epílogo

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HARRY

Me paré junto a Niall cuando empezamos a vestirnos para el partido. En el vestuario se respiraba un ambiente de entusiasmo. Llevábamos tres partidos de ventaja en la eliminatoria, y éste era nuestro quinto partido. Esta noche queríamos llevarnos la copa a casa.

Niall me miró.

―¿Cómo fue tu reunión con Mark?

Tiré el reloj en la estantería de mi taquilla.

―Me firmó por otros cinco años.

A Niall se le iluminaron los ojos. Levantó la mano para chocar los cinco.

―Bien.

Mark había puesto su dinero donde estaba su boca, dándome un contrato irreal que se anunciaría cuando terminaran los playoffs.

―Estoy feliz. Feliz de quedarme aquí.

Yo no me hacía el importante, pero estaba extasiado porque Mark me había contratado por otros cinco años. Este era nuestro hogar. Aquí era donde estaban nuestros amigos y donde queríamos criar a nuestro hijo.

―El hockey es tu vida, ¿no? ―Sonrió.

-Mi omega es mi vida.

•••

Nos paramos sobre el hielo cuando empezó a sonar la música. El estadio estaba oscuro y en silencio mientras la cantante entonaba nuestro himno nacional. Se podía sentir la energía de la multitud que esperaba el partido más importante de la temporada. Levanté los ojos hacia los palcos familiares, buscando. Allí estaba. Allí estaba él.

Louis estaba de pie, con las manos acunando su hermoso vientre de bebé. A su lado, mis ojos encontraron a mi madre. Shawn. Taylor. Zayn y Liam. Y Andrusha.

Reflexioné momentáneamente sobre lo mucho que había cambiado mi vida.

Hace un año, durante los playoffs, me animaba una conejita sin rostro. Ahora tenía una familia, toda mi familia, detrás de mí.

Los ojos de Louis encontraron los míos. Su rostro se descompuso en la sonrisa más hermosa. Dios, amaba a aquel omega. Lo miré fijamente, preguntándome por milésima vez cómo no me había enamorado de el la primera vez que lo vi. Para mí, era el omega más hermoso que había visto nunca.

Y era mío. Toda mío.

Me lanzó un beso y sonrió descaradamente. No creí que pudiera ser más feliz. Bueno, una cosa podría hacerme más feliz: ganar esta noche y traer a casa la copa.

Miré a Niall. Nos miramos a los ojos.
―Hagámoslo ―dije.

Me sonrió y me dijo―: Hasta el final.

•••

Nos quitamos los guantes mientras nuestro equipo se amontonaba en grupo sobre el hielo, abrazándose y gritándose unos a otros. Lo habíamos conseguido.

Habíamos ganado la copa. El público gritaba y enloquecía. La gente se agolpaba en el hielo para participar en la acción.

Patiné, respirando con dificultad. Miré hacia el palco. No vi a Louis, sólo a mi madre, Liam y Zayn. Shawn apareció a mi lado, sin aliento y feliz. Lo tomé en brazos y lo abracé.

―Louis está en la puerta ―me gritó, señalando la puerta―. Tengo que ir a buscar a Niall.

Me abrí paso entre la multitud que se agolpaba en el hielo y lo buscaba con la mirada. Estaba en la puerta, con las manos en la boca. Andrusha estaba a su lado, protegiéndolo de todos los que lo rodeaban.

Aceleré y me detuve delante de él.
―Disculpe ―le dije―. ¿Ha visto a mi omega?

Sus ojos brillaban de risa.
―No estoy seguro. ¿Qué aspecto tiene?

―Es ridículamente hermoso y es malditamente inteligente. Y lo más importante, odia el hockey.

Se rió.
―Chico listo. ¿Se casó con un jugador de hockey? Esta malditamente loco.

―Loco, ¿eh? ―Me incliné sobre la puerta, para poder presionar mi boca contra sus labios. Sabía fantástico. A sexo vainilla, a amor y a mi casa.

Me rodeó el cuello con los brazos y me susurró al oído.

―Locamente enamorado.

―Eres mío―le susurré―. Eres mi esposo, mi omega y el padre de mis hijos.

FIN

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That's The Way Love Goes Where stories live. Discover now