capitulo 39

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(𝑨𝒈𝒂𝒕𝒂 𝑹𝒐𝒔𝒔𝒕)

¿Será raro quedarme unas horas mirando hacia el techo durante horas hasta lograr quedarme dormida otra vez?, espero que no. Ahora estoy pensando en dormir en el sofá, ya que en la cama sus aromas se combinan con la mía y se empieza a perder. Me deja intranquila.

¿De pronto tengo un toc por sentir sus aromas?, ¿Un fetiche?. Una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro, ¿Es esto un avance?....

No me gusta.

No debería. ¿Acaso lo merezco?. ¿Acaso merezco un poco de diversión?, en primer lugar no. No lo merezco. Deja de pensar en cosas inútiles.

No puedo parar.

Exacto una vez que empiezo no puedo parar de pensar y pensar, la cabeza me da vueltas, los pensamientos van y vienen, y cuando por fin pienso que se van regresan con otra oleada. Y parecen no tener fin.

En ese momento deseo que el sueño me invada y dormir, para ignorar estos pensamientos y sentimientos que me hacen daño pero es imposible. Tengo que pasar otras horas más hasta que por fin el cansancio se haga presente y pueda descansar, y dejar de maquinar.

Ahora puedo decir que estoy un poco más consciente de que tengo un bebé, a veces los antojos o los cambios de humor me hacen volver a mis sentidos, eso también me ayuda a levantarme para lograr hacer algo, ahora es momento de que logré levantarme y darme una ducha, ya que apesto, y mi cabello rizado casi ya no tiene forma.

Deje de cuidarme.

Cómo puedo me incorporo en la cama, y con cuidado me levanto, para ir al baño. Cada movimiento es pesado y casi sin fuerzas. Agarro ropa entre mis manos y al ingresar al baño abro la canilla, dejo la ropa sobre el lavamanos de mármol y me desnudo. Me detengo unos minutos frente al espejo.

Y observo esas maravillas marcas que quedan visibles, esas marcas completamente sanadas me hacen sentir mejor y de vez cuando las tocó, nostalgia, a veces vuelven pequeños recuerdos y realmente deseo entrar en ellos y nunca más salir, me acerco hacia la tina y entro en ella y sin esperar mucho dejo que el agua caiga para mojarme.

Dejo que el agua me moje el rostro, el cabello, y por último el cuerpo, mi cuerpo siente alivio gracias al contacto frío del agua. Me pongo el shampoo en el cabello y lo enjuago con abundante agua. Lo hidrato, y luego me enjabono el cuerpo y dejo que el agua se lleve el jabón perfumado. Cuando termino de bañarme decido salir de la ducha, y envolverme en una toalla. Voy a la habitación que estaba vacía antes pero ahora están las cosas de max y dimitry, sin uso.

Últimamente si no duermo me gusta pasar el tiempo en esta habitación, me siento en el sofá para admirar sus ropas, zapatos, abrigos, relojes caros, y apenas tocó sus cosas. Solo observo en silencio y prefiero dejar sus cosas tal como las dejaron antes de que ocurriera el incidente.

Alex y Joaquín me hablaron sobre lo que sucedió, un helicóptero apareció y empezo un tiroteo, Dimitry con Max me protegieron, en ese momento ellos me encontraron aún con todas las personas enloquecidas. Me dijeron que solo fueron detrás de ellos ya que nadie más que ellos resultaron heridos y desaparecieron, tengo el presentimiento de que ellos saben algo que yo no sé. Pero tampoco quiero saber que fue lo que pasó porque no tengo las fuerzas.

No quiero recordar.

Por eso me concentro en otras cosas porque sino no voy a dejar de pensar nunca. Todo aquí en la habitación está ordenado excepto por ciertas ropas que se encuentran extendidas por el suelo. Algunos zapatos que están fuera de su lugar, Pero dentro de todo, todo sigue ordenado e igual.

Voy al sofá que se encuentra en la habitación y me dejo caer. Encuentro sobre el sofá una remera ancha y no me puedo resistir en agarrarla entre mi manos, y olfatear el pequeño aroma que se encuentra en ella.

Pero tiene un aroma a lavanda. Ese aroma con el que lavo la ropa, no huele a ninguno de los dos. Mi cama o la ropa que se encuentra en sus armarios son los únicos lugares en el que permanecen pequeñas motas de olor, de sus aromas. Pero eso ya no es suficiente para mí.

Los necesito.

Una rosa para dos hombresWhere stories live. Discover now