08

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HARRY

Me acerqué a mi auto y entré. Joder. ¿Qué acababa de pasar? Me tapé la boca con una mano mientras mi mente repasaba lo que acababa de ver.

Louis, vestido con ese encaje, parecía el sueño húmedo de un alfa.

Mi polla palpitaba con fuerza mientras la lujuria recorría mi cuerpo. Mi alfa me rogaba volver allá adentro.

Eso me había tomado completamente desprevenido. ¡Jesús! Aquella piel cremosa y lechosa y una insinuación de pezón que suplicaba ser chupado.

Casi había perdido la cabeza cuando lo vi allí de pie.

Y cuando había caminado hacia mí, balanceando las caderas despreocupadamente a cada paso, había pensado con seguridad que venía hacia mí para empezar algo.

Cuando me di cuenta de que estaba tomando la sudadera, instintivamente di un paso hacia él. ¿Para hacer qué? ¿Para desenvolver ese cuerpo como si fuera mi regalo personal?

Gemí y miré la fachada de mi casa. Me obligué a arrancar el auto y a salir de la entrada. Louis estaba fuera de los límites. Estaba aquí para ayudarme a salir de un lío. No estaba aquí como mi juguete personal.

Sacudí la cabeza, aún incrédulo. ¿Cómo no me había dado cuenta de lo jodidamente perfecto que era su cuerpo? Ahora que lo sabía, ¿cuánto me iba a fastidiar la cabeza? Tenía que recordar que él estaba aquí sólo de nombre.

Porque nada estropearía más rápido esta situación que si nos involucráramos físicamente.

•••

Me tomé mi tiempo para hacer la compra, intentando pensar en la situación en la que me encontraba.
Louis y yo estábamos atrapados viviendo juntos. Cuando llegamos a este acuerdo, había pensado que viviríamos como compañeros de piso. Cuando su casa se había quemado, se convirtió en alguien que necesitaba mi ayuda.

Ni siquiera lo veía como un amigo. Él había sido una extensión de Taylor y parte de un plan para sacarme de mi lío actual.

Pero al ver su cuerpo exhibido como una diosa hedonista, tuve que replantearme quién era Louis para mí.

Fuera de los límites. Él está fuera de los límites.

Me sentí casi engañado por el hecho de que nunca me había fijado en él de esa forma. Que si, era jodidamente hermoso y eso lo supe la primera vez que lo vi, pero no pasó por mi mente verlo de manera más.... sexual.

Durante dos años, capas de ropa de trabajo holgada habían ocultado su cuerpo, y él se había escudado con una lengua afilada y un tono sarcástico.
Necesitaba recordar al antiguo Louis y borrar por completo la visión de sirena que ahora tenía grabada a fuego en las retinas.

Cuando volví con la compra, salió del dormitorio, completamente tapado con unos leggings y mi sudadera con capucha. Yo acababa de gastar miles de dólares en su nuevo vestuario, pero él eligió usar mi sudadera con capucha de gran tamaño. Eso me calmo a mi y a mi alfa. Lo cual no tenía sentido.

Lo estudié mientras se asomaba a una de las bolsas de la compra. Estaba hermoso. Llevaba el cabello despeinado con un flequillo que le tapaba la frente y me resistí a meter las manos en él para hacerle cariño. Mi alfa me exigía acercarme y acurrucarme a su lado.

―¿Puedo ayudar a guardar las cosas? ―Su tono era amistoso e informal, pero evitaba el contacto visual.

―Claro.

Trabajamos juntos en silencio, desempaquetando la compra. Observé cómo se inclinaba y me ofrecía una buena imagen de su culo.

Me pregunté si aún llevaría esa cosa blanca de encaje debajo de la ropa. La idea me excitó. Quería cruzar la cocina, levantarle la capucha y comprobarlo por mí mismo.

That's The Way Love Goes Where stories live. Discover now