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Tapando su cara y en cuclillas, Shin dejaba que el agua recorriera su cuerpo, hace tres minutos atrás había huido corriendo, además de que en el camino se había acordado de que podía teletransportarse, aunque ya había llegado a las duchas a bañarse, para más rápido, su cara aún estaba sonrojada por lo anterior, siempre fue de sonrojarse fácilmente, y cuando se sonrojaba de más el calor en sus mejillas tardaba en bajar.
Shin— Aunque ya me haya visto sucio muchas veces, esto fue diferente —se endereza, cierra los ojos y quita el exceso de agua en ellos— Mis músculos están muy relajados ahora~
Soltó un suspiro de satisfacción, no fue hasta que sintió varias escenas mágicas malignas, por montón. Salió rápido del baño cambiándose por su traje de visionario, miro al conejo en una pequeña caja durmiendo, eso lo tranquilizó un poco, sin más se teletransportó donde sentía aquella maldad.
— ¡AAAAH!
— ¡Alguna persona!
—¡Sálvenme, por favor!
Gritos de varias personas se escuchaban, chocaban con Shin sin poner atención a qué era un visionario divino, solo querían ponerse a salvo.
Shin— Vaya... —dijo viendo toda la destrucción que hacían aquellos gigantes, invoca una gran guadaña y con esta se apoya para brincar alto, de un solo tajo corto a unos cuantos monstruos— (Siento a Ryoh venir, y se que se llevará toda la atención... )
— ¡¡Es Yagami-Kun!!
— ¡¡El visionario divino!!
Shin— ¡Alejense del peligro, de forma ordenada! ¡Por favor!
Una mujer tropezó cayendo al suelo, Shin la tomo en brazos alejándose del peligro antes de que un gigante que se acercara le hiciera daño.
Shin— Por favor, ve a refugiarte. Me encargaré.
Saco la varita de su traje invocando una de sus guadañas, con esta misma se impulso hasta estar arriba de una casa, brinco nuevamente y de un movimiento corto a varios gigantes que se acercaban.
Cuando de repente escucho pasos, la policía mágica venía corriendo a ayudar, varios de estos mismos usaron uno de sus hechizos para explotarle la cara a uno de los gigantes, Shin bajo rápido de la casa para ponerse frente a la policía al ver a otro gigante, pero había reaccionado después, el jefe de los gigantes bajo uno de sus brazos hasta aplastarlos.
Y mientras aquel gigante que se hacía llamar Dorj Bassam hablaba, Shin salía de entre los escombros lleno de tierra, viendo que no había tanta gente como antes, se puso frente al gigante que aplastaba las casas.
Shin— Te matare cien veces. (Ah, eso lo escuché de Dot... Creo que me extraña) —sonrió y con su varita apuntando hablo— "Pollaplés perikopés"
Varios cortes comenzaron a aparecer en varios de los gigantes manchando el suelo con su sangre, los cortes a pesar de no ser tan profundos, hacían el suficiente daño al sentir como cada corte se hacía cada vez más grande. Shin no se lo estaba tomando en serio. Pues hace ya rato sentía la esencia de alguien cerca. No podía hacer mucho con personas cerca.
