❱ Capítulo 4: Descanso

64 14 14
                                    

────

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.

────... ¿Viste eso? ────Habla Reaper a su alado compañero, quien suelta un graznido como si pudiese entenderlo, casi simulando su confusión. Todo había pasado tan... rápido. Nightmare llevándose cuál saco de papas a su extraño y nuevo acompañante, quien refunfuñaba y se quejaba en el suelo por la humillante manera de ser llevado a otro lado al que claramente no quería ir, casi como un niño pequeño. Su acompañante desaparece casi por acto de magia, volviendo como nada más que un espectro a las cubiertas manos del Dios.

Sonríe por la situación, pero suspira para volver a trabajar en lo suyo. Almas, almas, almas. Todo el día, todos los días. Seguían su paso hasta que les enseñaba el camino al más allá, susurrando en sus inexistentes oídos suaves murmullos con sus lamentos en vida... Aunque, ahora mismo, agradecían no ser tragadas por ese rarito de amarillo, que ya era no menos inusual. Que raro acontecer.

Pero su preocupación toma otro rumbo cuando un papiro de un aroma peculiar y un espantosamente anticuado aspecto aparece frente a él, disminuyendo considerablemente la lista que parecía interminable, ahora finalmente volviendo a la normalidad. La divinidad suspira con alivio, pues, a su parecer, era suficiente para retomar el descanso que había dejado en stand-by hacía ya unas horas. Abre un portal con su guadaña para retirarse del grotesco escenario, dejando atrás un escenario al que probablemente volvería.

A punto de marcharse a su sagrado templo en su propio universo, levanta una vez más su guadaña; pero su lista vuelve a aparecer frente a sus narices. No necesita leerlo para suspirar con cansancio, sus cuencas sin brillo alguno mirando a otro lado, tratando de evadir su eterna responsabilidad, pero el peso de sus acciones le perseguían. Maldito Reaper del pasado que había dejado las consecuencias de su negligencia para el futuro. Toma una bocanada de aire antes de resoplar cuál adolescente recibiendo órdenes que no deseaba cumplir, pero no demora mucho más. Se trataba de un alma en los confines del multiverso, pero su pereza, como casi siempre, solía ser mayor.

Su mano se levanta un poco, abrumado por el constante recordatorio de que un alma seguía rondando por donde no debería, decidido a finalmente terminar el deber. Cruza el portal, se encuentra... con un escenario curioso. Desolado y oscuro, allí no había nada más que un círculo de césped iluminado por una luz que salía de la nada, algunos pilares a los alrededores... y el resto, nada más que oscuridad absoluta. Se pasea por los lados privados de luz, tratando de ubicar al alma que tanto revuelo había causado hacía unos minutos. Solo bastaba con aportar con un poco de interés, colocando atención a sus alrededores... y lo encuentra. Un fragmento de un alma vagando por lo que parecía ser el vacío mismo, recostado en el césped, su cuenca cerrada. Una versión de sí mismo, durmiente y de blanco, salvo por la característica bufanda que rodeaba su cuello, y donde ocultaba parte de su boca, además de una mancha de sangre que iba desde su hombro hasta el costado de su abdomen.

AFTERTALE.

Se acerca con lentitud. Quiso dar una muerte rápida e indolora, despertarlo y causarle pánico sería inútil y agotador; pero nada sucede. Su guadaña se levanta y, cuando realiza el corte, sigue ahí. Ladea su cabeza un poco, pero no es el fin. Raro, pero ocurrente, a veces los mortales se resistían a su mítica guadaña, pero no a su toque mortal.

QUERIDO ANGEL 𝗜 BillReapTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon