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Me sentía en paz a pesar de escuchar varias voces a lo lejos, como si me estuvieran maldiciendo por la decisión que tome en aquella pelea con Rayne, podía sentir a mis espaldas lo fresco del agua extrañandome. Y entonces abrí mis ojos, me pare con cuidado de no marearme, no sabía dónde estaba, un lugar vacío iluminado por alguna luz lejana que me permitía ver sólamente el lugar en el que estaba parado.
Había estado en este lugar antes, todas esas veces en las que moría o me hacían daño de gravedad. Pero, nunca había estado consciente, nunca había logrado moverme, siempre estaba dentro del agua, viendo a una sombra pasar varias veces y observándome con esos ojos oscuros. Comencé a caminar, pero parecía que no me movía todo era igual, me quedé quieto, sentado esperando que está vez sea la definitiva.
Por qué, a pesar de que Rayne fue el que me había matado. No quería morir por Mash.
— ¿Así que es eso? No quieres morir por ese chico con peinado de hongo.
Levanté mi mirada, era esa sombra, no podía verla completamente, pero su voz me causaba escalofríos. Negué con mi cabeza, temía que si hablara mi voz se rompería.
— ¿Quién soy, te preguntas?
Moví mi cabeza afirmando.
— Soy quien te eligió, soy quien te condenó a esta maldición. Aunque ya no es tanta ¿Podría llamarse bendicion?
Entre abrí mis labios y abrí mis ojos con sorpresa, mi cuerpo tembló del miedo, su voz tan gruesa a pesar de asustar y dejarte paralizado, tenía rastros de burla. Esto no era una bendición. Había matado a mi familia con unas simples palabras, tenía que tener cuidado de no decirlas en vano, quise morirme en ese rato por lo que había hecho, mate personas con tal de encontrar a alguien con el que no tuviera miedo de maldecir.
Y ahora que tenía todo, encontraba a Mash, una persona sin magia que era capaz de matarme. Esa era la conclusión, que una persona sin magia podía matarme definitivamente. Me arme de valor para poder hablar, los ojos de esa "cosa" me retaban a hablar, pero tenía clara mi respuesta de quién era.
Shin— ¿Hades?
— Correcto mi pequeño~ es la primera vez que hablamos. Mira debajo de ti.
Mire a mis pies, el agua se iluminó a pesar de seguir oscura, varios cuerpos de personas con una expresión de horror iban pasando o solamente se quedaban en ese lugar, flotando dentro del agua.
Perturbado me levanté rápido del agua casi cayendome en el proceso.
— Son todas las personas que mataste. Este es el inframundo en tu cabeza Yagami Shin. —sonrió, a pesar de verlo como una bruma negra, sus ojos y boca podían verse— ¿Quieres escucharlos? Sería como~ una última prueba antes de ya no necesitar de alguien para controlarte.
