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—Gracias por visitarme, queridos.

—Baja eso, Jaewook.... —dijo Minjeong mirándole a los ojos.

La mirada del joven escupía fuego, como si al escuchar la voz de la pelirroja se hubiera encendido lo peor que habia en el.

Karina sentía miedo dentro de ella, sentía temor porque en esa sala habían dos personas muy importantes para ella y si algo salía mal... No quería ni pensarlo.

—Cállate, no hables. Levantaos —les dijo a ambos, que se pusieron en pie muy despacio—. Y daros la vuelta.

Cuando Karina giró y miró a aquel chico le pareció irreconocible. Ese no era el joven con el que hablaba, el chico simpático que le ayudaba con la universidad, el que le hacía regalos cada vez que podía. Este chico parecía justo lo contrario; las ojeras bajo sus ojos, el rostro demacrado, la ansiedad que producía de solo mirarle... A Karina le costaba creer que ese buen chico con el que habló era el mismo que el que le estaba apuntando con una pistola en la frente.

—Jaewook... —musitó Karina.

—Tú... Tenía que ser con ella, ¿eh? Con una don nadie... —él negó—. Me tuviste, podíamos haber sido la pareja perfecta, te lo habría dado todo... Pero siempre tienes que arruinarlo, con lo que yo te amo....

Karina lagrimeaba mientras le escuchaba.

—Tu no me amas, Jaewook.... Eso no es amor...

—¡¿Tú que sabes lo que yo siento?! —gritó presionando la pistola contra su cabeza.

—¡Para! —exclamó Minjeong.

Jaewook apartó su arma de la frente de Karina y apuntó a la pelirroja, mientras que su otra mano seguía apuntando a Minho.

—¡Tú cállate! ¡Cállate o te juro que te mato!

—Jaewook.... —habló Minho cuando vio que su hija estaba temblando—. Esto es conmigo. Me tienes aquí, déjalas a ellas.

El joven escuchó sus palabras y centró su atención en el.

—¿Sabes que si no hubieras existido mi padre estaría aquí? Es curioso, ¿verdad? Pero lo que más me molesta es que si te mato... El seguirá sin volver —negó—. No hay manera de que vuelva.

—Yo nunca quise esto.

Jaekook soltó una risa al aire.

—¿Nunca quisiste esto? —negó—. Nunca quisiste demoler los edificios, nunca quisiste construir esa tabacalera, nunca quisiste quitarle lo mas preciado a nuestra familia.... ¿No verdad?

—Eso no es... —le interrumpió.

—¡No me importa! Me da igual lo que tengas que opinar. Ya es tarde para eso...

—¿Y que vas a hacer? ¿Nos vas a matar a los tres? ¿Ese es tu plan?

Karina miró a su padre con una mirada de advertencia, pidiéndole con los ojos que por favor dejara de provocarle.

—Tal vez es lo mejor.

—Tu problema es conmigo, Jaewook. Me tienes aquí, no seas cobarde y haz lo que tengas que hacer.

—No me provoques...

—Te estoy diciendo las cosas como son. Mi hija no tiene nada que ver en esto.

Protecting Yu | winrinaWhere stories live. Discover now