Capítulo 8

3 1 0
                                    

Quiero escapar de todo esto, correr del dolor y de la sensación de sucio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Quiero escapar de todo esto, correr del dolor y de la sensación de sucio...

Volver a hace unos meses me duele mucho, me siento como una presa de nuevo.

Tuve que ser fuerte y afrontarlo todo para poder salir adelante, pero ahora no me suelta y estoy segura que no me quiere dejar en paz.

Pasar horas y horas en la ducha me tiene cansada...

Siempre lloro al ver mi desnudez frente a mí, verme al espejo y recordar dónde han estado sus manos y sus besos me llena de dolor.

Me siento rota, me siento asquerosa, quiero salir de todo esto, sanar de nuevo, me niego a cederle...

Me ha costado tanto llegar aquí, aceptar que no fue mi culpa y aceptar que todo fue pura y dura manipulación...

Mi vida se vino abajo más rápido de lo que creí, ahora tiemblo cada que voy a trabajar.

Sé que debería de vender ese negocio y mudarme a otro, pero ese negocio era de mi abuelita...

Mi querida abuelita... Recordarla hace que mi garganta tenga un nudo de dolor y lágrimas empiecen a rodar con más fuerza por mis cachetes.

Estar trabajando llena de dolor no me gusta...

Poner la música que ella tanto disfrutaba no ayuda, así que decido poner "Idontwannabeyouanymore" de Billie Eilish, me hago bolita detrás del mostrador y dejo que mis lágrimas sigan rodando por mis cachetes sin remordimiento alguno.

Las campanas de la entrada suenan y cambio la canción rápidamente, me seco las lágrimas y me coloco de pie fingiendo una sonrisa lo mejor que puedo.

—Buenas tardes y bienvenido a Milly Fiori... Lorenzo... —Las lágrimas de mis ojos vuelven a aparecer amenazando con salir.

—Shh... Guapa... Yo no te haría nada que no merezcas... —Él se acerca a abrazarme y yo lloro como nunca mientras me toca...

No me siento cómoda ni mucho menos segura... Y sé que mi dolor lo calienta así que ya me esperaba lo que seguía...

Con necesidad sus manos iban deshaciendo mi ropa como si no valiera nada y yo no podía parar de llorar...

Empezó a penetrarme y el dolor en mi interior aumentaba, me sentía sucia... Me siento asquerosa...

Sentirme un ser sin valor no es para nada bueno y eso es lo que él me hace sentir con cada cosa que hace...

Me usa como si yo sirviera solo para esto, solo para ser su maldita muñeca sexual y nada más, estoy cansada... Cansada de todo

Pero, sé que no puedo hacer nada, lo sé y soy consciente de eso porque también sé que es mayor mi miedo que mi valor cuando de él se trata...

Algo que si no me esperaba fue lo que siguió después de eso... Una persona lo alejó de mí tan rápido como él había entrado...

No sabía lo que sucedía a ciencia cierta, solo entendía mi dolor y lo poco que veía gracias a las lágrimas...

En el momento en el que pude enfocar mi mirada lo vi a él... Donovan...

Tenía sus manos fuertes sobre él, había chorros de sangre manchando mis flores...

—Esto es para que aprendas que a Juno no se le toca... —Eran sus palabras de ira mientras lo golpeaba.

—¡No te metas en problemas Donovan! —No sé de dónde saqué tanta fuerza para gritar de esa manera en medio de las lágrimas que me invadían, pero lo hice y no me arrepiento.

—Ella es mía... —Donovan se alejó de él y permitió que se levantara, en sus ojos había ira... Tanta ira que era inexplicable su aparición en esos ojos color esmeralda...

—Pelea por ella, porque está claro que señorita fuego es mía. —Ambos se pusieron en pose de batalla y justo antes que el puño de Lorenzo llegara a Donovan intervine...

—¡No soy de nadie! —Ahí estaba de nuevo, esa ira que construí desde el momento que él y yo terminamos, pero esa ira la provoca... Donovan...—Tú eres un imbécil que casi me mata —Digo señalando a Donovan con mis dedos—. Y tú eres un ser despreciable y manipulador con el que ¡Nunca! Debí casarme...

—¿Estás casada?

—Lo está.

—¡No mientas Lorenzo! Estoy cansada de todo esto, de tus malditos maltratos, de tu maldita forma de ser y de ese pene que tanto detesto, ¡No soy tuya! Entiende, ya no somos nada —Él se acercó a mí y yo —no sé con qué fuerza— le metí una patada en los testículos—. Eso es para que veas que ya no soy la misma, ¡Estoy cansada de esta mierda! Esto no me pertenece, este dolor es ¡Tuyo! Y espero te quedes solo para siempre.

Salí corriendo de allí mientras las lágrimas volvían a aparecer en mis ojos, dejé que salieran, me permití llorar y corrí hacia mi lugar seguro... Mi mejor amiga, sé que es hermana de ese patán, pero la necesito a ella y a nadie más.

—Ayuda... —Susurro en cuanto ella abre la puerta de su casa y acto seguido todo se pone en negro...

Ojos de fuego Where stories live. Discover now