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Narrador

Minho le dio un trago a su café. Eran las siete y media de la mañana, su guardia de seguridad Key estaba en la puerta junto a el. El pobre embajador se pasó toda la noche sin poder dormir apenas, solo pensaba en Karina y el casi secuestro al que la sometieron. Se sentía impotente, que necesitaba hacer más aunque fuera prácticamente imposible.

—Key, se me ha ocurrido algo.

—¿Sí señor?

—Creo que le voy a decir a Karina que se vaya a casa de sus tíos un par de días hasta que se calme todo esto. Tienen una pequeña casa a las afueras con una granja y animales, lo mejor es que se aleje de la prensa y lo que sea que nos esta haciendo esto. Con sus tíos estará bien.

—Me parece una buena idea. Será lo mejor.

—Me aterra que le pueda pasar algo. Si esos impresentables vuelven a intentar hacerle algo... —suspiró—. Lo único es que Minjeong deberá ir con ella, ¿esta bien eso?

—Claro que sí. Confío en ella, sabe lo que hace. La seguridad de su hija esta en sus manos.

—Esta bien —asintió—, voy a decírselo a Melinda para que prepare a Karina cuando se levante. Quiero que se vayan esta misma mañana. Puedes decírselo tú a Minjeong.

Key asintió.

Mientras Minho hizo un par de llamadas. Necesitaba encontrarse con el inspector, quería saber más de ese hombre y qué escondía. Antes de continuar con sus labores de persona a cargo de un país, Key fue hasta la habitación de Minjeong en la zona de trabajadores para comunicarle lo que Minho había decidido.

Al llegar vio a su hija terminando de alistarse, se peinaba su flequillo rojo oscuro.

—Hola papá, ¿pasa algo?

—No cariño, todo bien —le dio un beso en la cabeza—. ¿Cómo estas?

—Bien, bien. Lo de ayer fue demasiado shock diría yo, nunca he vivido un caso así tan de cerca.

—No quiero imaginar como debe estar la señorita Yu... —suspiró. Minjeong se quedó pensativa, Key habló de nuevo—. Por cierto cariño, venía a decirte que vas a estar un par de días fuera. El señor Yu quiere mandar a su hija a la casa de sus tíos, esta junto a su granja, y tendras que ir con ella.

—Esta bien.

—Sé que no te llevas bien con ella pero ten paciencia...

—No te preocupes, algo me dice que irá mejorando —sonrió.

—Cualquier cosa me llamas, sea lo que sea que necesites.

—Lo sé papá, no te preocupes.

Minjeong agarró su teléfono y salió del cuarto junto a su padre. Key se marchó con Minho a sus labores, mientras su hija fue a la cocina para tomar algo de desayuno y prepararse para cuando se despertara Karina.

—Gracias por el café Melinda —sonrió.

—No me lo agradezcas cielo, ¡estoy para eso! —rió—. Come alguna magdalena, están recien hechas.

Minjeong agarró una y le dio un bocado, de hecho estaba bastante buena. Echaba de menos la comida casera, antes de trabajar con los Yu vivía a base de comer fuera o precocinados, así que esto era de extrañar. A los pocos minutos entró una mujer del servicio, no la había visto nunca.

—Oh, déjame que os presente. Creo que no os conocéis.

—No, la verdad —rió Minjeong.

—Ella es Leia, se encarga de la limpieza de la parte este de la mansión —la mujer me sonrió—, es la madre de Jess, a ella si la conoces.

Protecting Yu | winrinaWhere stories live. Discover now