capitulo 32

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(Agata Rosst)

Alguien está acariciando tan suavemente mi rostro, la calidez de la mano de cierta persona me está despertando, haciendo que el sol se opaque tanto a esta calidez, lentamente estoy tomando conciencia pero sin abrir mis ojos, realmente solo quiero seguir durmiendo con esas caricias sobre mi rostro pero está claro que la otra persona quiere que despierte por la forma tan melodiosa que me susurra al oído.

—Despierta... —acaricia mi mejilla—Es hora de levantarse.

—Mmm solo cinco minutos más..

Deja de acariciar mi rostro, y mi nariz se arruga, me fastidia que no quiera seguir con sus caricias sobre mi piel, pero luego unas caricias llegan a las palmas desnudas de mis manos, la caricia es tan suave que empieza a provocarme cosquilleos, y una pequeña risa sale.

—Bieen, me levantaré.

—Perfecto —responde la voz ronca de max..

—El desayuno te espera bella durmiente —acota dimitry.

Me obligó lentamente a abrir los ojos, y lo primero que veo es a dimitry como siempre recostado a un lado mío, mientras que max se encuentra sentado en una esquina desayunando tan tranquilamente, me incorporo sobre la cama y gateo hacia el, quien de la nada extiende su brazo hacia mi, con un tenedor me ofrece una porción de pastel de chocolate, ese pastel hace que la boca se me haga agua.

Ansiosa abro mi boca e introduce el tenedor con el trozo de pastel adentro, saboreo el delicioso sabor amargo de chocolate, es mi favorito sin dudas. Amo lo clásico. Luego de disfrutar su sabor, lo hago pasar por mi garganta, y tomo un vaso de café con leche que se encuentra sostenido por la mano de max, le doy un sorbo mientras que sus miradas están puestas en mí.

—Bien hora de irnos.

—¿Que?, ¡pero todavía no desayuno! —reprocho.

—Tranquila comerás lo que quieras en el avión —informa dimitry.

Me deposita un beso sobre mi frente dejándome sin palabras o más bien están en la punta de mi lengua pero no quieren salir, dimitry agarro las maletas, y se colocó mi pequeño bolso en forma de corazón, y no sé si soy yo pero lo hace ver tan sexy, camino hacia la puerta, mientras que max se encargo de poner mis zapatillas sobre mis pies, amarro los cordones y luego de terminar con eso me tomo de la cintura, me levantó y luego dejo que suavemente mis pies tocaran el suelo, me tomo de la mano y comenzó a guiarme.

No era necesario, pero me gustaba.

Y con eso emprendimos nuestro camino hacia la recepción, dejamos las llaves del cuarto, no teníamos que pagar ya que mi secretaria se habia encargado de eso, asi que solamente salimos del hotel, con rumbo hacia el estacionamiento que no estaba tan lejos del hotel, max caminaba apresurado pero no tanto para entorpecer con sus pasos rapidos, la distancia se acorto cuando llegamos al estacionamiento, buscamos el auto deportivo de max, sabian perfectamente en donde se encontraba así que fuel fácil.

Max abrió el maletero y dimitry se encargo de meter todas las maletas adentro, luego el auto sonó indicando que le había quitado el seguro, decidí subir en la parte trasera del auto, me acomode sobre el asiento, luego dimitry y max se subieron al auto.

—Puedes descansar si quieres, cuando lleguemos te despertaremos.

—Esta bien no creo que llegue a quedarme dormida de nuevo.

O eso fue lo que dije, pero cuando el auto se puso en marcha y mientras continuamos con el viaje, mis párpados empezaron a pesar tanto que me era tan difícil mantenerlos abiertos, y si. Me quedé dormida.

Mi consciencia volvía a funcionar cuando sentí como alguien me sostiene fuertemente, y me acuna, abrí lentamente los ojos, para encontrarme con las piernas largas y un trasero tonificado, llevando un pantalón corto de color azul marino y una remera blanca, y recuerdo claramente esos colores, es max quien me esta cargando en sus brazos, mi cabeza se encuentra apoyada sobre uno de sus hombros, y mis piernas estan envueltas alrededor de sus caderas, y sus manos me sostienen.

Levanto un poco la mirada para ver qué me encontraba en el aeropuerto, y enfrente estaba dimitry hablando con dos hombres que por el momento desconozco quienes son, los sigo con la mirada, completamente puesta en ellos, escaneando cada uno de sus movimientos hasta que dimitry se percata de que estoy despierta.

Y me termina dedicando una radiante sonrisa que está dibujada de oreja a oreja dejando a la vista esa dentadura blanca y perfecta, y su mirada que hace unos minutos era seria, se suaviza por completo, casi me pierdo en esa sonrisa, sentí como mis mejillas comenzaban arder, así que aparte la mirada.

—Ella es su luna, mi luna —comento.

—Es un placer conocerte luna —contesto el hombre de cabello marron claro que se encuentra del lado derecho de dimitry.

—El placer es mío —dibujo una sonrisa en mi rostro—¿Puedo saber sus nombres?.

—Por supuesto que si, mi nombre es Joaquín, y el es... —señala al hombre del  lado izquierdo de dimitry—Alex.

—Un gusto —hablo el de cabello azulado.

Les doy una cálida sonrisa, ellos solamente me observaron con sonrisas amables, parecen buenos hombres. De repente puedo sentir como max comenzó a subir unas escaleras, las escaleras para subir el avión, creo que comenzaba a ponerme nerviosa, esta iba a ser mi primera vez viajando en avión.

Por fin ingresamos al interior del avión, fue cuando max decidió dejar que mis pies tocaran suavemente el piso del avión, me gire para comenzar a mirar el interior, y saciar mi curiosidad, pero digamos que es bastante particular, pense que los aviones eran más grandes y con mucha gente en su interior, pero solo habia siete asientos, tambien contaba los asientos de las dos azafatas que nos acompañaban.

—¿Te gusta? —susurro max—Es un jet privado.

—¡No puede ser!.

—Claro que si cariño —me agarro de la cintura—Todo para ti.

Max ya estaba sentado en su asiento, cuando nuestras miradas se encontraron me hizo una seña para que me sentará sobre el asiento que estaba enfrente de el, le hice caso y me senté en ese lugar, mierda que sabía que tenían plata pero no esperaba esto.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora