Entre dos realidades

Capítulo 20: Compras y charlas de última hora.

Kaori se había acoplado como si nada a ir de compras con Ima. 

—Así aprovecho y renuevo el armario —dijo antes de salir del piso.

—Kaori, solo voy a comprar comida para el viaje.

—Lo sé, y yo voy a comprarme ropa, ¿cuál es el problema?

—Voy a tener que ser juez de tus modelitos, ¿verdad?

—Por supuesto.

Estaban en la tercera planta de un centro comercial de seis y Kaori ya llevaba las bolsas a reventar, incluso había comprado prendas para invierno. Ima le miraba entre sorprendida, aterrada y divertida. Por suerte, Kaori no solía darle muchas vueltas a la hora de escoger modelito. Además, tenía buen ojo y todas las prendas que elegía probarse le quedaban maravillosamente bien. Ima incluso empezó a sentir envidia. 

—Necesito un bañador nuevo —señaló Kaori mientras buscaban las escaleras mecánicas para poder subir a la siguiente planta.

—¿Otro? Pero si el que usaste el día de la playa era recién estrenado, ¿no?

—Sí, pero necesito otro, así puedo tener más combinaciones.

Ima pensó en decirle algo, pero prefirió no hacerlo y evitar así una discusión absurda. Kaori era, bueno, un poco confusa a la hora de tratar con ella, pero sus buenas intenciones siempre lograban sobreponerse. Era difícil verlo, pero detrás de toda esa extravagancia, ropa, hedonismo y vanidad, había un buen corazón.

—¿Cómo te va con ...? — preguntó Ima.

Kaori no respondió. Ima supo al instante que significaba aquel silencio.

—¿Qué ha pasado? 

Kaori hizo una mueca. No quería hablar del tema, pero Ima insistió.

—Hemos discutido —reconoció al fin Kaori.

—¿Por?

—Celos —afirmó Kaori —. Anoche salimos de fiesta y varios chicos se me acercaron, estando él a mi lado, con claras intenciones de ligar y reaccionó de malas maneras.

Ima le miró sorprendida. 

—No me esperaba que fuera de esos —reconoció Ima.

—Ni yo, pero eso fue lo de menos, lo que realmente me dolió fue la desconfianza —dijo Kaori claramente afligida —. ¿De verdad me veía capaz de traicionarle delante de sus narices?

—Tiene toda la pinta, pero ¿lo habéis hablado? ¿Qué te dijo al respecto?

—No, nada, me fui de allí y regresé a casa, llevo todo el día ignorando sus mensajes. 

—Ignorándole no arreglas nada.

—¿Y qué esperas que haga, que vaya corriendo a sus brazos?

—No, desde luego que no —dijo Ima —. Pero ni siquiera has intentado explicarle como te sintió que reaccionara de esa forma. 

La conversación crecía en tono y en intensidad. Se notaba a leguas que Kaori estaba molesta. Estaba a la defensiva y todo lo que decía Ima le irritaba todavía más.

—¿Desde cuándo eres experta en relaciones sentimentales?

Aquellas palabras fueron como una bofetada a traición para Ima. Sí, no tenía tanta experiencia en ese ámbito como sus amigas, pero eso no quitaba que pudiera dar buenos consejos al respecto.

—¿A qué viene ese comentario? —dijo Ima, dejando claro su enfado con una mueca de disgusto.

Kaori le miró y acto seguido se arrepintió.