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HARRY

―Styles ―llamó el guardia.

Me levanté y me dirigí a la celda, observando con interés cómo el guardia abría la puerta.

―¿Adónde vamos?

Me sacó de la celda, flanqueándome justo por detrás a mi izquierda.
Caminamos hasta una habitación luminosa y me condujo hasta un mostrador.

Lo miré por encima del hombro.
―¿Qué pasa?

―Eres libre de irte.

Firmé los papeles que me pusieron delante, indicando que me habían devuelto todas mis pertenencias. Comprobé mi móvil, pero estaba muerto.

―¿Eso es todo?

―Eso es, señor. ―Me señalaron una puerta. Caminé sin compañía hasta la puerta. Miré por encima del hombro, sin creerme mi suerte. Empujé la puerta.

Me esperaban dos hombres trajeados.
―¿Quienes son?

No me dieron sus nombres.

―Somos los abogados de Mark Ashford. Le está esperando fuera.

Los tres salimos juntos al aire fresco del atardecer. Un elegante auto negro esperaba al pie de la escalinata. Uno de ellos abrió la puerta. Entré y la puerta se cerró tras de mí.

A mi lado, Mark Ashford esperaba.
No tenía tiempo para su mierda.
Necesitaba llegar a casa con Louis y mi bebé.

―¿Puedo usar tu teléfono?

Me ignoró e hizo un gesto al conductor para que condujera.

―¿Cómo estás? ―Me miró.

―Bien.

Asintió con la cabeza.
―Me agrada tu omega.

―¿Louis? ¿Has hablado con él?

Miró por la ventana.
―Ayer vino a mi despacho.

Flexioné las manos con frustración.
―¿Sabes dónde está?

Me miró.
―Dicen que detrás de todo gran alfa hay un omega aún más grande. Tú eres uno de los afortunados. Ese omega te apoyó en esto. Tuvimos una larga charla sobre tu matrimonio.

Me quedé helado.
―¿Qué quieres decir?

―Lo que quiero decir es que entiendo cómo empezó su relación. Sabía lo que tú y Taylor habían cocinado incluso antes de casarse.

―Tienes mi atención.

Sonrió, sin dejar de mirar por la ventana.

―Desde el principio, supe la treta que intentabas montar. La aplaudí, para ser sincero. Por eso te llamé la mañana de tu boda, para animarte a seguir adelante.

Habían pasado demasiadas cosas en las últimas 24 horas como para estar hablando de esto. Si Mark quería sacarme del equipo, me ocuparía de las consecuencias más tarde.

―¿Dónde está Louis?

―Está en casa, esperándote.

Una gran parte de mí se relajó al escuchar eso.

―¿Estás seguro?

―Hablé con Taylor. Ella lo envió a casa esta tarde.

―Sigo sin entender qué demonios ha pasado. No me dijeron nada. Me interrogaron sobre la desaparición de Sabrina. No tuve nada que ver con eso. No me dejaron hablar con mi abogado.

―Sabrina está bien. Ya no está desaparecida.

Todo mi cuerpo reaccionó a eso.
―¿Está viva?

That's The Way Love Goes Where stories live. Discover now