Capítulo 17

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Callie

—Estoy muy bien —le digo a mi madre a través del celular. Intento que mi respiración no se note demasiado agitada, no quiero que sospeche nada, quiero sorprenderla.

—Vaya, parece que las cosas han estado mejorando, ¿alguna noticia que hayas olvidado decirme?

No quiero mentirle, pero no puede saber lo que estoy planeando. Sé que no puede tenerme con ella porque es un trabajo importante, y que tener que cuidarme la distraerá de lo que está haciendo y le tomará más tiempo, pero sé comportarme, sabré quedarme sentada en el camarote sin hacer nada más que buscar gaviotas a través de la ventanilla, ella sabe que soy lo bastante adulta como para hacerlo.

—Nada. Bueno, di un paseo por el pueblo, pero nada más.

—¿Tú sola?

Rayos, creo que no lo pensé demasiado bien.

—No, Zack me acompañó.

No podrá comunicarse con él porque la tiene bloqueada, así que aunque me sabe horrible tener que mentirle, es por algo que realmente vale la pena.

—Sabes que puedes llamarlo papá, ¿verdad? —me pregunta con completa calma y yo empiezo a frustrarme.

Me siento en la cama e intento respirar hondo.

—Sé que puedo pero, ¿por qué lo haría? Nunca estuvo, tú has tenido que lidiar sola con un montón de cosas, entonces ¿por qué tendría que darle a él el honor de llamarlo de esa manera? No se lo merece, y después de este verano no tendré que volver a verlo, así que no vale la pena tener esa costumbre.

—Callie...

—¿Cómo va el trabajo? —pregunto cambiando de tema. Detesto que desde que llegué aquí he llorado más que en toda mi vida. Detesto esto con cada parte de mi alma, pero sé que debo hacer mi parte para poder regresar a casa y que las cosas con mamá estén de maravilla.

—Llevamos buen ritmo. Si las cosas siguen de esta manera podré regresar a casa cuando lo tenía previsto.

—Me alegra escuchar eso.

Realmente me alegra, pero falta más de un mes para la fecha de su regreso y no puedo esperar tanto tiempo. Hablamos por un rato más y le prometo que voy a desayunar algo saludable, lo que es otra mentira. No quiero pensar en la cantidad de mentiras que tengo que decirle para que no se sienta mal. Sé que no es correcto, que yo misma me estoy condenando, pero haré lo que haga falta para que podamos estar tranquilas.

Pongo el celular a cargar, aunque tiene más del ochenta por ciento. No sé cuándo tenga la oportunidad de irme y en cuanto se presente quiero estar lo más preparada que sea posible.

Cuando entro en la cocina, el hombre que dice ser mi padre está terminando de cerrar un termo.

—¿Para quién es eso? —pregunto confundida. Él se da la vuelta como si le sorprendiera un poco verme.

—Buenos días para ti también, te levantaste temprano —cuando ve que no le contesto, sigue hablando—. Esto es para Allison.

Allison.

Me siento extraña cuando pienso en ella. Ella es... es rara. Primero porque es amiga de ese hombre, luego por las estupideces que dijo de mi madre, y aunque cocina bien —que no es algo que me importe en lo más mínimo— es un poco... realmente no sé cómo describirla, y tampoco estoy muy segura de si me cae bien o mal.

Aunque supongo que siempre que no los vea besuqueándose por ahí podré tolerarlo durante el poco tiempo que estaré aquí. Camino hacia la cafetera y me sirvo la leche y el chorrito de café como lo vi hacer a él. Sobre la encimera está el platillo con la diferente bollería que siempre está a esta hora de la mañana.

¿Y si papá no es tan malo?Where stories live. Discover now