir que Montecarlos se llevó una ligera decepción cuando Taylor la guió a una de las habitación de invitados. Benjamín iba siguiéndola y pegándose a sus piernas desde que literalmente ella lo abrazó hace media hora.

Swift dejó las maletas en la cama y se giró hacia Addie, quien estaba reprimiendo sus ganas de fruncir el ceño. Observó las paredes blancas, la de oración minimalista y fría y, aunque sabía que podía decorarlo a su gusto, no se sentía bien.

Taylor se paró frente a ella impidiendo su misión de observar todo el lugar. —¿Sucede algo, Addie? ¿No te gusta algo? Puedes cambiar lo que quieras, cariño —de nuevo ese apodo—, solo dime que pasa.

Addie resopló y descruzó los brazos. No sabía si era buena idea decirlo o no, pero al final lo soltó sin pensar:

—Creí que dormiríamos juntas.

Taylor alzó ambas cejas. Addie sacudió la cabeza y habló antes de que la rubia pudiese hacerlo: —Lo siento, es una tontería. Voy tan rápido, lo sé. Lo último que quiero es incomodarte y...

Dejó de hablar cuando Swift tomó las maletas y salió de la habitación. Addie fue detrás de ella, sonriendo al notar que se dirigían a la habitación principal.

—Si mi chica quiere dormir conmigo, dormirá conmigo —soltó cuando llegaron a su cama y pudo dejar las maletas. Se giró con una sonrisa brillante.

—No te sientas obligada... —soltó cohibida. Taylor sonrió aún más, y se acercó a ella para tomar su mano mientras Benjamín las observaba desde el suelo.

—¿Obligada? ¿A tenerte en mi cama, verte antes de dormir y al despertar? —preguntó con una sonrisa—, creo que eso me hace sentir de todo menos presión, cariño. Mi idea principal era traerte aquí, pero mamá dijo que podrías sentirte presionada o incómoda y pensé que tenía razón.

—¿Hablaste con tu mamá sobre mi? —le preguntó en broma. Swift se sonrojó mientras se concentraba a mirar cualquier parte que no fuese el rostro de la actriz.

—¿Cómo no hacerlo, Addie? Eres la mujer más increíble del mundo. Mataría por publicar en el periódico que dormiremos juntas —soltó por lo bajo. Sus mejillas tomaron un color rojo más intenso cuando Addison levantó ambas cejas: —Quiero decir, que pasaremos tiempo en la misma cama durmiendo. Solo durmiendo. No estoy diciendo que tenemos que hacer algo más; aunque si quieres, podríamos. Pero no estoy diciendo que deberíamos, ya sabes, no haremos nada que no quieres. No estoy diciendo que no quiera, pero tampoco que quiera, ¿sabes que? Voy a callarme... —farfulló. Terminó guardando silencio al darse cuenta que nada de lo que decía tenido sentido.

Se concentró mejor en su hijo gatuno, quien parecía decidido a permanecer sobre las piernas de Addison todo el día.

—Solo dormir, claro —le respondió con una sonrisa, enojando suavemente su hombro. Swift soltó un pequeño balbuceo por lo bajo cuando notó la cercanía de sus cuerpos.

—No quiero que pienses que...

—No —la interrumpió antes de que pudiese decirlo—, no estoy pensando que intentas aprovecharte de mí. Después de todo, soy tu chica, ¿no? Tú acabas de decirlo.

Mastermind || T. SWhere stories live. Discover now