5. Hasta mañana

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🌷Capítulo cinco🌷
"Hasta mañana"

•Jael Miller•

Despierto con un sabor amargo en la boca, un cansancio persistente que se aferra a mis pensamientos como una sombra insistente. Me siento cansado, agotado por la noche anterior. Con un suspiro, me siento en el borde de la cama y enciendo un cigarrillo, dejando que el humo me envuelva como un abrazo familiar. Y la veo… veo esos ojos verdes en mi mente y clavados en mi corazón.

Antes de que pueda perderme por completo en la neblina de la mañana, la puerta se abre con un chirrido suave y Alan entra, su expresión es seria y determinada.

—Jael, necesito hablar contigo —anuncia, su voz firme y decidida a pesar del cansancio que se refleja en sus ojos.

Alzo una ceja, sorprendido por su presencia tan temprano en mi dormitorio. —¿Qué pasa, Alan?

Lo miro fijamente mientras le doy una calada al cigarrillo que sujeto en mis manos.

—¿Que tienes Jael? —pregunta sentadose en una de las sillas de mi habitación.

—¿No puedes ver que estoy intentando sobrevivir a la mañana con una resaca del tamaño de Texas?

Alan ignora mi queja y se sienta a mi lado en la cama, su mirada fija en la mía con una intensidad que me hace sentir incómodo.

—Recibí una llamada anoche mientras estábamos... ocupados —comienza, su tono grave y serio—. Es sobre una fundación que ayuda a niños enfermos. Quieren que toquemos en un evento benéfico que están organizando. La cosa es que es para hoy, no nos pudieron avisar mucho antes pero en verdad nos necesitan.

Una oleada de cansancio adicional me golpea mientras trato de procesar la información. Tocar en un evento benéfico suena noble y todo, pero en este momento, lo único que quiero hacer es volver a meterme en la cama y dormir hasta que mi resaca desaparezca por completo.

—¿En serio, Alan? ¿Hoy, de todas las mañanas, tienes que venir a hablarme de eso? —me quejo, frotándome las sienes con frustración—. Ni siquiera sé si estaré en condiciones de mantenerme en pie, y tú ya estás planeando el próximo concierto.

Alan me mira con paciencia, su expresión imperturbable a pesar de mi obvia resistencia. —Lo entiendo, Jael, pero esto es importante. Podemos hacer una diferencia real en la vida de estos niños, y tú sabes lo mucho que eso significa para mí y para los demás, o al menos para Lena.

Sé que tiene razón, aunque no quiera admitirlo. Alan siempre ha sido el más comprometido de todos nosotros, el corazón y el alma de la banda. Y aunque a veces me resulte irritante su insistencia en hacer el bien en el mundo, también sé que no puedo dejarlos solos en esto.

—¿Será que es muy tarde para renunciar a ser integrante de la banda? —pregunto bromeando un poco.

Alan sonríe por lo bajo y se pone de pie. —Claro que no, somos Prism, somos una banda oficial… todos somos una familia.

Con un suspiro resignado, apago mi cigarrillo y me pongo de pie, enfrentando el día que se extiende ante nosotros con una mezcla de resignación y determinación.

—Está bien, Alan —digo, dejando de lado mi propia incomodidad por el bien del bienestar de los demás.

Alan sonríe con un destello de gratitud brillando en sus ojos. —Gracias, Jael. Te prometo que no te arrepentirás de esto.

—A ti te queda mejor el papel de líder —murmuro.

Y es la verdad, no niego que Eric es bueno en lo que hace, pero es muy mandon y no sabe cómo pedir las cosas, todo lo contrario a Alan.

Abrazado A Ella [Libro I]Where stories live. Discover now