Capítulos Seis

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Rachel-Rebekha

 

 

Me despierto asustada, el sudor me recorre la frente y me siento observando a mi alrededor.

Una pesadilla.

Otra pesadilla.

Me levanto y voy al baño donde hago mi aseo, cuándo salgo por la casa ya hay movimiento. Necesito hablar con Tomasso, le diré que me iré de viaje y aprovecharé ese momento para irme lejos.

O será muy precipitado. Han pasado tres días y no he recibido ni un solo mensaje de Marcos, en cambio he vivido con el miedo de estar siendo observaba. De que en cualquier momento Lucas cumplirá lo dicho.

No pienso quedarme para ver que sucede.

Me he dedicado a revisar esta habitación, hay una tarjeta con fondos ilimitados y he encontrado la identificación y pasaporte real de Rebekha.  También encontré efectivo, cuándo éste lejos quemaré las identificaciones.

Pero en ese instante la voz de Tomasso me hace detenerme fuera de la puerta de su despacho. Está discutiendo con alguien.

—No, estas hablando de mí hija y no de una mercancía.

Hay silencio.

—Te lo ruego, Lucas, ella es una víctima más… ¿casarte con ella? ¡No! Ella no me lo perdonaría.

Jesús.

¿Por qué querría casarse con quién lo traicionó?.

—Lo haré, hablaré con ella.

En se instante me doy cuenta de la gravedad de asunto. Me quiere tener a su lado, y no soy la mujer de la cuál debería vengarse, por supuesto que no. Regreso a mi habitación y guardo todo en una cartera, diré que necesito ir a la biblioteca a o algo. Perderé de vista a mi guardaespaldas y me iré.

Salgo rápidamente encontrándome con el guardaespaldas.

—Necesito ir al centro comercial— le pido y este obedece de inmediato. El centro comercial es mejor, hay mucha gente y poder escapar más rápido.

El trayecto  es una completa tortura, la ansiedad me llena el cuerpo una vez más y mi mente se pone en mi  contra.

¡Te van a atrapar!

 

¡vas a morir!

Si, probablemente muera. Pero si no lo intento, no sabré si vivo o muero paran contarlo. Al llegar al centro comercial actuó lo más normal posible, es sábado por lo que las personas llenan más los establecimientos y eso me pone nerviosa, en especial al ver los hombres con trajes en algunas ocasiones.

—Tengo que ir al baño— digo y aunque me quedo allí algo de tiempo, me doy cuenta que no podre escapar por este medio. Me quedo mirando una tienda y el hombre que me acompaña para protegerme recibe una llamada, habla en Italiano. Veo la oportunidad y comienzo a caminar lejos de él; mientras más me alejo mejor veo las esperanzas de salir de aquí, cuando estoy afuera tomo un taxi al cual me subo rápidamente.

Le indico que quiero ir a la estación  de tren y este se pone en marcha, de inmediato veo salir al hombre mirando por ambos lados con cara de terror. Sonrío.

Voy a tomar un tren hasta el otro lado de la ciudad y luego allí haré viajes en autobús, es más fácil pasar desapercibida de esa forma. Marcos me ha enviado un mensaje y le indico donde estaré.

Usurpando La Mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora