Capitulo 21: Apocalipsis

146 19 16
                                    

Dedicación a:
SamManson00
Gracias por leer y comentar.

Al resonar de las trompetas, el mismísimo infierno parecía estremecerse. Satanás y Lucifer alzaron la mirada simultáneamente, con sus ojos inyectados en sorpresa y una tensión palpable en el aire. Lucifer, vislumbrando a través de su bola de cristal, encontró la sonrisa macabra de Satanás, y su propio corazón comenzó a palpitar con furia descontrolada.

—¡Prepararé a nuestras huestes!—rugió el señor de la ira—¡Nos alzaremos contra los cielos!

Pero la voz de Satanás se desvaneció en un eco ominoso. El miedo se apoderó de Lucifer, sus ojos reflejaban un terror insondable, su cuerpo temblaba como una hoja en la tormenta. Y aquellos ojos eran la encarnación del pánico mismo, la oscuridad personificada.

—¡Maldita sea, Charlie!—gritó, lanzándose a la huida.

Abandonó la estancia con ímpetu, corriendo por los interminables pasillos del palacio infernal, sus pasos resonaban como el eco de su propia angustia. El estruendo atrajo a Angel y a los dos ángeles caídos, quienes se encontraron con el desconcierto pintado en sus rostros angélicos.

—¿Qué está sucediendo?—inquirió Angel, confundido—¿Qué es ese ruido?

Vaggie y Gabriel temblaban, presas del terror, mientras Lucifer los rodeaba en un intento desesperado por aplacar su creciente horror. Angel percibía el tamborileo frenético de sus corazones, podía ver cómo Gabriel empezaba a sudar.

Lucifer se detuvo, observando a aquellos tres seres y el pánico que los consumía.

—El castillo está protegido, es un santuario—les aseguró—. No salgan, no hagan ruido, y esperen mi regreso—ordenó—. La batalla entre el bien y el mal ha comenzado, el apocalipsis está sobre nosotros.

Las trompetas resonaron con furia y una tormenta infernal se desató en el abismo.

—¿Charlie está afuera?—preguntó Angel, Lucifer asintió—¡Voy contigo!

Dieron unos pasos, pero los otros dos ángeles los detuvieron. Aunque temblaban y estaban aterrados, sus miradas se llenaron de determinación. Los cuatro marcharían en busca de Charlie, dispuestos a defender el infierno del asalto celestial.

Solo existían dos opciones: ocultarse o luchar. Y todos habían tomado su decisión.

Con rapidez, Lucifer salió del castillo y estendio sus alas con dramatismo, volteó a ver a los otros tres.

—¡Se pondrán todos a salvo apenas encuentremos a Charlie!—ordenó Lucifer—Los quiero a todos en el castillo, ¿oyeron?

Asintieron con determinación. Lucifer emprendió vuelo solo, mientras que Vaggie, Gabriel y Angel se dirigían al lado opuesto.

👑

—¿Son todos? —preguntó Charlie, con la mirada fija en Dazzle, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

—Parece ser que sí —respondió Rosie, con un tono cargado de preocupación—. ¡Gracias, Princesa!

—¿Y Alastor? —inquirió la muchacha, con un escalofrío recorriéndole la espalda.

Los ojos negros de la Overlord se abrieron de par en par al escuchar esa pregunta, su mente trabajando a toda velocidad mientras buscaba desesperadamente a su amigo entre la confusión.

Maldición, ¿dónde está?

—¡Alastor! —gritó, su voz resonando con un matiz de pánico—. ¡Alastor, querido! ¿Dónde estás?

Ángeles Caídos|| Hazbin HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora