❝ 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐩𝐞 𝐎𝐭𝐚ñ𝐨 ❞

8.9K 388 131
                                    

🌧️ | 𝟎𝟒
"dale, no seas forra"

Era un día lluvioso, el clima llevaba toda la semana así, y ahora estaba enferma, metida en mi cama con mi mesita de noche llena de pañuelos con mis mocos.

Todo súper agradable.

Me siento como el orto, casi no puedo ni respirar y me duele todo el cuerpo. Todo me molesta.

Cada mínimo ruido se magnifica y me retumba la cabeza, como ahora mismo, que mi teléfono sonó con mi tono de llamada personalizado de august, la canción de mi reina, Taylor Swift.

Me quise arrancar los oídos y estaba dispuesta a colgar, hasta que vi que la persona que llamaba era mi mejor amigo, y el amor de mi vida.

Felipe González Otaño. Pipe. Mi mejor amigo desde hace años. El chico del que estoy enamorada desde hace meses. Cómo ustedes lo quieran llamar.

— Hola gorda, ¿estás en tu casa? — preguntó cuando atendí la llamada.

— Sí, acá estoy, en mis últimos minutos. — dije, con voz ronca y mi nariz llena de mocos.

— ¿Y eso? ¿Todo bien? — su voz era de preocupación.

— Sí, tranquilo, estoy medio enferma, pero se me pasa mañana. — respondí, intentando quitarle importancia.

— Boluda, si se escucha que estás muriéndote. Me estoy parando a comprarte un café, ya voy para allá.

Encima me compraba un café el pibe. ¿Pero cómo no voy a estar enamorada?

🌧️

𝐏𝐢𝐩𝐞

Estaba de camino a casa de mi novia. Bueno, mi mejor amiga realmente, pero mi novia algún día.

Me di cuenta que estaba enamorado de ella el verano pasado, pero me da miedo cagarla y perderla, porque eso no me lo perdonaría.

Igual a lo mejor me animo un día y se lo confieso. A veces nos hacemos bromas y nos tratamos como si tuviésemos una relación romántica, pero intento auto convencerme de que es solo la confianza de nuestra amistad.

Llegué a su edificio y el portero, que ya me conocía, me abrió sin problema. Al subir, agarré la llave que deja escondida cuando vengo yo, y así no tener que levantarse ella para abrirme.

— ¡Soy Pipe, llegué! — grité cuando cerraba la puerta.

— ¡Estoy en mi cuarto! — escuché su voz, seguida de un ataque de tos que me sacó una sonrisa.

Hasta tose lindo la flaca.

Qué ganas de comerle la boca.

🌧️

Ni 30 segundos pasaron del grito de Pipe hasta que lo vi entrando a mi habitación con dos vasos de café. Me sonrió al entrar y yo le devolví el gesto.

La sonrisa más linda del mundo.

— Sos un sol, gracias. — dije, sentándome en la cama y recibiendo el vaso que me ofreció Pipe.

— Tiene poca azúcar, como a vos te gusta. La cafeína hace bien en estos casos. — fue lo único que respondió, sentándose a los pies del otro lado de la cama.

No dije nada más, y empecé a beber mi café poco a poco mientras Pipe me contaba sobre su nueva idea para un corto.

Yo lo escuchaba con atención, de vez en cuando lo interrumpía para sonarme los mocos. Una sonrisa se me escapaba de vez en cuando y me era imposible reprimirla.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 - 𝐋𝐒𝐃𝐋𝐍 𝐂𝐀𝐒𝐓Where stories live. Discover now