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Minjeong

Al final hice caso a lo que me pidió Karina y fui a por algo de agua. Lo necesitaba, odiaba ir de compras pero encima hacerme cargo de las veinte bolsas que llevaba de ropa... No me pagan lo suficiente.

Volví a subir al probador y escuché ruidos.

—¿Karina? —fruncí el ceño—. ¿Dónde estas?

No se escuchaba nada, ni siquiera se quejaba y eso era raro viniendo de ella. No podía ser que de nuevo me la hubiese liado y se hubiese marchado. Abrí un par de cortinas y nada, pero entonces vi que todas las bolsas, incluido su bolso, seguía fuera y si hay algo que sé... Es que no se iría sin sus cosas.

Me agaché a ver todos los probadores, era una tienda grande y había mas de 15. En algunos había gente, otros vacíos. Hasta que vi uno con cuatro pies, y dos de ellos eran esos dichosos zapatos rosas con tacón. Maldita sea.

Abrí la cortina directamente y vi al hombre de espaldas intentando callar a Karina que estaba llorando. Le agarré de la chaqueta negra y le tiré hacia atrás apartándola de ella.

—¡Sal del probador! —le grité a Karina.

El hombre se puso en pie y me intentó dar puñetazos, falló dos. Le agarré del brazo y le di la vuelta, escuché sus quejidos de dolor.

—Has hecho mal en meterte con ella.

—Suéltame —exclamó.

Me dio un codazo haciendo que se soltara, le pegué un puñetazo y cayó al suelo, su nariz estaba ensangrentada. Miré a Karina que lloraba y tenia el maquillaje corrido.

—¿Esta bien? ¿Le ha hecho algo?

Ella negó con la cabeza.

—Estoy... estoy bien...

Noté un golpe en la cabeza y caer al suelo del mareo, pero me puse de pie y me tiré sobre él frenándole. El hombre intentaba pegarme pero era bastante malo, los fallaba todos o sino se los paraba yo. Le hice una llave y acabó un pelin atontado en el suelo.

La guardia civil del centro comercial apareció a los pocos minutos, me levante de él y le agarraron.

—Soy la guardaespaldas de la señorita Yu. La ha intentado atacar.

Pusieron en pie al hombre y le pusieron las esposas. Sea quien sea este hombre, no trabajaba solo. Se notaba que era un simple y pésimo matón y que alguien le daba las ordenes, ya hay que ser imbécil para hacer esto a plena luz del día. Necesitaba hablar de esto con el señor Minho.

Volví a acercarme a Karina, que ya se había calmado un poco más. Entonces ella se abalanzó sobre mí para abrazarme y me quedé en shock unos segundos sin moverme. No me esperaba esa cercanía por su parte, de hecho jamás me la esperé, pero cuando la vi llorar tan indefensa un instinto protector se apoderó de mi.

Poco a poco le respondí al abrazo, aunque no quería tocarla o abrazarla mucho, sentía que era pasarme de la ralla.

—Tranquila... Ya está, ya ha pasado...

La escuchaba sollozar en mi hombro, nunca pensé que vería a una Karina tan frágil con lo segura y seria que aparenta ser. Se separó y me miró a los ojos, se la veía tan asustada... Tanto que me asustó a mi también. Pasé mis pulgares limpiándole las lagrimas.

—Gracias —susurró.

—No me des las gracias por esto, Karina —la acaricié con mis pulgares, ella volvió a sollozar—. Ya está... No llores más... —me la atraje de nuevo a mis brazos.

Protecting Yu | winrinaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang