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HARRY

NUEVE MESES DESPUÉS

Abrí la puerta en silencio mientras Sasha entraba a toda prisa, dirigiéndose a su plato y bebiendo ruidosamente.

Louis estaba sentado en una silla cerca de las puertas abiertas del balcón con Sniper a sus pies. Parecía un ángel, con el cabello castaño sobre su frente, una mirada serena y aquella marca en su cuello. Nuestra hija, Nadia, estaba en sus brazos. Aquella visión hizo que mi corazón y mi alfa estallaran de felicidad.

Levantó la cabeza y me sonrió.
―¿Cómo te fue?

Me acerqué y le besé la frente y luego la boca. Me quedé, amando el sabor de sus labios.

―Sasha fue expulsado de la escuela de obediencia.

Louis se echó a reír.
―¿Otra vez? Prometieron que podían adiestrar a cualquier perro o nos devolvían el dinero.

Me agaché y besé la cabeza de Nadia.
―No podían devolverme el dinero lo bastante rápido. Me dijeron que Sasha no era entrenable.

―¿Qué hizo?

―¿Qué no hizo? Lloriquear, suplicar, masticar. Ladrar sin parar. Emocionaba tanto a los demás perros que creaba la anarquía.

Louis negó con la cabeza, con una sonrisa en la cara.

―Ese es nuestro perro.

―La instructora dijo que Sasha es malo para el negocio y lo quería fuera.

Louis me miró, con cara de interrogación.
―¿Y ahora qué?

Sasha cruzó la sala dando saltitos, casi volcando una silla.

―Ahora llamamos a la artillería pesada. He hablado con Tony. Va a volar la semana que viene y ver qué puede hacer.

Louis miró a Sniper.
―¿Quieres visitar a Tony? ―Sniper se incorporó y se alegró.

Me miró.
―Ves, lo sabe. ¿Quieres llevártela?

Me agaché y le quité a Nadia de los brazos. No podía creer lo pequeña que sentía a mi hija en mis brazos. Sus ojos azules me miraban a la cara mientras la acunaba contra mi pecho. Olía a talco de bebé y a cielo. Besé sus mejillas regordetas y me pregunté cómo mi vida había llegado a ser tan perfecta.

Louis se levantó y se estiró.
―He invitado a Andrusha a cenar.

No pude evitar que se me dibujara una sonrisa en la cara.

―¿Ah, sí?

Me sonrió.
―Puede que lo haya tentado con pirozhki casero.

Después de que Louis descubriera lo mucho que Andrusha me había ayudado entre bastidores, se empeñó en mantenerlo en nuestras vidas. El chico había sido masilla en sus manos y no podía resistirse a sus intentos de convertirlo en parte de nuestra familia. Me sentí bien al tenerlo de vuelta en mi vida.

―¿Necesitas ayuda?

Se rió.
―Tú lo sabes. Eres el maestro doblando esa masa.

Miré a Nadia.
―¿Quieres hacer pirozhki?

•••

Pusimos a Nadia en su sillita en la isla mientras nos poníamos a trabajar.

Estaba tan bonitacon su body rosa con jirafas.

Louis estaba en silencio, lo que significaba que algo estaba en su mente.

―¿Pago por tus pensamientos?

Me dedicó una suave sonrisa.
―Taylor me llamó.

―¿Ah, sí?

Hizo una larga pausa.
―Me hizo una oferta.

―Suena interesante.

―Me dijo que su nueva asistente personal está funcionando brillantemente.

Esperé.
Respiró hondo.

―Quiere que vuelva como agente deportivo.

No pude evitar sonreír.
―Eso es increíble.

Louis se limpió las manos en la toalla.
―Taylor me dijo que podía tomarme todo el tiempo que quisiera por maternidad. Y que me acomodaría a trabajar desde casa tanto como fuera posible. ―Su voz sonaba estresada.

Lo miré de reojo.
―¿Qué te preocupa?

Parecía triste.
―Tengo miedo de no ser un buen padre si dejo a Nadia.

Me volví hacia él, apoyándome en la encimera.

―Eres el padre más increíble que conozco.

―Pero eso es porque estoy en casa.

Me esforcé por expresar mis palabras con cuidado.

―No tienes que trabajar si no quieres. Ya lo sabes. Pero si quieres, tenemos recursos ilimitados para asegurarnos de que Nadia esté cuidada mientras tú trabajas.

Sus ojos buscaron los míos, con preguntas en ellos.

―¿Me hace un mal padre si quiero seguir trabajando?

Dios, amaba a este omega.

―Nada puede hacerte un mal padre. Si quieres trabajar, está bien. Sé lo duro que trabajaste para tu carrera.

Se mordió el labio inferior.

Lo intenté de nuevo.
―Podemos conseguir una niñera a tiempo completo, alguien que pueda ayudar con todo, especialmente cuando estoy de viaje.

―¡Pero Taylor trabaja todo el tiempo como agente!

―¿Dijo que necesitabas trabajar tanto como ella?

―Dijo que podía aceptar tantos clientes como quisiera. Y también puedo limitar mis viajes.

―Estoy fuera en verano durante cuatro meses, y hay muchos tramos en los que tengo partidos en casa. Podemos hacer que esto funcione.

Louis frunció el ceño.
―Tengo que pensarlo.

Me acerqué a él y lo besé en la frente.
―Tienes todo mi apoyo, hagas lo que hagas.

Me rodeó con sus brazos y suspiró.
―Gracias. Te amo alfa.

—Y yo a ti omega.

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