❝ 𝐅𝐫𝐚𝐧 𝐑𝐨𝐦𝐞𝐫𝐨 ❞

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🎨 | 𝟎𝟕
"dejá que fluya"

Recuerdo perfectamente como hace seis meses me anoté a una clase de pintura. Estaba harta, no podía más, ni siquiera sabía con exactitud porque estaba ahí.

Bueno, claro que lo sabía. Mi psicóloga me había recomendado probar la pintura para liberar mi estrés y descargar mi ira.

Pero déjenme que les haga un spoiler, la pintura no funcionó conmigo.

No me gusta estar manchando todo y manchándome yo todo el tiempo, no me gusta tener las manos llenas de pintura, mucho menos el pelo... No me gusta, ya está.

¿Y por qué no me fui y ya? ¿Por qué continué yendo todos los martes y jueves?

La respuesta se conformaba por un nombre y un apellido, literalmente.

Francisco Romero.

Un chico alto, delgado, rubio y de ojos azules que asistía también a las clases. La diferencia es que a él se le notaba de lejos que lo disfrutaba.

Me acuerdo como varias veces me quedé ensimismada mirándolo mientras pintaba. Me transmitía una extraña sensación de tranquilidad.

¿Qué si me gustaba Francisco? Puede ser. ¿Qué si le había hablado a Francisco en algún momento? Ni en mis mejores sueños.

— Bueno, después de enseñarles esta técnica, es su turno de emplearla en una de sus obras. Hoy trabajaran por parejas.

La coordinadora de la clase pronunció esas palabras, y recuerdo que algo en mí hizo que mi mirada se desviara hacia Francisco, quien justo en ese preciso instante, se giró en mi dirección.

— ¿Querés que nos pongamos juntos? — me preguntó con una suave voz, ligeramente sonriendo.

Yo no supe muy bien qué hacer, pintar no era, ni es, una actividad que se me de bien, a las pruebas me remito... Pero, ¿qué se supone que le iba a decir?

— Em, sí, claro. — respondí, estaba nerviosa pero creo que pude disimularlo bien. Ambos nos acercamos a un puesto para empezar a trabajar.

Él agarró de inmediato uno de los pinceles que había en la mesa. Sin embargo, yo mantuve una cierta distancia, me daba miedo intentarlo y terminar cagandola. Encima quedando como una pelotuda.

Francisco empezó a hablarme sobre una idea que tenía para la técnica que se estaba poniendo en práctica aquel día, pero era un intento inútil, ya que yo no era capaz de concentrarme si sus ojos azules estaban fijados en los míos.

— Bueno, mirá, no te voy a mentir. — empecé a decir, acercándome más a él y entrando en confianza poco a poco. — Pintar se me da como el orto. — dije, sonriendo y provocando una ligera risa en él.

Una risa que está tatuada en lo más profundo de mi corazón.

— Pero nena, ¿vos sabés que estás en una clase de pintura, no? — me respondió con cierta ironía que me hizo rodar los ojos, pero sin quitar la sonrisa.

— Podés pintar vos, yo te miro, y mañana me salgo de esta clase. — le propuse, encogiéndome de hombros, él entrecerró los ojos y se apartó un mechón rubio de la frente.

— Mejor hacemos esto... — me dijo, ofreciéndome un pincel. — Pinto yo, te ayudo a vos a pintar, y al salir te invito un café.

A día de hoy estoy al 99% segura de que mis mejillas se sonrojaron al instante. Pero aún así tomé el pincel con una sonrisa nerviosa y me paré frente al lienzo.

Francisco se posicionó detrás de mí y su mano se entrelazó con la mía alrededor del pincel.

— Tenés que dejar que fluya, no podés forzarlo. — murmuró contra mi oído, mientras guiaba mi mano.

Siempre hemos sido polos opuestos, creo que eso es lo que nos ha llevado a este presente.

Nunca fui de las que se dejan fluir, siempre tuve la necesidad de saberlo todo, de organizar y planificar. El descontrol me alteraba.

Sin embargo, ese día decidí dejarme llevar, dejar que alguien más tomase el control y me guiara. Ese fue Francisco.

Tras unos minutos en silencio, él sin querer derramó algo de pintura sobre mi brazo.

— Ay, perdona. No me di cuenta. — me dijo de inmediato, sonriéndome tiernamente.

En otro momento, me hubiese puesto histérica, pero dentro de mí no sentía ningún tipo molestia por la mancha en mi brazo.

— No pasa nada, Francisco, se limpia y ya. — le respondí, dándole una pequeña sonrisa.

— Llámame Fran.

🎨

Después de un largo rato pintando, Fran dándole rienda suelta a su imaginación y a la vez guiando mi mano y sus pinceladas, la clase acabó.

Recuerdo con claridad que mientras recogía mis cosas, las palabras de Fran se reprodujeron en mi cabeza.

— ¿Sigue en pie lo del café? — le dije, mirándolo mientras él también recogía sus cosas.

— Obvio. — fue su única respuesta, para después esperar a que yo terminara y dirigirnos juntos a un café.

Tal vez si pusiera algo de esfuerzo, podría recordar absolutamente todo lo que me dijo Fran durante esa primera charla y ese primer café.

Que poquito sabíamos de que ese iba a ser el primero de muchos.

Ya que, a día de hoy, Fran y yo llevamos tres meses saliendo.

Tres meses en los que me he dedicado a verlo pintar, en los que he tomado café con él, y en los que he sido muy feliz.

— Amor, ya llegué.  — Fran me sacó de todos mis pensamientos. — Te traje un café.

Yo sonreí inconscientemente y agarré el vaso de café, que tenía escrito "Para la más linda" con corazones y flores alrededor.

Con Fran, la sonrisa nunca se iba de mi cara.

— Sos un amor. — le dije, abrazándolo. — Hace rato estaba pensando en el primer café que nos tomamos. — añadí, con mis brazos rodeando su cuello.

— Deberías retomar las clases de pintura. — dijo, a modo de broma para joderme.

— Ni loca. — respondí soltando una ligera risa.

Fran me dio un suave beso en los labios y se separó para mirarme nuevamente.

— Te quiero mucho.

— Yo más.

Mi vida era un descontrol que me alteraba, y Fran fue el que logró poner algo orden con sus cafés y su sonrisa.

A lo mejor para encontrar a esa persona, solo tenés que dejar que todo fluya...




🎨 || @𝐋𝐎𝐕𝐄𝐌𝐑𝐄𝐕

holii, @_georg_L_ me pidió uno de Fran, así que aquí está, espero que te guste mucho linda  <3

aaaa, la verdad que me gustó mucho escribir este, espero que no sea confuso y que se entienda JAJAJA

de todas maneras, por aclarar un poco, ella se está como que acordando de como lo conoció a Fran y de su "primera salida", y luego vuelve al presente donde Fran y ella ya llevan unos meses de novios.

también me gustó darle ese toque emocional y personal, porque me identifico mucho con la gente que lo quiere controlar todo, y que a lo mejor a base de eso, se está perdiendo de muchas otras cosas que simplemente no puedes controlar o forzar... ❤️‍🩹

sin decir mucho más, espero que les haya gustado y no se olviden de votar 🫶🏻

— ann.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 - 𝐋𝐒𝐃𝐋𝐍 𝐂𝐀𝐒𝐓On viuen les histories. Descobreix ara