018 | Amigos y una sudadera

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Mia:

Lo que ocurrió el sábado por la noche me dejó pensando, mientras sostenía la sudadera de Jake con mis manos, perdida en mis pensamientos, hasta que oí una bocina. Recordé al instante que Luke vendría por mi, por lo que guardé la sudadera en mi mochila y me dirigí con él.

Entré al auto con una sonrisa al verlo.

—Buenos..di..—Luke no me dejó tiempo para terminar la frase y me plantó un beso en los labios. Al alejarse, se veía en su rostro la expresión de un niño pequeño cuando le daban dulces—..días —solté una leve risa y también besé sus labios.

—Recuerda que hoy tienes tutoría  —mencionó, tomándo la palanca de cambios.

—¿De verdad? Lo había olvidado —reí levemente, nerviosa. ¿Cómo puede ser que haya olvidado mis tutorías con este ser?.

—Entonces acuérdate —dijo y aceleró, dirigiéndose a la escuela.

Al llegar y bajar de su auto, Luke me tomó de la mano suavemente, entrelazando nuestros dedos de la forma más tierna y delicada que podía existir. Lo miré a los ojos unos segundos, con una sonrisa, al igual que él.
Acepté su agarre y caminamos juntos a la entrada.

Ambos nos separamos ya que íbamos a distintos salones, por lo que me plantó otro beso en los labios y se alejó de mí. Lo ví irse con una sonrisa y también me dirigí a mi salón.

(...)

Al ser tiempo del receso, aproveché para desayunar en la cafetería rápidamente y luego ir en busca de Jake para devolverle su sudadera —y tal vez, también, para lograr que me explicara lo sucedido el sábado por la noche—.

Pasaron cinco minutos al menos y aún no había encontrado a Jake. Había recorrido la mayoría del colegio, aunque me faltaba una parte de este: Las gradas.

Me dirigí allí con la fé de encontrarlo, la cuál dió resultado. Él estaba allí, sentado en una de las gradas, fumando, lo cuál no se tenía permitido en el instituto.

Jake me vió acercarme a él, por lo que rápidamente apagó el cigarrillo y comenzó a bajar de las gradas, claramente para evitarme.

—¡Jake! —le grité, pero esté sólo me ignoró.

Comenzó a caminar más rápido, así que imité su acción hasta lograr llegar a él. Me interpuse delante de él, deteniéndolo.

—¿Porque me evitas? —pregunté, levantando una ceja y cruzándome de brazos con su sudadera en ellos.

—No estoy evitandote —respondió, intentando salir de mi acorralo.

—Ahora lo estás intentando —lo oí bufar y me miró a los ojos, extendiendo su mano para recibir su sudadera.

—Dámela.

Le extendí la sudadera y él la tomó con arrebato.

—No hablaré sobre la otra noche, si es a eso a lo que también viniste —comentó, mirándome sin ninguna expresión.

Me había dejado sin palabras, callada, por lo que él soltó una risa sarcástica.

—Sólo si preguntas —dijo. Abrí mi boca para preguntar pero este volvió a reírse— Es broma. No te diré ni una sola palabra.

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⏰ Last updated: Apr 16 ⏰

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Las Tutorías Prohibidas ©Where stories live. Discover now