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Advertencias:
Taylor g!p
+18 (contenido y lenguaje explícito)









—¿Sabes que Jackson está súper enamorado de Ángela?

Taylor dejó de copa de vino cuando Addison soltó esa bomba de manera casual. La actriz, por su parte, no se movió del suave lugar que creó en el suelo, frente a la mesa que había frente al sofá.

Estaban en el departamento de Addie, en Londres. Era cálido y ninguna tenía planes de ir a alguna parte —en especial porque muy pocas personas conocían la dirección, así que no había paparazzis en la entrada ni nada por el estilo.

—¿Qué? —soltó la rubia. Sus perfectas cejas se arrugaron en confusión mientras subía ambas piernas al sofá para adaptar una posición más cómoda.

—Si, ¿no lo has notado? —prosiguió mientras acomodaba sus cartas—, pensé que era algo obvio. Bueno, es que yo los he visto durante todos estos años, pero no sé. El ni si quiera lo disimula.

Taylor parpadeó perpleja. En estos meses había convivido un montón con Ángela, pues de vez en cuando cuidaban a su hija y jamás vió por ahí a Jackson, aunque el solía enviarle mensajes seguido.

—¿Desde cuándo le gusta? —luego pensó un segundo, y soltó con rapidez: —¿Por qué no la invita a salir? Es literalmente el hombre perfecto

Addie le sonrió levemente antes de rodar los ojos. —Ustedes dos se defienden tanto —soltó con burla—, la ama desde que la conoció, hace... ¿cinco años, tal vez? Cuando comenzó a ser mi agente.

—Y ella ya tenía una hija, ¿no? ¿Estaba casada? —preguntó con interés. Montecarlos no solía hablar demasiado sobre la vida de sus amigos, por lo que la rubia aprovechaba estos momentos donde podía indagar un poco.

—No, ella y Antonni jamás se casaron. De hecho, Jackie es como el padre de Marianne.

Taylor asintió mientras grababa en su memoria toda la información. «Antonni, papá malo», «Jackson perdidamente enamorado».

Sus rubias cejas se arrugaron con confusión. —¿Pero por qué no la invita a salir?

—Es muy tímido —respondió, aún absorta en la baraja. Estaba tan concentrada que no levantó el rostro para nada.

Swift soltó una pequeña risa que fue interrumpida por una mueca de su novia, dejándole en claro que no bromeaba. —No puedes estar hablando en serio. Con ese rostro el debería ser todo menos tímido.

—Ya, en serio, ¿qué sucede entre ustedes? ¿A caso se aman en secreto? —bromeó.

Taylor le puso los ojos en blanco, pero sonrió cuando Addison se levantó para después caminar hasta su lado y sentarse, olvidando que estaban a punto de jugar una partida de poker. —¿Debería preocuparme?  —prosiguió en broma—, si, ¿sabes que? Ya no pueden estar a solas. Lo prohíbo.

Taylor soltó sus cartas y comenzó a hacerle cosquillas a Addison. Sus delgadas manos se hicieron camino hasta levantar la camiseta de Montecarlos y poder tocar su piel desnuda, erizándola al instante.

—Si, mi intención siempre fue acercarme a él. Tu solo fuiste el medio, lamento decírtelo —bromeó. Addison abrió la boca siguiéndole el juego.

Mastermind || T. SDär berättelser lever. Upptäck nu