CAPITULO 2: BERRINCHE

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"RENIEGO DE LA DECISIÓN DE MI PADRE". Decretó imbuido en colera Augusto Fer, ahora proclamado príncipe eterno de Aguas Calientes. Puesto que su hermano le había usurpado el trono de una forma que él jamás pudo prever. En su inmensa impotencia destrozó todo cuanto había en la habitación de su hermano menor. Pisó todo juguete que éste apreciaba y arrojó por la ventana cuanta joya hermosa y bonito recuerdo el chico atesoraba. Incluso la cama de plumas salió lastimada en medio del tornado que fue su rabieta. Pues con una daga rajó y regó las delicadas plumas blancas a lo largo de todo el lecho. "Un simple niño me usurpó" dijo entre dientes "Un mocoso descarado, quién sabe qué brujería habrá lanzado sobre nuestro padre para hacerlo escribir tan incorrecta y adjecta decisión. Lo maldigo a él y a todo su ser. Declaro ante Nuestra Señora el desprecio que le tengo".

Este era el día después de la coronación de su hermano. Ya lo habían bañado con los aceites; el arzobispo ya había proclamado que el príncipe Aines Fer se convertía ahora en: Aines Fer, Rey de Aguas Calientes y los migrantes; El Rey Sorpresa fue el apodo que le puso y así se quedó para todo el reino. 

Mientras que a él, Augusto, el pueblo decidió gentilmente apodarlo como El Príncipe Eterno. Pues sólo subiría al trono en caso de que su hermano muriera joven sin dejar descendencia.

Sin embargo, nada de eso lo hizo estallar. Aceptó a regañadientes, maldiciendo por dentro cada vez que a su hermano lo trataban de realeza y a él como un simple príncipe. 

Podría decirse que estaba en shock. Aún no había entendido hasta donde se habían cambiado las tornas. Su destino daba un giro alto perverso. No lo había asimilado hasta que su hermano portó la corona y la orquesta celestial de Aguas Calientes cantó la oda del nuevo amanecer; que no se había escuchado en el reino desde la coronación de su propio padre ahora difunto. 

De nada valió encargarse del entierro del viejo rey ni sobornar al médico real para que dieran un diagnóstico falso; para que ignorara los  dedos morados del rey y acto seguido renunciara a su cargo y se fuera después del funeral.

Augusto estaba, como dicen coloquialmente en Aguas Calientes,  "Como gato en una perrera”.

Para quien interese llevar registro, luego de una noche llorando sus desventuras, intentó subir desesperadamente en el escalafón social acercándose a Lady Veronica, la joven y única heredera del reino vecino.

"Lady Veronica. ¿Me haría usted el honor de acompañarme en un paseo esta noche de luna junto al Géiseres divino? Los mozos nos traerán bianda y juntos podríamos hablar en confidencia”.

Su plan era simple. Lady Veronica no le llamaba lo más mínimo la atención. Se podría decir que antes la trató con indiferencia cuando ésta, pensando que Augusto sería el nuevo rey, lo invitó contéstame a visitar su reino con la excusa disfrutar  bailes, cenas y cabalgatas. Siendo como resultado que el prospecto a rey la rechazó en cada una de las ocasiones, puesto que la encontró harto desagradable.

Para su sorpresa, Lady Veronica no aceptó.

"Me es tan grato ir de picnic con usted, príncipe, como lo es para una gallina clueca ser encerrada en una jaula por días enteros bajo la tormenta más  intensa. En vos solo veo soledad e incomodidad".

Augusto adquirió en la tez una rojez poco majestuosa…

"Pero mi Lady. ¿Qué forma de tratarme es esa si nos conocemos desde hace años? ¿Es que no le simpatizo ya?”

"No me simpatiza ahora y nunca lo ha hecho". Declaró ella. "Cada intento que tuve de conocerlo fue frustrado. Cada carta enviada a usted, respondida con una negativa y cada invitación a bailar que le hice, a pesar de ir en contra de los convenios sociales que mi género me obliga a acatar… pues la dama  es la que espera que un caballero proponga… me fue rechazada sin piedad".

EL PRINCIPITO MALVADOحيث تعيش القصص. اكتشف الآن